La Fiscalía pidió la pena de reclusión perpetua a una mujer que mató a su bebé de dos días de vida, en el 2005. Este miércoles se desarrollaron los alegatos en el juicio que se lleva adelante para dirimir la responsabilidad de la madre que cometió el mismo acto con otro hijo en 1990. En tanto, la defensora oficial María Lucrecia Sabella requirió la absolución. Al respecto, explicó que “la autoría no está debidamente acreditada”, y manifestó: “Es una persona que pocas veces en los años de tribunales me ha impresionado tanto, ya que es alguien con quien no se puede hablar ni tener contacto”.
Luisa Josefina Naiff, de 42 años, está procesada por la muerte de su bebé en 2005. En ese marco, la Fiscalía solicitó la reclusión perpetua y que se la declare reincidente, ya que en 1990 hizo lo propio con otro de sus hijos.
Por su parte, Sabella pidió la absolución, argumentando que “la autoría no está debidamente acreditada, porque a ella se le atribuye haber golpeado al bebé violentamente, cuando la piedra secuestrada, según el médico forense, no pudo haber sido con la que se dio muerte a esa criatura”.
“A ella nadie la vio darle muerte, pero lo que está acreditado es que esa persona fue su hijo”, precisó en diálogo con El Once Digital.
No obstante, requirió que se la considere inimputable, “porque obran en la causa informes que dan cuenta de que es una psicópata con grados de perversión, aunque los psicólogos concluyen en que al momento del hecho entendía la criminalidad del acto y podía comprender sus acciones, cosa que esta defensoría se encargó de refutar”.
Además, comentó: “Es una persona que pocas veces en los años de tribunales me ha impresionado tanto, ya que es alguien con quien no se puede hablar ni tener contacto”.
El próximo martes a las 7.30 se conocerá la sentencia.
El caso
Naiff es juzgada por el delito de homicidio calificado por el vínculo. El hecho que se le atribuyó es haber matado a golpes el diez de marzo de 2005 a su hijo de dos días. La Sala Nº 1 de la Cámara del Crimen la condenó en mayo de 1990 a la pena de ocho años de prisión efectiva por el mismo delito. En noviembre de 1994 el Superior Tribunal de Justicia (STJ) le otorgó la libertad condicional por aquel primer hecho.
Según informaron en aquel momento desde el Hospital Materno Infantil San Roque, tuvo al bebé en su domicilio, en Hernandarias y cortada 821.
Entre los testimonios que comprometerían a la mujer se encuentran vecinos que la vieron con el pequeño dirigirse hacia la zona donde luego fue encontrado sin vida entre unos matorrales.