Por José Carlos Elinson
(especial para ANALISIS)
-Y con la seguridad, qué va a pasar- me preguntó Rubén una noche de guardia de él e insomnio mio de las tantas que se suceden en el hospital. –Digo-aclaró- con el cambio de autoridades.
-Porque en la Argentina nos olvidamos con demasiada facilidad de cosas que deberíamos tener presente como parte de una historia que lamentablemente nos definió como país sin que a nadie del poder se le moviera un pelo y de la misma manera nos sigue definiendo.¿te acordás de Robo para la corona?, el tipo era un funcionario de alto rango que escribió el libro reconociendo desde el título, primero que robaba y segundo que lo hacía para los estamentos más altos del poder; y el libro pasó y nadie pidió explicaciones, claro, quienes iban a pedir explicaciones si eran los destinatarios del latrocinio. Y esto se mantuvo en el tiempo, con distintas caras, con distintos nombres, por eso la pregunta. ¿con estos que vienen ahora –que la mayoría ya estuvo- ¿qué seguridad podemos tener que lo nuestro, lo que ganamos laburando todos los días no vuelva a engrosar los bienes de la corona?
-Loco, tengo casi 50 años y nunca robé una moneda y no digo que por eso tengan que aplaudirme, no hago más que poner en práctica lo que me enseñaron los viejos y lo que intento enseñarle a mis hijos, pero cómo les explico que no tienen que equivocarse porque en buena parte de este país se aplaude a los que roban, a los que estafan, a los que mienten, pero los raros somos nosotros?
En definitiva, los dueños del poder tienen, como siempre, la sartén de las influencias por el mango. Algunos son expertos y cocinan especialidades para pocos, otros, menos pretenciosos, hacen lo que pueden y el resto siguen utilizando las sartenes para su histórica y básica función, la de romper los huevos.
(Imagen: www.mundonews.com.ar)