
“Estuve toda la semana soñando con jugar un partido así”, dijo el paranaense Iván Furios. Pero en realidad es un refrito de cabeza en la almohada en épocas de canterazo de Boca. Porque el zaguero vio la luz de Primera en el Xeneize, en junio de 1999, ante Unión, pero no llegó a jugar un Superclásico, de hecho, tras el bautismo, nunca más volvió a vestirse con esos colores.
Pero el sábado, el central duplicó el sueño: “Porque River era el cuco de la categoría, el equipo que llegó y cambió toda la B Nacional. Porque venía invicto, puntero, todos estaban esperando ver quién lo iba a tumbar, y pocos se imaginaban que podíamos ser nosotros los que lo hiciéramos”, manifestó el Pelado.
La envergadura de la victoria tiene mucho más valor para el futbolista surgido de Patronato de la Juventud Católica ya que es “muy especial porque soy de Boca, salí de ahí y estoy identificado”.
Hoy, sin embargo, Furios tiene bien presente que el triunfo, obvio, caló hondo en las emociones de todos los seguidores de Aldosivi: “Soy nuevo en este club pero sé lo que significa este partido para los marplatenses”. Y agregó: “Veía a los dirigentes más grandes llorando y es algo que te golpea mucho, te indentificás”.
Para el zaguero del Tiburón el empate también era un buen resultado, pero aclaró “¿por qué no íbamos a soñar con una victoria? No era imposible”.
Ahora bien, ¿cómo se logró? “Le jugamos con mucha inteligencia, los sacamos del partido. A River lo vi muy impreciso, y en gran parte fue por lo que hicimos nosotros. Con esta victoria demostramos lo que es la B Nacional: uno que viene mal le puede ganar al primero”.