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Memoria Frágil: César “Chacho” Jaroslavsky, el radical de la palabra filosa

En el programa de televisión “Memoria Frágil” que se emite todos los sábados a las 20:30 por Canal 9 Litoral, y también disponible en YouTube (http://www.youtube.com / @memoriafragiltv16), se abordó una semblanza de la personalidad y el compromiso democrático de César “Chacho” Jaroslavsky.

A través de los testimonios de Gracia Jaroslavsky (hija), Rodolfo Parente (exdiputado nacional UCR), Antonio Tardelli (periodista), Sergio Solari (exsecretario y amigo de César Jaroslavsky) y Romualdo Navarro (dirigente del PJ y amigo de “Chacho”) se lo recuerda y se lo honra marcando aspectos clave de una vida dedicada al interés general y la defensa de la democracia y los derechos humanos.

César “Chacho” Jaroslavsky fue, sin dudas, una de las figuras más singulares de la política argentina de la segunda mitad del siglo XX. Radical hasta la médula, bohemio en su espíritu, periodista por vocación y parlamentario por destino, encarnó con intensidad la convicción de que la democracia no es una mera forma de gobierno, sino una cultura de vida compartida. Nacido en Paraná en 1928, pero adoptado por la ciudad de Victoria, allí comenzó a forjar su identidad de lector incansable, de hombre de palabra precisa y de político dispuesto a incomodar al poder cuando lo consideraba injusto.

Su paso por el periodismo fue, en muchos sentidos, un terreno fértil donde desplegó esa valentía. Desde las páginas del diario “La Mañana”, no dudó en desafiar al poder militar, en tiempos donde el silencio parecía la opción más segura. Esa coherencia lo acompañó siempre: “Chacho” no escribía ni hablaba para agradar, lo hacía para servir a la verdad y al bien común.

Como legislador entrerriano en los años sesenta y setenta, supo hacerse escuchar en un escenario adverso. Y tras el regreso de la democracia en 1983, alcanzó el sitio donde su figura se agigantaría: la jefatura del bloque de la UCR en la Cámara de Diputados. Allí se ganó el respeto de propios y extraños. Sus discursos eran filosos y certeros a la vez, combinaban la firmeza ideológica con la picardía de un entrerriano que sabía tender puentes. Jaroslavsky fue un actor central de la “primavera democrática” que acompañó a Raúl Alfonsín, sosteniendo las instituciones en momentos de incertidumbre y defendiendo con pasión el Juicio a las Juntas y la ampliación de derechos.

Quienes lo conocieron lo recuerdan en múltiples dimensiones: como padre de familia afectuoso y cercano, como periodista comprometido, como diputado frontal, como confidente leal y también como crítico lúcido. Esa pluralidad de facetas revela la coherencia de un hombre que jamás dejó de lado el compromiso hacia el prójimo, ni siquiera en los años de mayor turbulencia política.

Al retirarse de la primera línea en los noventa, continuó opinando y escribiendo con la misma claridad. Nunca buscó la comodidad de la neutralidad: su voz se alzó contra el neoliberalismo y en defensa de los sectores más vulnerables. Falleció en 2002, dejando tras de sí un legado que aún resuena: la certeza de que la política, ejercida con ética y coraje, es una herramienta de justicia y dignidad.

César “Chacho” Jaroslavsky sigue siendo recordado como el radical de la palabra filosa y del corazón abierto. Un hombre que entendió que la democracia se construye todos los días, con gestos, con debates y con memoria.

 

César “Chacho” Jaroslavsky, el radical de la palabra filosa

 

César Jaroslavsky nació en Paraná, en mayo de 1928, pero vivió en la ciudad de Victoria buena parte de tu vida. Desde joven, supo que la política sería su destino. Se acercó a la Juventud Radical y encontró en las luchas por mejores derechos, y en las discusiones encendidas, el lenguaje de su tiempo.

Rodolfo Parente (exdiputado nacional UCR)

“No me puedo olvidar que mi padre fue un importante dirigente radical y él tenía una relación con Jaroslavsky, que pese a que le llevaba unos cuantos años. Sin embargo, ´Chacho´ era el director del diario ´La Mañana´ de Victoria. Entonces, en ese diario él escribía, era columnista, importante, ese diario se repartía en toda esta zona y, este, a partir de ahí yo lo conocí. Y tengo muy presente un hecho que lo graficó, digamos, en aquel momento a Jaroslavsky, que fue un tema de las dietas. Hoy en día cuando aparecen las dietas como algo apetecible, que los legisladores están pensando permanentemente en la dieta, cómo ajustarla, cómo aumentarla, nunca cómo disminuirla. En el año 1962, no sé si soy exacto en el año, yo era muy jovencito en esa época, pero tengo presente que hubo una crisis en el bloque radical del Pueblo en aquel momento porque hubo un aumento de dietas y hubo legisladores que no lo aceptaron. Entonces pusieron la renuncia a disposición del bloque y luego la retiraron porque ese aumento no prosperó. Eso me lo definió de un inicio a Jaroslavsky como un tipo realmente con sus ideas muy claras respecto a lo que es la ética en la gestión pública”.

Gracia Jaroslavsky (hija)

“Una que tiene Chacho como hija. Bueno, una de las primeras cosas que que me ha llamado la atención en este proceso de madurez, digamos, ¿no? Yo ya soy una persona grande… Creo que esto le pasa a todo el mundo, pero como las figuras de los papás que todos tenemos siguen siendo papá, a pesar de que una puede tener 20, 50, 60, 70, 80, es su papá. Y, de la misma manera, la madre, pero depende de la impronta que hayan tenido que hayan tenido los padres, es como que una va resignificando algunas cuestiones. Pero, sigue siendo un papá a pesar de que una es grande, para eso es gracioso, ¿no? Porque una de pronto se ve con un montón de años y habla de su papá como cuando tenía 10, por ahí. Y bueno, mi viejo fue un papá, con todas las letras. Fue un tipo muy… muy omnipresente, muy contenedor, muy sobreprotector, muy… ¿viste? … Una persona que se hacía sentir… que estaba. Y así como era como fue en su vida pública, esa cosa tan fuerte, esa impronta tan fuerte que dejó a lo largo de los años, la tuvo también como padre. Era una característica de él el estar”.

Antonio Tardelli (periodista)

“Aquel tiempo era la primavera, la primavera democrática, era la resurrección de la libertad, el alfonsinismo dirá, la primavera alfonsinista. Pero, era la primavera de la democracia, Era un tiempo en el que efectivamente más allá de la competencia política -que era muy dura-, fue muy dura la de 1983, y siguió siendo la de 1985 y la de 1987. Más allá de eso, había un piso común de tolerancia, de pluralidad y de convivencia. El tiempo nos iba a terminar demostrando que no se habían suprimido o no se habían eliminado las dosis de sectarismo y de intolerancia. Pero, en esos años iniciales de la democracia, y con ese argumento que vos mencionabas, la tarea de la multipartidaria hacia el final de la dictadura… había una sensación de fraternidad o solidaridad política que uno también generacionalmente hoy extraña, ¿no?”.

Jaroslavsky no fue un político común. Tenía algo de bohemio, mucho de lector, y una habilidad innata para decir lo justo en el momento oportuno. Como periodista se destacó en sus columnas publicadas en el diario “La Mañana” de Victoria, donde no dudaba enfrentarse con el poder castrense en plena dictadura. Como orador, cultivó una voz que incomodaba y seducía a la vez. Su vida se tejió entre la palabra y la acción, entre la calle y el recinto.

 

Sergio Solari (exsecretario y amigo)

“A Chacho Jaroslavsky lo conocí por una cuestión medio familiar. Él era hermano de la vida de mi padre a pesar de la diferencia de edad… mi padre le llevaba 17-18 años al Chacho, y de ahí… bueno… tan es así que yo de chico le decía tío a Chacho. Así que ese fue mi conocimiento con él, para mí era una relación familiar de chico, al igual que con Gracia y Juan Pablo, que lamentablemente ya no nos acompaña, pero una relación de hermano y de tío… de la vida. Una relación muy cariñosa, muy muy de familia, más allá de lo político, obviamente, ¿no?”.

Gracia Jaroslavsky (hija)

“Jaroslavsky como periodista. Jaroslavsky como periodista… pasa que a él le encantaba escribir. Y, además de tener el don de la palabra, tenía el don de la palabra escrita. Escribía muy bien y escribía siempre, todo el tiempo. Cuando nos peleábamos escribía cartas, es decir, él siempre escribía. Y, bueno, yo lo vi toda la vida trabajando en el diario ´La Mañana´, haciendo el diario todos los días. Entonces, él se sentaba en el diario detrás de la máquina de escribir, la Olivetti esa, y le volaban los dedos… escribía con dos dedos… le volaban los dedos y el diario era una pasión gigantesca para él, era fantástico, pero siempre desde la visión política. Él usó el periodismo para hacer política. Es decir, no es que a él le gustaba el periodismo… de pronto, por ejemplo, a mí me encanta el periodismo como profesión o como oficio. Él no, para él era la política lo que lo movía. Entonces, siempre todo versaba alrededor de eso. Es decir, en Victoria, por ahí tengo un archivo… nosotros hacíamos todos los archivos del diario del ´76, donde diariamente, ahí hay unas editoriales lindísimas, él escribía todos los días y también escribía cosas de la comunidad. Por ejemplo, hay una editorial que está por ahí, que se llamaba, ´Se murió Pericles´. Y Pericles era el perro de la vecina, que era un perro que iba y venía todo el tiempo de visita. Entonces, él le escribió una enorme Editorial a Pericles. Y después, era el vínculo lo que a él lo maravillaba, me parece, el vínculo con las con las personas, el vínculo en general. Y, bueno, y después del diario de ´La Mañana´, en épocas ya sobre los ´80, le ofrecieron dirigir un diario, armó un diario… creo que le ofrecieron, ´El Federal´ en Santa Fe, y ahí tuve una experiencia ya en un diario un poco de mayor tirada, más grande. Pero, hacer el diario de acá todos los días era genial, era genial”.

Romualdo Navarro (amigo)

“Porque andábamos en la política. Y un día nos tocó se habían agarrado dos barras y a la noche se iban a dar con todo. Y me habla Jaroslavsky: ´Baby¨, vamos a suspender la pintada esta noche… y, bueno, vamos suspenderla, le digo yo. Yo éramos más o menos capo y él era capo radical. Y la suspendimos y ahí nos conocimos. Ahí nos conocimos”.

Rodolfo Parente (exdiputado nacional UCR)

“Estaba todavía la dictadura de Onganía, que era una ´dictablanda´ pero fue dictadura al final. A mí me costó tres encarcelamientos, pero fue una dictadura blanda, digamos, si se la compara con lo que vino después. Y recuerdo un acto en Victoria que se hizo en un descampado ahí, donde participó el justicialismo, el radicalismo y el Partido Socialista. Y a mí me tocó hablar por la juventud radical. Y Chacho Jaroslavsky habló por el radicalismo, Santiago Reggiardo por el socialismo y Cullen, el doctor Cullen, por el peronismo. Bueno, era impensable en esa época un acto de esas características. Y bueno, se hizo. En ese sentido… este… en eso ´Chacho´ fue un maestro porque supo lo que era la convivencia. Supo lo que era unificar esfuerzo para para arribar a un régimen democrático y supo lo que era compartir y convivir con gente de otra de otra ideología ¿no? En eso creo que fue un maestro. Así que a mí me quedó muy grabado ese episodio”.

En los años ´60 y ´70 se consolidó como legislador en Entre Ríos, pero la dictadura interrumpió su carrera. Como tantos otros, padeció silencios y sombras. Sin embargo, con el regreso de la democracia en 1983, su figura encontró la escena que lo consagraría. Raúl Alfonsín lo convocó para ser jefe del bloque radical en la Cámara de Diputados. Era, quizás, el cargo más difícil después de la propia presidencia. Allí, en los pasillos del Congreso, Jaroslavsky desplegó todo su arte político: la ironía filosa, la capacidad de negociar, la valentía de defender ideas en tiempos turbulentos.

Fue protagonista de la primavera democrática. Sus discursos eran esperados con ansias por propios y ajenos. Hablaba con la contundencia de un entrerriano que no temía al choque, pero también con la sabiduría del que sabe tender puentes. En su palabra convivían el rigor ideológico y la picardía del hombre de pueblo.

 

Antonio Tardelli (periodista)

“Jaroslavsky tenía historia política, por supuesto tenía historia periodística y tenía antecedentes en la tarea legislativa. Con 32-33 años, Jaroslavsky fue presidente del bloque de diputados provinciales de la Unión Cívica Radical del Pueblo en el año ´62, o sea, era la oposición, no recuerdo si en ese caso fue presidente del bloque. Sí sé que fue presidente del bloque durante el gobierno de Contín, el gobierno del ´63 al ´66. Pero, el tipo ya tenía un par de experiencias, este, legislativas. El tipo había renunciado a una banca de diputados porque no estaba de acuerdo con un incremento de las dietas y se discutió mucho, y Jaroslavsky dijo, nosotros los legisladores radicales no podemos aceptar ese incremento de dietas, y hasta se discutió en un congreso partidario del radicalismo. Jaroslavsky dijo, yo no voy a cobrar esto y renunció. Y esto le sirvió a él para generar un espacio de solidaridad política, de reconocimiento, que le permitió ser uno de los referentes de un proceso renovador del radicalismo en la década de los años ´6, en el que estaba Montiel, en el que estaba Eduardo Solari, en el que estaban un montón de tipos muy jóvenes que dejaban, que pretendían dejar atrás lo que el radicalismo de esa época era el unionismo, ¿no? los sectores que habían estado más comprometidos con la Unión Democrática y que, en cambio, se plegaban mucho más a la idea de la intransigencia, o sea, quienes habían mostrado un perfil del radicalismo mucho más renovador, heredero de la declaración de Avellaneda, con el que el radicalismo había pretendido competir con el peronismo. Pero, bueno, quiero decir, Jaroslavsky tenía experiencia parlamentaria, había dirigido un diario en Victoria, el diario ´La Mañana´, clausurado por los militares, lo que daba cuenta de la valentía del tipo al momento de hacer el periodismo y efectivamente se termina convirtiendo en la espada parlamentaria más importante de Raúl Alfonsín”.

Gracia Jaroslavsky (hija)

“Él, siguiendo con eso de su presencia, su vida… su vida pública no lo distrajo de… también tiene que ver conmigo, ¿no? Porque yo siempre fui muy metiche con él, es decir, yo lo era… lo llamaba todos los días de la vida, mientras estuvo vivo, no hubo un solo día que yo no hablara por teléfono con él. Era yo la que lo llamaba, no era él que me llamaba. A lo mejor eso provocó también que el estar, ¿no? … Siempre estaba cuando lo necesitabas y cuando no también. Pero, digo, él levantaba el teléfono y estaba en sus momentos más álgidos de actividad, que tampoco fueron tantos, ¿no? Porque lo que pasa es que fue muy intenso. Pero, vos pensá que Jaroslavsky, su actividad política nacional fue de 9-10 años, como como mucho. Pero, bueno, él siempre hizo política y siempre se dedicó absolutamente con uñas y dientes. Pero, nunca yo sentí… yo no tengo ningún registro de en algún momento haber añorado a mi papá, que no estaba, o que no contaba con él, o que no, al contrario”.

 

Sergio Solari (exsecretario y amigo)

“Chacho a mí me convoca para Buenos Aires cuando él es un giro presidente del bloque, del bloque mayoritario de aquel entonces, en diciembre del ´83… Chacho me convoca y yo llego a Buenos Aires el 3 de enero del ´84. A mí me faltaban muy pocas materias para terminar la carrera de Derecho, y con mi padre la discusión fue, ándate después de marzo porque no vas a rendir, qué sé yo, y la verdad que tuvo razón. Fue un gran desafío que tuve con Chacho a partir de enero, del 3 de enero, cuando él fue nombrado presidente del bloque. Y tan es así que los ocho años que él fue diputado, fue presidente del bloque de la Unión Cívica Radical”.

 

Rodolfo Parente (exdiputado nacional UCR)

“Yo escribí algo sobre él, este, en mi primer libro que escribí sobre el tema de lo que fue mi experiencia de vida, cuento un par de anécdotas. Esta no la conté, pero la voy a contar en el que estoy escribiendo ahora. El famoso duelo de Jaroslavsky. Resulta que mi padre era el dirigente radical acá en Diamante, podríamos decir más importante, y todavía se vivían las consecuencias de lo que fue el 16 de septiembre del ´55, ¿no? Recordemos que fue la caída de Perón o la deposición de Perón. Y en Diamante vivía un militar de alta graduación, quizás era el militar de más alta graduación que había acá en Diamante, que estaba retirado, y había un Regimiento que era muy importante, el Regimiento 3 de Artillería. Y el día, el 25 de se acostumbra en las Fuerzas Armadas de hacerle un homenaje al militar más antiguo, como en la jerga militar el más antiguo que tiene mayor graduación. Entonces, el jefe del Regimiento de entonces le envía la banda a este coronel a tocar una diana de honor. Entonces mi papá escribió un artículo que se llamó ´Diana en homenaje a un servidor de la dictadura´, refiriéndose a la dictadura peronista, ¿no? Y lo publica Jaroslavsky en el diario de ´La Mañana´. Entonces, el jefe del Regimiento completamente agraviado por este episodio, le mete un telegrama a Jaroslavsky pidiéndole que ratifique o rectifique… Jaroslavsky por supuesto ratifica y mi papá… eso lo guardo, le hace un telegrama a Jaroslavsky diciéndole que él asumía la responsabilidad de lo que había escrito y que lo liberaba a Jaroslavsky de cualquier responsabilidad editorial o periodística. Y Jaroslavsky le contesta que no, que él asumía la cuestión. Entonces, el jefe del Regimiento, un teniente coronel, lo reta a duelo a Jaroslavsky... entonces lo reta a duelo y le ofrece que elija armas y él elige sable, imagínense, era algo… los militares habían aprendido a usar el sable, el florete, la espada. Entonces Jaroslavsky ¿qué le contestó? Que él elegía la guacha. Para los que no saben lo que es una guacha es un rebenque con un cabo corto y un tiento largo con el cual se arrían las vacas. O sea, subalternizó totalmente el episodio y lo dejó en ridículo al rol del austero militar y… bueno… el duelo se esfumó vale decir, no se pudo realizar porque imagínese usted un sable contra una guacha, no puede ser. Ese fue otro episodio de ´Chacho´ que me pareció extraordinario, porque él era un tipo que sin tener una gran formación intelectual. Sin embargo, tenía ideas claras en muchos temas. Ideas claras en muchos temas fundamentales, ¿no es cierto? Por ejemplo, hay un episodio que yo lo voy a contar, pero que quizás no se sepa. Él era jordanista, digamos sin repudiar a Urquiza, sin criticarlo, él era jordanista. Y un día yo lo visité en ´La Mañana´ y me dijo, mirá, tengo una deuda pendiente que escribir un libro sobre López Jordán. Lamentablemente, nunca lo escribió y hubiera sido bueno que él lo escribiera porque él se documentaba, se informaba, y además tenía muy buena pluma. Y con esas manos que tenía de pilotear aviones, el piloteaba los aviones fumigadores… tenía unas manos así entonces, me lo imagino escribiendo con lapicera o escribiendo a máquina, ¿no? (…) Uno puede estar sobrado de instrucción, uno puede atravesar todos los niveles formales e informales de la instrucción. Pero, la sabiduría, la sabiduría es algo que se impregna uno de sabiduría se impregna, es algo innato a veces, o nato, pero no todos los instruidos son sabios, al contrario, la sabiduría es algo… es un agregado que no todos… no toda persona instruida lo tiene. Y eso es hay que valorarlo con mucha seriedad y responsabilidad ¿no? Y Jaroslavsky era realmente un sabio en ese sentido, ¿no?”.

Antonio Tardelli (periodista)

“Jaroslavsky, como en muchas otras cosas, no fue un estratega, no fue un ideólogo, no fue un diseñador de políticas, era, en todo caso, la espada de Alfonsín. Era el tipo que ejecutaba en el Parlamento la idea de Alfonsín. Cuando vos decís, efectivamente, hay una entrega anticipada del poder de Alfonsín a Menem, efectivamente, el radicalismo que conservaba la primera minoría en la Cámara de Diputados termina votando dos leyes que para mí son muy cuestionables, pero que Menem las necesitaba en ese período de transición, que eran la ley de reforma del Estado y no recuerdo cuál era la otra… eran dos leyes claves ¿no? Y efectivamente, el radicalismo acompaña eso porque era una especie… pareció ser como una parte fundamental del acuerdo que le permitía a Alfonsín irse antes. Mirá qué paradójico cómo te lo estoy presentando: le permitía a Alfonsín irse antes, porque Alfonsín -entre otras cosas- no quería firmar el indulto que el menemismo ya le estaba pidiendo que firmara. Y Alfonsín dijo en estas condiciones yo me voy”.

 

Con Raúl Alfonsín, César Jaroslavsky tuvo un vínculo entrañable y, al mismo tiempo, tenso. Lo acompañó en las horas luminosas del Juicio a las Juntas, en la ampliación de derechos, en la recuperación de las instituciones. Y también lo criticó, cuando sintió que era necesario. “Chacho” no era cortesano de nadie: era un radical con voz propia.

 

Rodolfo Parente (exdiputado nacional UCR)

“Chacho fue realmente un gran conductor porque pese a que sus decisiones muchas veces no eran aceptadas y el bloque votaba y decidía… y bueno… y el resto aceptábamos lo que decidía el bloque aun no estando de acuerdo muchas veces. Cosa que ahora no sucede. Ahora es una anarquía donde cada uno hace lo que se le antoja, donde no hay una línea conductora, donde no hay un esquema de conducción ni de seguimiento de la conducción, no existe nada. Entonces es una ordalía. Cada uno hace lo que se le antoja, hay agresión, falta de diálogo, insultos, etcétera ¿no? Bueno, él fue un gran presidente de bloque”.

 

Sergio Solari (exsecretario y amigo)

“En aquel entonces la legislatura en general era de una jerarquía enorme, institucionalmente hablando. Hoy… la verdad que da vergüenza ver muchas, y lo voy a decir de manera vulgar, muchas cacatúas que ejercen el parlamento que dan vergüenza. En aquel entonces realmente era escribir la historia, escribir los libros, ser respetuoso del espíritu de las leyes, el espíritu de Montesquieu, en donde cada ley que se trataba se profundizaba en las cuestiones esenciales y de ahí salían las grandes leyes. Esto lo grafico Lorenzo Pepe, el mismo José Luis Manzano, obviamente, Chacho Jaroslavsky, José Rodríguez, Cafiero, es decir, eran unos hombres de la política enormes en lo institucional. Y esto llevó a una construcción y a un afianzar la democracia que se logró”.

Antonio Tardelli (periodista)

“Fue un autodidacta, fue un tipo que se quedó casi sin familia de muy pequeño, fue un tipo que la peleó mucho. Después, aparecieron en ese radicalismo de los ´80 algunas cosas que en ese momento no estaban bien miradas y que hoy serían cosa de nada. Esto es, cierto manejo de dinero para una campaña política. La campaña política de 1986 en Entre Ríos que enfrenta a Lafferriere con Brasesco y a Jaroslavsky con Montiel, nos mostró en la política entrerriana por primera vez, un despliegue de dinero, de publicidad, que fue ciertamente impactante. Había una revista, ´El Periodista´ de Buenos Aires que dijo, en Entre Ríos se ganó, medio millón de dólares y aun así los tipos que conocían bien a Jaroslavsky decían que Jaroslavsky podía manejar algún dinero, pero era un pródigo, era un pródigo que ni se fijaba dónde iba ese dinero, un tipo muy generoso”.

Gracia Jaroslavsky (hija)

“Jaroslavsky, cuando llegó al Congreso de la Nación en el ´83… él lo primero… de lo primero… yo estaba ahí tipo metiche todo el tiempo, ¿no? Porque me fascinaba verlo y me fascinó, obviamente, como a todo el mundo. Yo tenía 25 años, o 26 en ese momento, entonces, fue la primera vez que yo voté en el ´83, así que fue toda una… yo todavía no tenía actividad política propia, así que siempre andaba atrás de él o de lo que él hacía. Y él lo primero que yo vi cuando él llegó ahí es que él buscó… La verdad es que Jaroslavsky era un tipo muy inteligente, sumamente inteligente, y tenía una capacidad de adaptación a cualquier situación, situaciones nuevas extraordinarias. Y él lo primero que hizo fue ubicar un rol que a él le permitiera desplegar todo lo que él era. Y era una Cámara compleja esa, porque había… eran dos personajes muy fuertes y muy preparados, y universitarios. Jaroslavsky tenía sexto grado, siempre fue un autodidacta, un tipo que sabía probablemente más de Derecho que muchos abogados, pero porque estudiaba, se la pasaba leyendo y estudiando. Pero no era ese lugar en donde él se iba a destacar”.

En 1989, cuando la hiperinflación y las presiones empujaron la salida anticipada de Alfonsín, Jaroslavsky fue uno de los testigos privilegiados de aquellas horas dramáticas. No se escondió. Dio la cara, con esa frontalidad que siempre lo caracterizó. Los años ´90 lo encontraron en un lugar distinto. Se alejó del centro de la escena, pero nunca del todo. Siguió opinando, escribiendo, participando. Su mirada crítica hacia el neoliberalismo y sus consecuencias sociales dejó claro que, para él, la política era una herramienta de justicia y no de especulación.

 

Rodolfo Parente (exdiputado nacional UCR)

“Las decisiones que él tomaba y cuando asumía la responsabilidad del bloque en el recinto, se lo respetaba. Y no era el orador principal de los temas, porque él… los temas le resbalaban, es decir, él hacía el análisis de las cosas de fondo. Cuando había que discutir cosas de fondo, una convivencia, un compromiso, el honor a la palabra, lo que se había acordado, etcétera, era difícil de acordar. Porque después del ´87, cuando el peronismo gana la legislativa, el radicalismo queda disminuido en la Cámara. Sin embargo, salió la ley de coparticipación en aquel momento, lo cual fue un logro extraordinario. Todavía no hemos logrado una ley de coparticipación. Y ni hablar en el ´89 cuando Menem gana las elecciones y se produce ese interregno que requirió del radicalismo un gran renunciamiento, porque había que facilitar las leyes que Menem quería. Menem había ganado, entonces si el radicalismo se ponía en contra, a morir, las leyes no iban a salir. Entonces él se comprometió a facilitar la sanción de algunas leyes que el gobierno consideraba inescindible o necesaria. Quizás leyes salieron contra la voluntad de muchos de nosotros, que no estábamos de acuerdo. Pero, había una palabra dada y esa palabra había que cumplirla”.

Sergio Solari (exsecretario y amigo)

“La construcción política que ejercía Chacho Jaroslavsky como mano derecha de Raúl Ricardo Alfonsín -ese gran presidente que tuvimos-, era ni más ni menos por la lealtad. Esencialmente, Chacho era un leal… un leal en la persona, un leal en la causa, un leal en el diálogo, es decir, cada vez que él tenía que dialogar con alguien, sea quien sea, lo hacía con profunda convicción y respeto. Y esto lo transmitía. Les recuerdo una anécdota o una verdad. En aquel entonces, alguien que era muy odiado por los radicales era Herminio Iglesias. Herminio Iglesias, cuando termina su corto mandato de legislador nacional, sus 40 y pico que tenía nombrados en el bloque peronista quedaron en la calle. Bueno, Chacho habló con Juan Carlos Pugliese justamente y lo convenció para absorberlo él como bloque radical a todos esos peronistas. Por lo tanto, en aquel entonces, al ser esto, era realmente llamativo, y esto llevó a que Chacho tuviera una profunda relación con el peronismo de respeto recíproco, y se lograron muchas cosas. Por ejemplo, sacar muchas leyes que en aquel entonces se pensaban que no iban a poder ser, como en la ley de divorcio, por ejemplo”.

Antonio Tardelli (periodista)

“El tipo entendió claramente lo que representaba el peronismo en la historia política de la Argentina y lo entendió también desde su lugar de oficialista. Vos no te olvides que Alfonsín gobierna con control de la Cámara de Diputados, pero con un Senado en contra, lo que obligaba a Alfonsín y al radicalismo, también a Jaroslavsky, aunque la situación era diferente en la Cámara de Diputados, obligaba a un ejercicio de negociación permanente con el peronismo. Entonces, yo creo que la estrategia de Jaroslavsky era confrontar… confrontar… confrontar muy duramente, pero en determinado momento entender que la confrontación perdía sentido si no se la relegaba en un ejercicio de construcción de consensos que en el que él creía, porque la coyuntura política lo obligaba a creer, pero en el que también creía por una convicción muy genuina. No era un tipo de pensar el poder desde una imposición muy firme y hasta violenta o virulenta. Él pensaba el poder como Alfonsín -porque en definitiva él es un discípulo de Alfonsín- … él pensaba el ejercicio del poder como un ejercicio de construcción de consensos democráticos”.

Gracia Jaroslavsky (hija)

“Todos sus vínculos afectivos, él.. siempre me decía, lo único que vas a heredar de mí es mi apellido. Y, es cierto, porque lo que heredé de él fueron todos sus amigos. Los amigos peronistas que tenía un montón, muchos los conservé y los conservo, los que están vivos a lo largo de los años. Pero, sí, tenía relaciones de un vínculo muy fuerte. Para él era eso, es decir, se vinculaba a la persona desde el conocimiento de esa persona, desde el afecto, desde la amistad, y construía por… no le importaba… Construía política, porque para él la política era el hacer lo necesario para que las cosas sean como deben ser, ¿entendés? Era muy pragmático en ese sentido. Es decir, no le tenía miedo al acuerdo, no le parecía que estaba renunciando a ninguna bandera acordando con otros por un bien común, ¿entendés? (…) Él lo quería mucho a don Raúl. Le tenía un respeto y una admiración, lo trataba de usted. Varias veces yo estuve con él visitándolo… después que Alfonsín saliera de la presidencia… en sus oficinas en Buenos Aires. Tenían una relación de mucho respeto. Para Jaroslavsky, Alfonsín era palabras mayores. Yo creo que ni Alfonsín ni el radicalismo le dio a Jaroslavsky lo que Jaroslavsky le dio tanto a Alfonsín como al radicalismo. Pero, bueno, él amaba a Alfonsín y lo respetaba”.

Sergio Solari (exsecretario y amigo)

“Cuando se llama a elecciones en mayo y perdimos junto a quien ganó las elecciones en aquel entonces, yo por cuestiones de cábala no lo nombro, no por antiperonista ni por gorila sino por esas cosas. Quien ganó las elecciones pretendía, con justa razón y legitimación en el voto, que se le votasen las leyes desde mayo a diciembre, que terminaba el mandato de quien así lo tenían hasta diciembre, por ejemplo, en el bloque radical había muchos que terminaban el mandato en diciembre… y Chacho tenía grandes discusiones en el bloque porque él, y así lo hizo y así lo ejerció, hacía votar la ley que el presidente solicitaba… el presidente electo solicitaba, y a partir de julio que asumió el poder, ante la decisión de nuestro presidente Alfonsín para salvaguardar la vida democrática a los argentinos, ejerciendo la presidencia ya, este, don Carlos, por decirlo de alguna manera, Chacho, con el bloque mayoritario que teníamos, bloque de quórum propio, con 129 legisladores, hacía votar las leyes que solicitaba el presidente”.

Rodolfo Parente (exdiputado nacional UCR)

“Con Menem trascendió de la relación interpartidaria a pasar a ser una relación personal. Eso molestó bastante. Porque claro, Menem tenía sus problemas serios… yo no voy a hablar de los problemas de Menem porque todo el mundo los conoce o por lo menos los contemporáneos, y Jaroslavsky se acercó a Menem. En algunos aspectos fue positivo esto, porque la civilización política no se perdió, que es algo que se ha perdido totalmente. Yo soy un fanático de la convivencia de la civilización política, en eso creo que fue positivo”.

 

Jaroslavsky fue más que un parlamentario. Fue un hombre de cultura, un pensador, un escritor oculto en la piel de un político. Sus textos y reflexiones lo muestran sensible, atento al pulso de su tiempo, pero también consciente de que la palabra es un arma poderosa. Murió en 2002 en Buenos Aires y a los 74 años. Lo despidieron sus compañeros de lucha, sus adversarios y, sobre todo, una provincia entera que lo reconocía como uno de sus hijos más inquietos.

 

Antonio Tardelli (periodista)

“En la época de Jaroslavsky, la política era un ejercicio de profunda transformación y de enormes pasiones. Hoy la política se hace sin pasión, casi fríamente, burocráticamente, casi con una mentalidad empresaria o de marketing. Estos tipos eran, la generación de estos tipos era una generación de tipos profundamente apasionados”.

Gracia Jaroslavsky (hija)

“También pasó momentos muy muy difíciles en su vida. No solamente con su salud, sino económicamente siempre andaba a los saltos. Siempre era un drama. Si no fuera por mamá que era el sostén de toda la estructura, yo creo que no sé qué hubiera hecho, pero probablemente se lo hubiera arreglado, pero él no se preocupaba, no era un tema que lo ocupaba ni se preocupaba por eso. Y la salud le jugó varias malas pasadas. De hecho, él tenía un problema de columna, donde hacía varias hernias de disco, la primera la operaron acá en Victoria. Yo no sé, tendría que pensar para acordarme la fecha, pero fue… yo estaba en la escuela secundaria, así que ya arrancó con problemas de columna tempranamente. Era un tipo muy grandote, pesado, y, bueno, eso se le repitió hasta que finalmente en el ´91-´92 creo que fue… empezó a tener serias dificultades en una pierna que no la sentía, perdió la sensibilidad. Y ahí fue cuando decidieron ir al Hospital Italiano y operarlo. Y esa operación fue un desastre. La verdad que resultó todo mal. Y él no se pudo volver a parar después de esa cirugía. Y ahí fue, bueno, empieza un proceso de rehabilitación, que ahí viene el presidente (Carlos Saúl) Menem y le ofrece ir a Cuba. Y es cuando…  no… fue así… Menem le ofreció ir a Estados Unidos. Y los amigos de él fue que le consiguieron a través de la Embajada ir a Cuba, y él eligió Cuba, no Estados Unidos. Tenía la posibilidad de ir a Estados Unidos y eligió Cuba. Y en Cuba, bueno, ahí fuimos, estuvo 9-8 meses y pico, y lo sometieron a un proceso de rehabilitación muy intenso. Lo lograron parar y caminar. Vuelve caminando, con corsé, por supuesto, y con bastón, pero fue unos meses terribles para él, porque vos pensás que él no podía caminar y no controlaba esfínteres. Así que la pasó en una época que la pasó muy mal… muy mal, estaba callado”.

Sergio Solari (exsecretario y amigo)

“Chacho Jaroslavsky, que muy poca gente lo sabe -y él lo decía- … más todavía a él le decían, doctor Jaroslavsky, más doctor sería usted, contestaba. Él tuvo secundario… él… en aquel entonces había sexto grado, él terminó sexto grado y él fue un gran culto, un hombre muy formado, de mucha lectura, un gran escriba y amante de la libertad de prensa. Pero, él siempre decía que la libertad de prensa en Argentina nunca existió, más en aquel entonces cuando arrancamos, y lo que sí existía era la libertad de empresa. La empresa puede ser individual y lo que uno decide es la libertad de empresa, no la de prensa. Esto lo llevó a Chacho a ser muy crítico y muy valiente en las letras y lo que escribía en aquel entonces, fundamentalmente, en la época de la dictadura. No solo que le clausuraron el diario, sino que él terminó preso por Fabre gobernador… quien lo defendió fue papá, en un juicio oral, uno de los primeros juicios orales que hubo acá en Entre Ríos -después de Córdoba- y salió en libertad y pudo reabrir su diario. Pero, siempre lo ejerció con absoluta valentía y siempre amó la pluma”.

Gracia Jaroslavsky (hija)

“Él sigue estando. Lo de él es alucinante. Porque yo me encuentro con todos… los otros días voy a Rosario, al otorrinolaringólogo, y el otorrino, que era un tipo joven, yo me siento en alguna parte, me preguntan el nombre y automáticamente me preguntan si soy la hija de Jaroslavsky, o qué relación tengo con Jaroslavsky. Es decir, han pasado… papá murió en el 2002, en febrero del 2002… y la gente se sigue acordando de él, y se ve que los padres les hablan a los hijos, porque los hijos lo registran. Siento… no es la masividad, obviamente, que tenía cuando vivía, ¿no? Y cuando hacía política, pero es como que creó una marca registrada. Es decir, registró una a través de su conducta y de su trabajo, una impronta que se sostiene. De hecho, acá van a los otros días unos chicos me vienen a ver porque van a abrir un restaurant y le ponen ´Don Chacho´ ¿viste? Y vos decís, todavía… Y sí, sí, la gente lo recuerda”.

Sergio Solari (exsecretario y amigo)

Todos sabemos que Chacho tuvo una dificultad en su salud, que lo llevó… esto se dio en el Hospital Italiano, él tenía siempre tuvo hernias de disco, fue un gran nadador, fue campeón argentino. Esta fue la pelea que también es una anécdota que había siempre con Sergio Montiel: los dos campeones argentinos de natación, así que ella era la pica. Esto lo llevó como buen deportista, jugó al rugby también, a tener 2 o 3 hernias de disco que le dificultaba en algunas ocasiones caminar… con fuertes dolores y demás. Él se opera en el Hospital Italiano una vez, 2 veces y la tercera vez lo operan de acá adelante para llegar a la columna. Lamentablemente, no por mala praxis sino por lo difícil de la operación, hubo un toque a la médula y eso le provocó una parálisis de la cintura para abajo. No podía caminar, o sea, algo tremendo. Él tenía… era clase media normal, siempre fue igual, siempre tuvo lo mismo, y el bloque radical, Fernando De la Rúa era el presidente del bloque, pusieron a hoy, supongamos, no sé, 500.000 pesos cada uno, no me acuerdo, algo así, y eso le permitió a Chacho comprar un departamento que no tenía. Él tenía un departamento muy chiquito en Buenos Aires… compraron un departamento de 2-3 ambientes, que era lo que les solicitaban para poder, después de hacer la rehabilitación, que él pueda seguir en su casa. Pero, la rehabilitación en sí era imposible para él en su en su capacidad económica de gasto. Tuvo dos opciones: una Estados Unidos y la otra Cuba. Chacho hace el razonamiento, dice: yo, de inglés no sé ni media letra, prefiero Cuba. Fidel Castro lo recibió y le otorgó el chalet presidencial de huésped, y así estuvo un año entero en Cuba. Pero, quien lo ayudó a él, que lo fue a ver, donde estaba postrado en la cama en el Hospital Italiano, ahora sí lo voy a nombrar, fue el presidente Menem… de esa amistad que tenían en su momento… cuando Chacho se hace este acuerdo de entregar el poder antes para evitar toda catástrofe, recordemos que Di Tela había dicho vamos a poner un dólar recontra realto y en esa semana perdimos 1.500 millones de dólares, que hoy serían 15-20 mil millones, no sé cuánto. En ese entonces, el presidente se enteró que no tenía plata y fue y le puso un toco de dólares en el pecho y le dijo: Chacho, esto para vos. Y así fue, y así volvió caminando”.

 

Hoy, su recuerdo sigue latiendo en la memoria política argentina. Chacho Jaroslavsky encarna la figura del político que entendió que la democracia se defiende en cada gesto, en cada palabra, en cada debate. Un entrerriano que convirtió su vida en testimonio y su voz en bandera.

Su legado es el de una política con pasión y con cultura. Una política que no teme a la contradicción, que no se rinde ante el poder de turno y que sabe que, sin palabra, no hay democracia posible.

César “Chacho” Jaroslavsky: el radical de la palabra filosa, el entrerriano que hizo de la política un arte y de la memoria, un destino.

 

Sergio Solari (exsecretario y amigo)

“Ocurre con los jóvenes de hoy, que con todo cariño y respeto todos hemos sido jóvenes. Hoy la verdad que muchos no saben quién fue Alfonsín, algunos creen que era un remedio, no sé. No pasa así con lo de Chacho, porque Chacho Jaroslavsky fue como que inauguró una manera distinta de hacer política. Y la manera distinta de hacer política que Chacho inauguró, no por la importación sino porque él era así, naturalmente era así, ocurre que con todos los medios nacionales ascendió a todo el país. Yo creo que Chacho era tan conocido como Alfonsín. Y Chacho decía lo que pensaba y lo decía como le salía, como era él. Para él… pido licencia decir: culo no era mala palabra, y lo decía de tal manera que no quedaba mal. Eso no quiere decir que lo estoy diciendo permanentemente. Pero si uno no compara y contrasta con el impertinente del presidente que tenemos, la verdad que Chacho, con eso logró trascender fronteras, que lo que lo entiendan en cuanto a su convicción de decir las cosas y luchar por la lucha misma para conseguir los objetivos buscado como ideológicamente así lo planteábamos. Por eso él, en la juventud radical, tenía una relación prácticamente de pares. A Chacho lo trataban como un joven más los radicales de aquel entonces, Carlitos Raimundi y que era presidente de la juventud -ya no es más radical-, pero bueno, pero todo así, Jesús Rodríguez, todos esos jóvenes de aquel entonces tenían un apego muy importante con Chacho, por la manera de ser de él”.

 

Rodolfo Parente (exdiputado nacional UCR)

“Yo siempre digo que en la Argentina sobran estatuas y faltan pedestales. Y en todos y cada uno de los pueblos pasa esto. En Diamante pasa exactamente lo mismo. Si acá hay figuras pre claras, hubo figuras fundamentales en la historia local, que sin embargo no tienen un reconocimiento popular a través de alguna iniciativa, porque hay prejuicios y celos locales. Son sociedades… Chejoff creo que dijo, píntame tu aldea y pintarás el mundo, o algo así. Y yo creo que en nuestras sociedades… son -en ese sentido- bastante pijoteras con respecto a esta gente, con el agregado que el viaducto Victoria-Rosario se debe en gran parte al empeño puesto por Jaroslavsky; contra la opinión mía personal. Nosotros en Diamante no estábamos contentos con ese viaducto porque nuestro puerto perdió gran actualidad productiva, porque el colono prefiere enviar sus productos a los puertos de Rosario en lugar de enviarlo al puerto de Diamante, que además está colonizado por la empresa Cargill, que lo ha condenado a hacer un depósito. Pero, es cierto lo que usted dice, razona bien y me parece que nuestra sociedad -en ese sentido- son muy egoístas ¿no? Y no reconocen. No pasa lo mismo en Victoria con Radío, con Pedro Radío, que fue un personaje conservador, una figura importantísima del conservadonismo entrerriano, que después se mudó al peronismo y fue embajador de Perón en España. Y en Victoria hay muchas obras de Radio. Está la Escuela Normal, el puerto, hay mucha obra de Radio y Radio está reconocido en Victoria de una manera muy, muy importante. Bueno, sería bueno que Jaroslavsky tuviese su calle, su busto, algo que lo que lo represente en esa ciudad”.

Sergio Solari (exsecretario y amigo)

“Uno en la vida siempre tiene sus maestros. En mi caso personal, el primer maestro fue mi padre, el segundo Chacho y el tercero Montiel… así con quien yo tuve experiencias, vastas experiencias en lo político, con mi padre familiar, de vida, de amor, y con Montiel y Chacho también. Y, fundamentalmente, con Chacho a mí me dejó varias improntas y varias enseñanzas que yo al día de hoy la ejerzo con absoluta lealtad a Chacho. Esto es en decir siempre lo que pienso, sea como sea”.

Gracia Jaroslavsky (hija)

“Él no era de Victoria… él vino a Victoria en el ´55 al diario, a hacerse cargo del diario. Y ahí la conoce a mamá, y ahí inicia su vida acá. Pero, yo creo que, con cariño, qué sé yo, hay de todo, ¿no? Hay quienes seguramente no lo querían o ahora quizás ya no porque ya toda la gente de su generación ya no está; pero generaba probablemente mucha… viste que cuando alguien triunfa… que vivía con vos al lado… dijera una sobrina mía ´ese no es el tío César, porque no está en calzoncillo´… Claro, ella lo veía acá en la casa, en calzoncillo y en la televisión no era. El que está al lado tuyo no puede, de pronto, ser una estrella y vos no, ¿no? Pero, bueno, no sé, supongo que la mayoría tiene un buen recuerdo, porque tuvo muchos amigos”.

Memoria Frágil: César “Chacho” Jaroslavsky, el radical de la palabra filosa

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