Por Oliva Taleb, especial para ANALISIS DIGITAL
Por propia iniciativa, con su esencia, el 2016, invita a compartir los 365,- ¿o son 366?- para que cada uno defina su propia historia. Está allí esperando protagonistas.
Gente sencilla que comprenda la rebeldía de la naturaleza, harta de atropellos, en nombre del “progreso”.
Gente que regresa del pasado, dispuesta a ser parte de un futuro digno que la releve de culpas o responsabilidades.
Gente que hace años, para que nadie quede detenido, paralizado por las frustraciones, replica a unos y a otros, que “lo mejor aún no lo ha vivido”.
Gente que piensa que, una mano de bleque no es suficiente para no comprender, definitivamente, que la política es la herramienta esencial, para transformar la barbarie en civilización.
Gente que no desmaya, ni renuncia a ser padres, responsables del mundo en el que vivirán sus hijos y sus amigos.
Gente que está comprometida con la verdad, sin temer que alguien ha de discutir sobre “su” verdad.
El 2016, da la bienvenida a los que creen que “el amor” es eterno y también a los amantes que hacen eterno un instante de amor.
A los que buscan trabajo, a los que lo tienen, y a los que se despidieron de él porque había cumplido su ciclo.
A los que tienen broncas, para que encuentren las causas que las despertaron, y la inteligencia, la convicción de transformarlas.
A los que sentados en la vereda, descubran que la vida no es sólo, ese “retazo” que ven pasar, transitar, delante de sus miradas.
Invita a todos, incluso sabiendo que algunos tendrán debut y despedida. Que no sea efímero el debut, que sea digna la despedida.
La novedad es un abanico que acerca el viento que libra del sofocamiento. Toda escoba nueva, dice el dicho popular, barre bien… pero depende de quien sostiene la escoba, saber juntar la basura.
Hay gente, que en el 2015, barría y por no agacharse a juntarla, la escondía bajo la alfombra, o la dejaba en el patio, esperando que llueva o la levante otro. Esos también están invitados a compartir el nuevo año… con la oportunidad de barrer bien o para explicar por qué se cree que las brujas, los brujos, se toman el olivo en una escoba.
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