Por D.E.
(de ANALISIS)
Hubo cierres de listas el sábado último y con algunas sorpresas. En el oficialismo entrerriano quedó clara la incidencia del gobierno nacional y en especial del kirchnerismo, lo que no es novedad en las últimas elecciones. El poder central, en cada elección parlamentaria, sigue imponiendo los candidatos y más en tiempos del kirchnerismo. Si bien el gobernador Gustavo Bordet hizo algunas sugerencias y trató de convencer a algunas dirigentes que incluso ocupan cargos en la provincia, no consideraron el momento para ir al Congreso de la Nación y por ende se resolvió de otra manera. Enrique Cresto es funcionario nacional todavía, pero seguramente tendrá que renunciar al ENHOSA en próximas horas, máxime después de lo dicho por Alberto Fernández, sobre que todo candidato debe dejar el cargo y por ende se tuvo que ir del Ministerio de Defensa Angel Rossi. Cresto también debería renunciar automáticamente al municipio de Concordia.
Carolina Galliard es diputada kirchnerista, con fuertes lazos en tal sector y lo mismo sucede con Tomás Ledesma, otro joven referente de La Cámpora en Entre Ríos, que aparece como el menos visible, por su corta trayectoria política. Se desconoce si Ledesma presentará su renuncia al cargo nacional que tiene, como delegado en Entre Ríos del Ministerio del Interior, siguiendo la misma directiva presidencial.
Sorprendieron algunas cosas, como por ejemplo, este acuerdo que hizo Cresto con el sector que lidera Juan Grabois y que proponía a la flamante referente revolucionaria Dolores Etchevehere, que de un día para el otro se olvidó de reivindicar el grito de Alcorta, dejó de denunciar el pacto de poder de Bordet y la justicia y se encolumnó sin chistar detrás del bordetismo. Se desconoce si solamente hubo promesas para un futuro gobierno que podría encabezar Cresto en el 2023 o el acuerdo determinó otros beneficios. Lo cierto es que el justicialismo llegará sin confrontación interna en las PASO, aunque en los últimos días se generó un fuerte debate interno, en silencio, en el oficialismo entrerriano. Algunos senadores provinciales del PJ le hicieron saber el martes al mediodía, a Bordet, en reunión de gabinete, de su malestar por la forma en que se terminó de definir la lista. Hubo fuertes reproches y enojos.
También había cierto malestar en el municipio de Paraná, por la nula representación del sector de Adán Bahl en la lista. A todos, Bordet le dio la misma respuesta: “hice el intento de hacer otra lista, pero el gobierno nacional decidió por estos candidatos”. Pero de todo esto nadie del PJ habla públicamente, por ese pacto reverencial que tiene el justicialismo, de respetar a quien conduce la provincia. Pasó con Jorge Busti (aunque está claro que hubo más debate, en especial en los dos primeros gobiernos); pasó con Sergio Urribarri y también pasa ahora con Bordet. La pregunta del millón es cuánta militancia del peronismo entrerriano saldrá con bombos, platillos y brocha gorda, a hacer campaña por estos candidatos.
Del otro lado hubo también algunos movimientos y sorpresas. Rogelio Frigerio armó su lista a gusto y placer y recibió cuestionamientos internos. En especial por la ubicación de la referente mujer, la concejal radical de Gualeguay, Marcela Antona (allegada a Martín Lousteau), que dicen surgió del consenso de los intendentes, que primero habían propuesto a la funcionaria de la misma ciudad, Dora Bogdán, cuya candidatura se cayó después de haber enviado un audio a numerosos referentes, anticipando que integraría la lista. El enojo con Frigerio vino en especial desde Paraná, por la nula presencia de dirigentes de la capital entrerriana en los puestos de vanguardia.
No hubo tanto cuestionamiento a la lista de Pedro Galimberti, pero sorprendieron otros dos sectores, como el liderado, por un lado, por Lucía Varisco y el del exconcejal Carlos González. O sea, dos sectores del varisquismo, en dos listas diferentes. Lo saliente fue la reaparición de Humberto Raúl Varisco, hermano del exintendente fallecido, Sergio Varisco, quien se ubicó como el mentor de la lista que encabezará su sobrina diputada provincial. La pregunta que apareció alrededor fue cuánto tuvieron que ver algunos sectores del urribarrismo en la presentación de tal lista. Pero nadie respondió.