Oro Verde lo tiene como Ciudadano Destacado. Paraná lo honró con ser Ilustre. Jorge Méndez, después de haber sorteado un serio problema de salud, se repone y disfruta mejor de la vida. En dialogo con la Revista ANÁLISIS, recitó poemas haciendo gala de su memoria intacta, habló de su historia de amor con Julia y recordó su prolífica carrera.
Por Claudia Martínez
Julia es la interlocutora válida, la guardiana de la casa rodeada de árboles en la que vive la poesía y los recuerdos. Jorge Méndez, después de haber sufrido un accidente cerebrovascular (ACV), se moviliza en silla de ruedas y cuando camina lo hace con un bastón. Así y todo, sigue activo, recordando poemas, compartiendo mates con su compañera, y recorriendo -en la medida de sus posibilidades- su pueblo.
“Tengo algunos problemas de dicción, pero no hay problema en charlar”, advierte ante la secuela por el ACV que sufrió.
“Tengo 80 años… increíble. Hace 37 que estoy acá. Cuando empecé a hacer esta casa, también empezaron a hacer la Municipalidad: por eso, muchos dicen ¿dónde queda la Municipalidad de Oro Verde? Enfrente de la casa de Jorge Méndez. Han pasado tantos por acá”, dice y cuenta entre risas.
- ¿Qué fue lo que le paso hace dos años?
-Una noche de fin de año, yo estaba durmiendo; y Julia vio que yo había comenzado con convulsiones. Y tiritando. Ella había estado leyendo hacía unos días a Facundo Manes, y él daba los síntomas de un ACV. Julia entonces, llamó inmediatamente a una ambulancia y me llevaron a una clínica. Era un ACV. Pero, por suerte estoy recuperándome. Me quedó este brazo así (el izquierdo) con poca movilidad. Hemipléjico. Me he recuperado bastante en un centro de rehabilitación. Pero, ni hablaba ni caminaba. Ahora van las cosas bien, pero despacio. Me ayudan en el instituto, en el Centro Integral de Rehabilitación de Entre Ríos.
-Supongo que este tiempo le habrá servido para pensar un montón de cosas.
-Sí. Lo mejor que me pudo haber pasado de las secuelas que me quedaron es que lo que me quedó intacta fue la memoria. Y ella-por su compañera- me ayuda mucho con eso. Las recitamos juntos, poesías de Hernández, de GarcíaLorca; eso me da alegría. Hago terapia ocupacional. Lo cognitivo.
(La nota completa en la edición 1136 de la revista ANALISIS del jueves 17 de noviembre de 2022)
