"Cuando se produce el golpe militar de la dictadura genocida, es detenido y desaparecido durante meses, pero era una figura destacada que no pasa inadvertida y el país estaba pendiente de su aparición con vida”,
En los inicios del peronismo, Cresto fue secretario del ministro Alda y luego director de Vialidad Provincial. En la segunda gestión del general Juan Domingo Perón, fue electo senador provincial, aunque “continúa desarrollando otras actividades y generando fuentes de trabajo”, según se enfatizó desde la Subsecretaría de Derechos Humanos.
En 1.955, Perón es derrocado por la Revolución Libertadora que encabezan el general Pedro Eugenio Aramburu y el Mono Rojas, entonces jefe de la Armada. “Crece el temor entre algunos peronistas que deciden abandonar la Capital Federal, temiendo por sus vidas y en Entre Ríos quien les tiende un puente hacia la libertad es Cresto, que había dispuesto salidas hacia el Uruguay con la participación de compañeros y de amigos uruguayos”, apuntaron.
Luego fue detenido y pasó varios meses en la Jefatura Departamental. Cuando recuperó la libertad, se dedicó “a cuidar sus propios intereses y pasa por distintas actividades productivas, comerciales, empresariales e industriales”.
A fines de la década del ‘60 presidió la Cooperativa de Olivicultores, Citricultores, Agraria y la Asociación de Empacadores y Productores de Citrus. También es presidente de la Asociación de Citricultores de Concordia y fundador de la Junta Provincial de la Citricultura y de la Primera Fiesta Nacional de la Citricultura. Es además uno de los socios fundadores de Las Tejas, fábrica de jugo que se crea para sostener el precio de los cítricos.
En 1.973 es electo gobernador de Entre Ríos y “en dos años y ocho meses desarrolla una actividad maratónica que pone a la provincia entre las principales”. La actividad citrícola está en su mejor nivel y en Crespo la avicultura crece en forma extraordinaria. Por otra parte, la producción bovina, ovina y porcina es excelente, así como la producción de arroz, trigo y lino.
Inició en otro ámbito, una intensa campaña para erradicar el analfabetismo y la escuela rancho y establece la copa de leche en todas las escuelas entrerrianas. Construye y refacciona cientos de escuelas y crea escuelas secundarias en todos los departamentos y en zonas rurales.
En un gobierno, miles de familias tienen acceso a una vivienda propia y a planes de salud que no existían. Construye y reforma hospitales y en Concordia construye la unidad de Terapia Intensiva y la sala de neonatología en el Hospital Felipe Heras, disminuyendo la mortalidad infantil.
“Cuando se produce el golpe militar de la dictadura genocida, es detenido y desaparecido durante meses, pero era una figura destacada que no pasa inadvertida y el país estaba pendiente de su aparición con vida”, señalaron. “Durante cuatro años y ocho meses, es prisionero de la dictadura, hasta que un juez federal se anima a disponer su libertad por falta de méritos. Sin embargo debió padecer la soledad del calabozo y la humillación de los juicios militares, una farsa inventada para torturar al ex gobernador. También soportó los simulacros de fusilamiento, que a otros detenidos les dejaron profundas huellas”, detallaron en ese sentido.
Cuando retorna la democracia, el ex gobernador recibe homenajes que “lo distinguen como líder y emerge su figura de luchador inclaudicable, lleno de coraje y osadía”. Durante más de cincuenta años, su figura fue determinante en el desarrollo de la historia de Entre Ríos y de la Nación. “Fue un político brillante que hizo del respeto a sus semejantes una conducta y siempre conservó la humildad de la gente bien nacida. Hizo un culto de la amistad y su inmensa sabiduría hizo que jamás pusiera en duda la condición humana de sus semejantes”, destacaron por último.