M.G.
De ANALISIS DIGITAL
El año pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná -compuesto en ese entonces por Roberto López Arango, Lilia Carnero y Juan Carlos Vallejos- condenó a cuatro militares y un médico a penas de entre cinco y 14 años de prisión por la apropiación de Sabrina Gullino –quien recuperó su identidad en 2008- y su mellizo, cuyo destino no se pudo establecer tras su egreso del IPP a fines de marzo de 1978. Oscar Kopaitich declaró esta mañana ante el juez federal subrogante Gustavo Zonis y el fiscal José Ignacio Candioti, por pedido de ambos magistrados, por el sistema de teleconferencia desde Barcelona, tal como ocurriera en el juicio oral con Jaime Dri desde México o Miguel Bonasso desde Capital Federal.
Kopaitich había sido señalado por Eduardo Tucu Costanzo, quien testificó en el marco de la Causa Hospital Militar, como una de las personas a quienes “deberían preguntarle” por el destino del mellizo varón, ya que tenía conocimientos muy valiosos al respecto. Es por eso que este lunes declaró desde España, en la investigación caratulada “NN Facundo”, que aún se encuentra en etapa de instrucción.
“Esta es una hipótesis que dentro del expediente ya se estaba investigando. Hay que destacar la labor que está haciendo el juzgado de instrucción; realmente todas las pistas que han surgido durante estos años las han investigado en profundidad, y ésta era una de ellas” destacó Oberlin a ANALISIS DIGITAL. La abogada reveló que esta pista “ya estaba bastante avanzada, aunque todavía no ha dado ningún resultado positivo”, y sostuvo que desde las querellas continúan “esperando abiertos las nuevas hipótesis que se vayan presentando”.
Kopaitich, un ex militante de la Juventud Peronista (JP) durante la década de 1970, realizó su declaración “en el mismo sentido” que lo había hecho Costanzo, el ex agente de Inteligencia del Segundo Cuerpo del Ejército que ha venido aportando datos relevantes en las causas por delitos de lesa humanidad: “Esta persona dice que tomó conocimiento en la misma dictadura, a través de un hombre que hoy está desaparecido. Como esto ya era una hipótesis dentro del expediente, en cierta forma la refuerza”, indicó la letrada.
Para Oberlin, el testigo “no aportó algo tan novedoso”, sino que reforzó algunos de los elementos ya existentes en la causa, “dando algunas referencias, ya que es oriundo de Casilda, al igual que Navone”. En ese sentido, consideró que sus palabras sirven para “seguir investigando esta posible derivación del niño hacia una persona concreta”.
Según la letrada, esta hipótesis “tiene algún asidero”, ya que quien es sindicado como el apropiador del hermano de Sabrina Gullino se quitó su vida al momento de ser detenido: “Fue muy llamativo que se suicidara”, señaló.
Comercialización de bebés
Kopaitich también reafirmó ante Zonis y Candioti que existió durante la última dictadura cívico-militar una red que comercializaba hijos de desaparecidos: “Fue una de las primeras cosas que dijo. Nombró particularmente a dos mujeres, que trabajaban en la Alcaldía de Rosario, donde fue uno de los centros de detención más importantes –no allí mismo, sino en ese edificio-. Muchas de las mujeres desaparecidas, cuando eran ‘blanqueadas’, pasaban a la alcaldía. El grupo tenía contacto con niños provenientes de enfrentamientos, fraguados, o hijos de personas que daban a luz estando desaparecidas”, detalló Oberlin.
“Esta versión ya circula hace mucho tiempo en Rosario. Ha sido investigada, pero no se encontró mucho en concreto. Sí hay algunos casos puntuales, que se han podido comprobar. Sin embargo, todavía no hay una cantidad de casos o datos tan precisos como para sostenerlo, como lo hizo el testigo”, subrayó.
“Desde Abuelas de Plaza de Mayo siempre decimos que todos los datos que se puedan acercar para una investigación nosotros los seguiremos a fondo, porque justamente es nuestro trabajo y responsabilidad agotar todos los puntos, aunque sean muchas veces descabellados e impensables”, concluyó.