La CARU desmintió a los medios uruguayos que aseguraban que el monitoreo no detectó contaminación proveniente de Botnia-UPM

En el texto, los titulares del organismo expresaron: “Ambos Presidentes ratifican que hasta tanto dichos Informes no sean presentados a la CARU y ésta los haga públicos de acuerdo con los procedimientos aprobados bilateralmente, las versiones de prensa que están circulando, carecen de validez y no responden a la realidad”.

Por otro lado, con aseveraciones atribuidas a “fuentes oficiales”, se elaboró una noticia publicada este sábado por el diario uruguayo El País. Los resultados señalados en la misma corresponden al primer monitoreo, realizado el 20 de junio pasado.

“Los análisis realizados en Canadá para determinar el nivel de contaminación de Botnia -UPM sobre el río Uruguay demostraron que los valores se ajustan a lo permitido y que la pastera no contamina. Sin embargo, se advirtió que en la desembocadura del río Gualeguaychú, de donde también se extrajeron muestras, los indicadores están levemente por encima de los parámetros admitidos. A esa desembocadura van a parar residuos provenientes del Parque Industrial de la ciudad argentina”.

Según afirmó el diario oriental, la CARU tenía previsto divulgar oficialmente este viernes los resultados finales del informe ambiental. Sin embargo todo se retrasó por diferencias internas entre las delegaciones uruguaya y argentina del Comité Científico creado para el monitoreo conjunto.

Las fuentes consultadas por el medio uruguayo, precisaron que desde el lado argentino se mantienen reservas acerca del enfriamiento de los efluentes. Es decir que los técnicos argentinos cuestionan que la temperatura del agua que sale desde la planta de Botnia -UPM supera los 30 grados y está por encima de lo permitido; mientras que los uruguayos sostienen que esto no es así y se amparan en una resolución al respecto que fijó en 37 grados el máximo permitido.

Uruguay argumenta que la propia Cancillería argentina había solicitado que UPM deje de utilizar un sistema de enfriamiento de efluentes con agua del río, y debido a ello una resolución del Ministerio de Vivienda modificó la temperatura máxima de vertido a 37 grados.

Desde Uruguay se sostiene, asimismo, que esta medida no fue unilateral y que fue debidamente comunicada, además de fundarse en que en Entre Ríos la temperatura máxima de vertido es de 45 grados.

“Que un efluente salga más cálido o menos cálido no cambia la cuestión. Pero Argentina hizo lío en eso”, dijeron las fuentes al diario oriental y explicaron que por esa diferencia puntual no se divulgó aún en forma oficial el informe completo.

Incluso hace unos días la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) había destacado en Fray Bentos que el monitoreo a la pastera sigue arrojando resultados favorables.

La Comisión de Seguimiento de Botnia -UPM, compuesta por 18 miembros, se reunió en Fray Bentos para recibir a las principales autoridades de la Dinama. “Nunca cortamos el funcionamiento de esta comisión, el tema es que el ritmo de monitoreo ha sido el mismo y los resultados también. Las rutinas muestran que se sigue manteniendo el comportamiento de la planta, de manera que hacer las reuniones con más asiduidad es repetir la información. Por eso se han espaciado los encuentros”, informó en ese encuentro el director de la Dinama, Jorge Rucks.

De acuerdo al informe del diario oriental, el presidente de la delegación uruguaya, Silberman, aseguró que una relocalización “no está siendo considerada”. “No está previsto, ni se maneja, salvo que los resultados dieran algo impensable, pero ahora estamos seguros que no va a ocurrir”, dijo e insistió con que esa “no es la finalidad del monitoreo”.

El retraso en la divulgación de los datos oficiales encontraría razón en la prolongación de las diferencias entre las delegaciones de ambos países por el enfriamiento de efluentes. Los técnicos uruguayos, por su parte, desmintieron las afirmaciones del presidente de la delegación argentina en CARU, Orduna, quien semanas atrás aseguró a los asambleístas de Gualeguaychú que el monitoreo establecido tiene como fin confirmar la contaminación de Botnia -UPM para iniciar el proceso de desmantelamiento.

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Opinión

Luciano Lutereau (*)
Carlos Pagni (*)

(Autoría: Alfredo Sábat para La Nación)