Patrimonio narco

El lavado de dinero del narcotráfico se expande sin freno en Entre Ríos. La Policía y la Justicia Federal tienen en la mira a “los Latorre”, la banda que más creció en los últimos años y sigue realizando inversiones en Paraná y en la zona de Villa Urquiza. Hay pruebas de la compra de casas, construcción de edificios y de una quinta de enormes dimensiones rodeada de campos, en una zona estratégica para el transporte de drogas por su cercanía con el río Paraná. Abastecen de cocaína a grupos de narcomenudeo en toda la ciudad, otorgan préstamos y están detrás de las balaceras con heridos y muertos en la zona del barrio Consejo, con acceso a armamento de última generación. Un caso que podría ser modelo para el debut de la Ley antimafia en la provincia.
José Amado
En Paraná, el mapa del narcotráfico ha ido cambiando en los últimos años.La Policía y la Justicia tienen bajo la lupa en diferentes expedientes a un clan familiar que se dedica a este delito hace al menos 20 años, quepasó de ser un grupo narco marginal y violento del barrio Consejo a convertirse en uno de los más poderosos de la ciudad, que provee droga a diferentes bandas.
No abandonaron la violencia que viene marcando ese territorio, sino que la tercerizaron a un ejército de soldaditos cada vez más grande, con chicos menores de edad y más fiel, con armamento de sobra. Según las pruebas reunidas en diferentes expedientes e investigaciones en curso, tuvieron un crecimiento económico impactante: pasaron de una esquina y algunas viviendas del barrio, a adquirir decenas de propiedades en ese territorio y en otros puntos de la ciudad, a construir edificios y a comprar lotes y levantar casas enormes en localidades cercanas a la capital provincial. Ni hablar de vehículos. Y se afirmaron en su línea de abastecimiento y transporte de la droga: el río Paraná. También evidencian algo fundamental para este negocio: finos contactos en fuerzas de seguridad, con quienes intercambian información y dinero por protección. “No puede ser que no lo vea nadie”, expresó alguien que los observa de cerca hace años.
Los llaman “los Latorre”, una gran familia encabezada por un hombre de más de unos 75 años, el patrón del clan: Hugo Alberto Latorre, el jefe que mantiene los códigos del ambiente delictivo, a diferencia de sus herederos. Tres de sus hijos son los que hicieron explotar el negocio de la droga con mucha violencia: Carlos Rubén Latorre, de 57 años, Mario Raúl Latorre, de 60, y Hugo Javier, de 45. El primero tiene cinco hijos, de los cuales al menos tres han tenido causas judiciales por drogas y otros delitos graves: Carlos Esteban, Maximiliano Rubén y Diego Andrés. El segundo tiene un hijo que es quien aparecía como el principal jefe del negocio narco en los últimos tiempos, Mario Gabriel, alias “Marito”; y además tiene dos hijas.Son nacidos y criados en el barrio Consejo, con domicilio principal en calle Vicente del Castillo 253, entre Sudamérica y Soler, aunque también en viviendas de los alrededores.
El barrio Consejo tiene más de 80 años. Son unas cinco manzanas con límites no muy claros, pero que podrían plantearse al oeste en calle Sudamérica, al norte en Fraternidad, al sur en Pringles, mientras que al este en el barrio 1° de julio y el Club Don Bosco. Hay distintos barrios en este sector de Paraná que conforman todos una zona amplia y popular en los alrededores de la Escuela Hogar Eva Perón, así como también estratégica por su cercanía al Túnel Subfluvial y a Avenida Ramírez. Sus habitantes son en general laburantes de todo tipo: empleados públicos provinciales y nacionales, de la construcción, del comercio, de la salud, cuentapropistas, changarines, policías, etcétera.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1163, del día 21 de agosto de 2025)