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Planta de combustibles frente a Colón: advierten que los riesgos de actividad van de “severos a catastróficos”

El Ministerio de Ambiente de Uruguay y la empresa HIF Global publicaron el proyecto de instalación de una planta de biocombustibles en el departamento uruguayo de Paysandú, a 3.500 metros de Colón, Entre Ríos. La Multisectorial Somos Ambiente de la Costa del Río Uruguay manifestó su preocupación por los impactos ambientales en la salud y la producción. El Ministerio uruguayo le asignó al proyecto la Categoría C, donde se emplazan los emprendimientos que podrían tener "impactos ambientales negativos significativos". Por esto, se deberá realizar un estudio de impacto ambiental completo y una audiencia pública aunque la empresa -a cargo de Edgardo Ortuño- ya haya incluido medidas de mitigación de los efectos nocivos. Por ahora, sólo está disponible el informe que hizo la consultora privada CSI Global, aprobado por el Ministerio.

Desde la Multisectorial advirtieron que los riesgos potenciales del funcionamiento de la planta "van desde severos a catastróficos y son minimizados (en el informe) con simples propuestas de "manejo" que mitigarían esos impactos. Pero insistimos con que el riesgo cero en este tipo de industria no existe".

"Crece el riesgo"

Si bien los predios de HIF abarcan 440 hectáreas en la zona, el proyecto afectará un área de 180 hectáreas que se concentra sobre el sector noreste del predio, costeando el Río Uruguay a la altura de Colón. Las instalaciones serán visibles desde la costa argentina, pero lo que más preocupa a los vecinos es la calidad del aire. La microrregión Tierra de Palmares -la ciudad de Colón, balneario San José y Pueblo Liebig- podría ser afectada por la instalación debido a las emisiones atmosféricas de gases de desecho. Si hubiese un mal manejo, una columna de metanol gasificado podría llegar en 10 minutos a Argentina, según explicó Carlos Elias Serratti, parte de la Multisectorial.

Para Serratti, el proyecto presentado es más invasivo y agresivo que el que se debatía a mediados del año pasado. La planta de la multinacional chilena aumentó su producción estimada de 560 mil toneladas anuales de metanol a 870 mil. Así se engrosan las cantidades de desechos y la magnitud de posibles errores de gestión. "Crece el riesgo, crece la incertidumbre y crece la vulnerabilidad. Si hay un episodio negativo, estando a tan poca distancia, los gases llegarían tan rápido que no llegaríamos a enterarnos a tiempo. Estamos expuestos a cualquier inclemencia que pueda suceder dentro de la empresa", explicó el vecino. Por las características geográficas de la zona, los vientos tienden a ir en dirección a Colón, especialmente de octubre a abril.

Antorchas

El informe de la consultora marca que las pérdidas de estos combustibles son un riesgo posible "de explosiones, incendio, intoxicaciones por contingencias asociadas al almacenamiento y manejo de sustancias peligrosas (hidrógeno y combustibles)". La planta -que tardará cuatro años en construirse una vez aprobada- edificará cuatro antorchas -chimeneas- de 80 metros de alto y 7,5 metros de llama. "Vamos a tener cuatro fósforos prendidos permanentemente enfrente nuestro", describió Serratti y explicó que no se sabe con precisión qué tipo de sustancias se van a quemar. En el documento de la consultora -más de 300 páginas- especificaron que si les sobra otro material (combustible o subproducto) que no sea metanol, lo desecharían ahí. El vocero de la Multisectorial resaltó que en ese caso, no se están declarando qué otras sustancias entrarían a la atmósfera.

"El metanol no se alcanza a oler, entonces uno se intoxica sin darse cuenta. Al metabolizar este alcohol, el cuerpo se termina afectando", comentó el vecino. Los efectos a la salud pueden ser irritación de diversos tipos, mareos y pérdida de visión que, en el peor de los casos, puede ser irreversible.

Unidos por el río

Si bien el presidente uruguayo -Yamandú Orsi- había pedido que corran las antorchas o las bajen, el intendente de la localidad pidió ser diligente con la empresa por el buen impacto económico que traería al departamento y al país: el combustible sintético sería principalmente para exportar. Las organizaciones uruguayas Paysandú Soberano y PIT-CNT también se han manifestado en contra de la instalación y tienen proyectos para que no se instale la planta, tanto en el departamento como en el país.

Aunque el proyecto de HIF pretende extraer 450 litros por segundo del Río Uruguay, en principio no declaró que vaya a expulsar durante su funcionamiento, aguas servidas o residuos tóxicos allí. Según la Multisectorial, hay denuncias presentadas en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) -un organismo internacional donde Argentina y Uruguay reglamentan los usos que se le pueden dar al río- pero todavía no ha ocurrido nada.

CARU no está obligada a actuar por la contaminación del aire, pero sí por la del agua. En el informe, la consultora reconoce: "una mala gestión tiene el potencial de alterar la calidad de suelos y cuerpos de agua, a la vez que aumenta el riesgo de ocurrencias de contingencias con daño potencial al ambiente y/o las personas".

Dióxido de carbono

Según publicó Página/12 este miércoles, la empresa declaró que los productos finales serán conducidos por ductos desde la Planta de HIF hacia la Planta de ALUR Paysandú -la empresa de alcohol de Uruguay, localizada a 4 kilómetros- donde serán almacenados y transportados finalmente a Montevideo. De todas formas, primero habían dicho que la ubicación cerca de esta otra industria era porque la empresa estatal podría proveer un 20% del dióxido de carbono que necesitaban en el proyecto original. Con el aumento de la producción esperada, este porcentaje se achica al 5%.

El 95% restante del dióxido de carbono que necesitan para funcionar será de la quema de madera de la industria forestal. La Multisectorial estima que esto generará 30 mil toneladas de ceniza al año y advierte que no se explicitó cómo será tratado ese residuo. "Colón de esto no tiene ningún beneficio. Modificaría radicalmente el modo de vida, la forma de organización de la comunidad, la economía local y el turismo... a cambio de nada. Al contrario, todos son aspectos negativos", reflexionó Serratti y puntualizó: "lo que le decimos a Uruguay es que está bien si quiere producir biocombustibles, pero no acá enfrente". Todavía el país vecino puede dar marcha atrás con la instalación de la refinería sobre el Río Uruguay. Internamente están pendientes la presentación del informe de impacto completo por parte de la empresa, la audiencia pública, el informe final y la resolución ministerial.

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