Trata de mujeres: los secuestradores reciben hasta 20.000 pesos por la venta de una joven

"Quienes se dedican a formar redes destinadas a la trata de personas cosifican a la mujer. Es decir que la tratan como si fuera un objeto al que se le puede poner un valor monetario", explicó María Belén Lembo, abogada de la Fundación María de los Ángeles.

¿Qué precio tiene una mujer? Para cualquier persona sería sencillo responder esta pregunta: ninguno, como la vida de cualquier ser humano. Sin embargo, para las redes de trata la valoración es distinta y responde -tristemente- a cuestiones monetarias. Según datos aportados por abogados de la Fundación María de los Ángeles, cuando los secuestradores venden una mujer, pueden recibir en mano hasta 20.000 pesos en efectivo. Aunque destacaron que este monto puede subir si las exigencias del cliente son mayores. Además, cuando una mujer captada es forzada a ejercer la prostitución, puede proveer un ingreso promedio de 10.000 pesos mensuales. En definitiva, es un negocio muy rentable para los delincuentes.

En este sentido, hay aspectos que los delincuentes siempre tienen en cuenta para escoger a una víctima. Los más importantes son: conocer su edad, saber si la mujer todavía es virgen y averiguar si ya fue madre. Conseguir esta información requiere de un trabajo coordinado que se realiza por medio de un seguimiento continuo a la víctima, mediante el cual determinan su perfil y su rutina.

Cuando se completa el seguimiento se procede al secuestro. Una vez cerrado el ciclo, la mujer comienza a producir ganancias ilegales para la organización. "Las redes de trata tienen un ordenamiento coordinado que se sostiene sobre tres etapas claramente diferenciadas: la captación, el traslado y el recibimiento para explotación", precisó Lembo.

La captación puede llevar varios meses de planificación y la herramienta fundamental de este período es el seguimiento. En este tiempo, los delincuentes consiguen ganarse la confianza de las víctimas. "Quienes se ocupan del seguimiento son especialistas en descubrir los puntos vulnerables de una persona. Realizan un trabajo minucioso en el que aconsejan a sus víctimas. Los temas en los que más se interesan son los problemas familiares y amorosos. Son amables y están dispuestos a escuchar”, indicó Lembo.

Una vez que el delincuente logró su objetivo, comienza a realizar peticiones en las que se pueden incluir la solicitud de fotos o citas. Según los especialistas, la franja etaria en la que se concentran los captores va desde los 8 a los 25 años.

"Para las redes de prostitución la 'vida útil' de una mujer no supera ese período. Cuando son más grandes comienzan a devaluarse. En la fundación, la persona más grande que realizó una denuncia tenía 28 años. Sin embargo, esto no quiere decir que los secuestros de personas mayores no ocurran. Sólo demuestra que los clientes de la prostitución prefieren que las mujeres no tengan una edad avanzada", indicó María Rosa Ponce, otra de las abogadas de la Fundación María de los Ángeles.

El traslado de la víctima suele ser rápido. Por lo general, ocurre en la vía pública por medio de un secuestro o por el uso de engaños para llevar a las mujeres hacia un punto clave en donde se la rapta. El recibimiento de las víctimas se realiza en lugares que están habilitados como bares, billares o rubros similares. "Los locales que se utilizan para ejercer la prostitución están habilitados por organismos oficiales. Por lo tanto, se sabe dónde funcionan. Por tal motivo, se deberían realizar controles permanentes para evitar el cautiverio de mujeres que son obligadas a prostituirse. Cuando una persona mayor ejerce la prostitución como medio de vida no es penada. Pero cuando se la obliga, la Ley entiende que se está cometiendo un delito. En el caso de los menores, con o sin consentimiento, se considera que hay delito", explicó Ponce en declaraciones a La Gaceta.

Las niñas y las adolescentes son el objetivo principal de las redes de trata. Y para captarlas, no escatiman ni tiempo ni recursos.

“Son necesarios más controles”

El periodista Fabio Ladetto contó que “el norte argentino es uno de los principales lugares de explotación de mujeres. Además hay una importante falta de control de parte de los organismos estatales. Realmente son necesarios hacer más controles”.

Dijo que en la Fundación se recibe una denuncia por día y estimó que “son muchos más los casos que no se denuncian”.

“Las denuncias que se reciben son de todas partes del país, porque la Fundación es un foco de recepción de denuncias. Un lugar que es solventado por financiamientos que no son del Estado y que ni siquiera recibe apoyo gubernamental”, indicó el periodista en declaraciones al programa A quien corresponda (Radio De la Plaza).

En cuanto al proceder judicial, dijo que “recién a fin de año se va a ir a juicio oral por el caso de Marita Verón. No han cambiado muchas cosas en la justicia y los controles son muy esporádicos”, insistió.

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