Por Hugo País (*)

Hay días, tiempos, donde la vida nos reclama respuestas, por la crisis en la que hemos sometido a nuestra comunidad social. Momentos, donde no sólo podemos hablar de desencanto, sino más bien de crispación, violencia, tensión, donde la crisis pone en juego en todos, la capacidad de tolerancia y ello nos conduce a repensar, en la necesidad de estar en paz en nuestras familias, comunidades, organizaciones. La escuela no escapa como espacio de encuentro, con estudiantes, padres y docentes a ello. Duele sin lugar a dudas, lo ocurrido en aquella escuela de Jujuy, que muestra lo que siente en su ser el educador, cuando no puede dar respuestas a las demandas que hace su comunidad.

Percibimos sí, una epidemia de intolerancia, que avanza sobre la sociedad toda, se expresa tanto en los barrios más humildes, como en los de los sectores acomodados y por supuesto se erige en hechos que se manifiestan o trasladan a los ámbitos de las escuelas. Hay violencia, agresión y faltas de comportamientos de sana convivencia.

En nuestro país, hace tiempo, desde la política, se ha recurrido a la expresión de “grieta” para significar ese estado de carencia de tolerancia, de ruptura, conflicto, división, la que muchos alimentan y donde contribuyen a ello algunos medios de comunicación social, donde el “anti” es la principal sustancia con la que se motoriza toda la destrucción del entramado social, se lastima, sin lugar a dudas, la posibilidad de ser respetuosamente dialogante con el otro y no intolerante, y llevar todo al confrontar, a acelerar los tiempos y los procesos humanos, la falta de respeto a la vida, es la mas grave de todas las agresiones que se viven hoy.

Entendemos, que es preciso retomar caminos de unidad y tolerancia, por lo que educar para ello es una alternativa, no solo posible sino necesaria. La tolerancia es algo inseparable de los derechos humanos, a lo que pueden cooperar tanto los dirigentes políticos, sociales, religiosos, los padres y miembros de las comunidades escolares – tanto docentes como no docentes – trabajadores todos, en momentos donde el convivir para superar estas emociones tan desgastantes, depende de todos. Asumir la necesidad de ser con paz social, es deber de todos, es contribuir a una formación humana integral.

Trabajar por la tolerancia, es contribuir a una cultura de paz, la intolerancia es normalmente expresión de violencia y ello puede ser desde el lenguaje a la acción armada. Triste y lamentable son las escenas que se suceden ante reclamos de la población, en espacios de democracia, donde se sucede la represión, donde quien debe garantir la seguridad pide armarse en un país, donde ha costado vidas el retorno a la democracia. Estos síntomas son apreciables en la comunidad toda, y obvio trascienden a la escuela donde los estudiantes, docentes y padres, se apropian del lenguaje de la violencia y no del diálogo que acerca, aproxima y ayuda.

Es necesario, sin lugar a dudas, inculcar la tolerancia y no la grieta, volver al encuentro respetuoso de la diferencia y la diversidad, la escuela constituye un verdadero laboratorio para ejercer la tolerancia, aprendiendo a pensar de manera integradora, centrando el interés en la similitud, creando un clima positivo y trabajando desde y con los valores y en una educación intercultural, que respete la diversidad. Valorar los espacios, devolver la posibilidad del respetuoso dialogo, de la intimidad para abordar los yerros, y no ejercitas quien condena más rápido, lo que nos habla, de que todo ser humano es perfectible, y lo decimos siempre, la educación acompaña la vida, es toda la existencia, y la formación en la escucha y el dialogo, son instrumentos valiosísimos

La tolerancia es la herramienta para recuperar el deseo de ser, estar y compartir, para ello el aula en todas las disciplinas y en todos los niveles, debe repensarse desde esta actitud necesaria y es el docente el artífice de ello, y la comunidad debe contribuir sin lugar a dudas, con una atmosfera de paz, que no se instala con violencia sino con amistad social.

(*): pedagogo, exrector de la Escuela de Nivel Medio y Superior Del Centenario Nº 93 de Paraná.