
Gimnasia mostró sus dos caras en Tandil, con 35 minutos iniciales de alto vuelo, de lo mejor que mostró en la segunda mitad del año. Porque estuvieron en un alto nivel, ese que nunca mostraron y siempre se les reclamó, Matías García, Fernando Giarrizo, manejando el balón con criterio y hasta con belleza, ayudados por Aquino en el medio campo, la firmeza de la defensa y las corridas de Ferreira.
Por todo esto es que el Lobo sorprendió y además porque pegó primero con un gran gol. Saque largo de Kloster, Giarrizo que la bajó, Ferreira picó y García que definió para poner en ventaja al equipo uruguayense a los 14 minutos.
El Lobo siguió en la misma tesitura hasta que llegó el primer gol de los locales, el del empate a través de Zárate a los 26’. Y 10 minutos más tarde llegó el error por apuro del árbitro. La redonda pegó en el brazo de Guiffre, Eliseo Acosta pitó el penal y la expulsión del lateral.
El error del juez terminó siendo fatal para Gimnasia porque pasaba a perder inmerecidamente y a quedarse con un futbolista menos a poco del final de la primera parte, lo que fue injusto para un equipo que dominó casi toda esa etapa y mereció mejor suerte.
El regreso a la parte final mostró a Gimnasia con la intención de buscar el empate. Pero Santamarina no se quedó descansando con la mínima ventaja y también fue a buscar ampliar el marcador. Lo encontró con Abálsamo a los 58`, quién en la primera que tocó la metió para el tercero.
Un minutos después llegó la expulsión de Juárez por doble amarilla y asunto concluido más allá del coraje de los que quedaban en cancha, que hicieron revolcar a Bertoya dos veces para negarles el segundo. Pero la ventaja numérica que gozó el local fue decisiva porque tiene jugadores de buen pie, consigna Uno.
Y a los 79’ llegó el cuarto con una bomba de Zárate y el quinto de Michel ante un Lobo ya entregado, sintiendo las piernas y la bronca por un penal que cambió el partido. Ahora llegará un nuevo director técnicoi y aires de cambios. Ojala sean para bien.