Por Edgardo López Osuna (*)

Desde el 1969  nuestra ciudad tiene conectividad fluida gracias al Túnel Subfluvial, más tarde vinieron los puentes que nos unen con el resto del país y de los países vecinos.

Tiene además un incipiente atractivo como destino turístico gracias a sus bellas costas sobre el río y a su Parque Urquiza que, junto al Túnel, son los únicos tres ítems que nos diferencian y nos ponen en una ventaja comparativa con respecto a otras, claro sin contar los grandes atractivos nacionales como Cataratas del Río Iguazú, Glaciares, Bariloche, etc.

El turismo que se acerca a nuestra ciudad lo hace con un promedio de un día y medio de estadía. Insignificante si se quiere lograr hacer del Turismo una verdadera industria que genere inversiones, puestos de trabajo y redunde esto en más dinero circulando entre su población.

Los grandes destinos de nuestro país (para no comparar con destinos internacionales) gozan de un promedio de estadía de cuatro noches (Carlos Paz, El Calafate e Iguazú) y hasta de seis noches (Bariloche).

Queda claro entonces que lo que deberíamos hacer es generar los suficientes atractivos turísticos como para que el visitante pernocte tres o cuatro noches en la ciudad. Esto solo podrá lograrse con el aporte de ideas y capital privado, es lógico, así funciona en el mundo, pero desde el Estado municipal es donde se deben generar proyectos, calcular probabilidades, costos, para proponerlo a los posibles inversores. O bien estar abiertos (no declarativamente) a recibir propuestas, ideas, etc.

En otras palabras, para que un turista se quede cuatro noches,  debe tener opciones de distinta índole, para distingos gustos, capacidades de gasto y rangos etarios que le ocupe positivamente el tiempo destinado.

Desarrollamos en equipo un plan en el año 2011 y lo modernizamos por última vez en 2015, trabajaron en él  la UTN, arquitectos, ingenieros, profesores, historiadores, aficionados. El mismo contemplaba lo que aquí expreso, pero no fue aceptado por la ciudadanía. Nunca vi otra opción.

Los entes oficiales de Turismo son usados para pagar favores políticos, para acomodar militantes, para caja negra y no sé cuántas distorsiones más.

Salvo Juan Carlos Guarneri, y en menor medida el Arq. Juan Laurencich, en mis 30 años en el rubro nunca vi alguien idóneo para el cargo, alguien que se haya capacitado, que haya viajado a experimentar, conocer y traer ideas, alguien que haga un plan integral de turismo, para desarrollar la industria y transformarla en eficiente y eficaz destino, que redunde en alta satisfacción del visitante, para así crear el famoso círculo virtuoso de generación de trabajo a ingresos, alguien que piense y ejecute un plan para transformar a Paraná en un destino de un día y medio a uno de cuatro noches.

Conozco excelentes personas que trabajan allí, falta la decisión política y una cabeza, un idóneo que genere propuestas, opciones, ideas, proyectos que atraigan inversores privados que redunden en una sustancial mejora de la oferta turística de la ciudad.

Los magros ingresos que proponen los entes oficiales, además, no los hace atractivos para las varias personas preparadas para esos cargos que habitan entre nosotros, todos expresan que por ese ingreso continuarían en sus respectivas empresas o trabajos;  auto generándose más y mejores recursos.

Paraná (Para-no, para muchos de nosotros) cuenta hoy con una Subsecretaria de Turismo, del cual desconozco su presupuesto, pero si opino que sea el que fuere está mal gastado.

En lo personal creo que si no va a actuar como es necesario, lo mejor sería eliminarla y destinar esos recursos a otras áreas importantes que también necesita nuestro medio.

Pagar sueldos y tener presupuesto para que todo siga como hasta ahora, me parece un gasto inútil, improcedente y hasta inmoral.

Es de tal magnitud el desconocimiento de la profesión del  ente de turismo local, que en función de “justificar  e inflar” ingresos por turismo, cargan al ítem los ingresos por eventos deportivos o sociales, al rubro Turismo.

Deberían definir el significado de la palabra Turismo y su connotación en foros académicos como primera medida, en los mercados desarrollados del planeta y en el mundo empresarial dedicado al rubro.

Una carrera de autos o una fiesta, generan buenos ingresos a la ciudad, todos bienvenidos, pero de ninguna manera son atribuibles al rubro “Turismo”, son eventos puntuales y así deben clasificarse.

Turismo es el que se genera por el atractivo de un destino, perdurable en el tiempo (no un hecho puntual).

Un conjunto de atracciones, historia, obras, bellezas naturales, culturas, gastronomía especial y sobre todo el real desarrollo del potencial ya instalado hará que llegue el querido turismo sustentable, claro siempre acompañado por responsables empresarios que aporten además de capital, seriedad a la hora de implementar el trabajo.

En el medio, hay que reconocerlo, también deberemos educar al empresario, para que vea su negocio en el tiempo y no quiera “salvarse” en una temporada.

Piense usted (por ejemplo) que la Oficina de Turismo de la  ciudad de Paris “infle” el resultado de su gestión turística, incluyendo los ingresos generados en hotelería, gastronomía, etc.  del torneo de Tenis de Roland Garros;  o que Rio de Janeiro se sume la insignificante cifra (para su abultadísimo ingreso por turismo)  que les genera una carrera de Fórmula 1; Una locura, ni lo analizan; la cantidad de atractivos reales de estos destinos hace que este sea el principal ingreso e industria de ambas ciudades.

Solo diagramando, estudiando, perfeccionando primero y llevándolo a la práctica después dejaremos de ser un destino tangencial o de paso, tan importante para iniciar, junto a otras actividades, el cambio el perfil de ciudad, y pasar de ser una urbanización dependiente del empleo público a generarnos otra calidad de vida gracias al desarrollo inteligente de esta querida industria.

(*) Paraná Tur / Edgardo@parana-tur.com