Daniel Tirso Fiorotto
Especial para ANALISIS
Once dirigentes y docentes fueron consultados en virtud de sus conocidas posiciones críticas al actual modelo, pero lo que podía ser un repaso de asuntos pendientes terminó siendo un clamor de alerta por las consecuencias que padecerán los entrerrianos de continuar el régimen “neocolonial extractivista”, según la calificación del economista Luis Lafferriere.
Las respuestas mostraron desacuerdos con el oficialismo desde puntos de vista diversos (y hasta enfrentados), lo que hizo más sabrosas las intervenciones porque en lo que algunos ven malas gestiones, otros advierten además un agotamiento del sistema capitalista y hasta un genocidio.
La consulta sirvió también para constatar la necesidad de muchos sectores de explicar sus posiciones, de modo que sólo extractamos aquí fragmentos de las respuestas y sirve mostrar el conjunto para que pueda observarse el arcoÍris de posiciones que confluyen en la crítica al modelo actual.
En todos los casos, las expresiones anticipan el debate en que entrarán los entrerrianos y que en estas horas está dando claros síntomas, por ejemplo con las demandas obreras y la denuncia del Pacto Fiscal.
En lo que sí hubo acuerdo unánime es en el categórico aplazo de la gestión provincial en materia de federalismo. Los calificativos: de genuflexo a felpudo. Las notas: del 4 al 1, y ningún Aprobado.
También confluyeron las posiciones en el reclamo del manejo soberano de las finanzas, es decir: la creación de un banco provincial.
En cuatro páginas se exponen las razones de los entrevistados, y otras de similar importancia con vista al debate que viene quedan para el próximo número.
Casi todos los que enumeran errores graves en el modelo que encarnan Cristina Fernández y Sergio Urribarri, denunciaron antes el modelo encabezado por Carlos Menem (y seguido por Fernando de la Rúa) y el tiempo les dio la razón. El precedente es fuerte. Para Lafferriere, por caso, el régimen actual “es delineado por las grandes corporaciones transnacionales y por los intereses hegemónicos de los países capitalistas centrales. Se apoya en la sobreexplotación de los trabajadores y en el saqueo irracional de los bienes comunes de la naturaleza ubicados en nuestro territorio”.
El profesor Gustavo Lambruschini, conocido por su pronóstico acertado en torno de la catástrofe que escondían los sucesivos gobiernos neoliberales, señaló a su turno que el Estado Nacional aplastó el “Argentinazo” de 2001 para seguir con el modelo, y se ha convertido en el peor enemigo del pueblo trabajador y también de la burguesía nacional, porque los gobiernos ponen al Estado al servicio del capital financiero internacional.
El lapidario juicio de Lambruschini no apuntó sólo a las gestiones de Kirchner y Urribarri sino al sistema capitalista, y eso fue compartido por otros entrevistados, pero no por todos.
(Más información en la edición gráfica del 9 de agosto de 2012 del Semanario ANALISIS)