PABLO ROCHI
La vuelta de Echagüe a la Liga Nacional tuvo por estos días una noticia más que importante. Se trata de la contratación de su nuevo entrenador, quien tendrá el gran desafío de dirigir al equipo en la máxima categoría del básquet argentino. Pero lo llamativo no pasa por este fichaje, sino por lo que rodea al protagonista en cuestión.
Daniel Maffei, el flamante DT del elenco paranaense, tiene una historia muy particular, tal vez ignorada por muchos.
Maffei es un entrenador conocido en el básquet nacional, con una trayectoria muy importante. No obstante, gran parte de su carrera la realizó en el exterior.
Para entender de quién se trata: Maffei dirigió en Venezuela, República Dominicana, México, Panamá, España, Arabia Saudita, Jordania, Dubai, Bahrein y Qatar.
Desde ya, contar con semejante recorrido es una invitación para querer conocer detalles de un técnico con una variada carta de presentación.
Claro está, el básquet es el tema esencial y el motivo por el cual este entrenador logró recorrer tantos países como lugares llamativos.
—No sorprende que un técnico de básquet dirija en el exterior, porque eso sucede a menudo. Lo que sí llama la atención es la cantidad de países que recorriste.
—Sí, es cierto. Conocí lugares, ciudades y países que si no fuera por el básquet creo que ni remotamente hubiese visitado. Lo imagino como algo imposible de lograr si uno intenta armar una valija, comprar pasajes y subirse al avión. Me lo imagino así, ya sea por una situación económica, por falta de tiempo o de organización. En este contexto, para mí fue un sueño conocer las pirámides de Egipto, un lugar al que siempre quise ir y que admiré profundamente. Y a decir verdad, lo conocí gracias al básquet. Desde que tengo uso de razón quise conocer las pirámides. Demoré 50 años en hacerlo, pero lo logré. En cambio, mis hijos también tuvieron la gracia de conocerlas, pero ellos lo hicieron a los 5, 8 y 12 años.
—Estar lejos de tu país por la profesión debe ser duro y complicado, pero con el paso del tiempo también un regocijo grande, especialmente después de conocer lugares increíbles.
—Sí, lo es. Por eso también tenía ganas de dirigir en la Argentina. Igual no puedo renegar de lo que nos pasó. Con mi familia pasamos una Navidad en la Iglesia de Belén, en Jerusalén. Después vivimos durante siete meses en Dubai. ¿Sabés lo que es eso? Es increíble. Entonces, por el básquet, toda mi familia y yo tuvimos la chance de conocer una parte importante del mundo que jamás hubiese imaginado que podría visitar.
—Dame un ejemplo más…
—¿Un ejemplo más? Estuve en Arabia Saudita, un país que no permite el turismo; está prohibido. Ser director técnico me sirvió para ingresar a ese país. Conocí de lleno lo que es el Islam. Y así como ustedes escuchan del ISIS, personalmente tengo infinidad de amigos que viven allá y con quienes chateamos permanentemente. Nos comunicamos y mantenemos una amistad. Hablo con mucha gente musulmana, con quienes charlo sobre el Islam y el Corán. Si te tengo que hacer mención a los árabes te podría contar cosas durante horas, porque una cosa es lo que en Argentina y el mundo se habla, o te cuentan en los medios, y otra es saber bien cómo funciona.
(Más información en la edición gráfica número 1044 de ANALISIS del jueves 11 de agosto de 2016)
