De ANÁLISIS 

Por Sofía Arnaudín 

En una casa, en algún lugar de la ciudad de Paraná, está sonando un piano a cuatro manos. Ubicado en un rinconcito de la habitación, se presenta como un actor más en esta conversación que tiene el espíritu de lo familiar y lo cotidiano. 

El olor a café y las partituras revisten toda la casa. La luz ingresa por la ventana que da a la calle; reposa sobre ellas, sobre ellos. Sentados en una ronda de distancias físicas pero unidas por un afecto sustancial, hacen sonar los mates simultáneos. En esta escena donde todo pareciera presentarse tan distinto, la creación es una pulsión que permanece intacta. “La necesidad de crear, es algo que todas las personas tenemos”, reafirmarán, los músicos, sobre esta inquietud que nos interpela hoy.

Se trata de la propuesta de los pianistas entrerrianos, Silvia Teijeira y José Bulos,  ambos intérpretes y compositores se encuentran dándole forma a nuestro cancionero popular en Entremanos; una propuesta “a cuatro manos”, que recorrerá la obra de grandes maestros de nuestra provincia y el país, el próximo sábado 14, en el Teatro 3 de Febrero.

Entremanos, tuvo su primera aparición en el 2020, plena pandemia del coronavirus, a través del programa Músicas Esenciales, sonidos de la Argentina; una iniciativa del Ministerio de Cultura de la Nación que se articuló con la Secretaría de Cultura de Entre Ríos. Allí, se rodaron diferentes proyectos musicales de la provincia, entre ellas Teijeira-Bulos, con una versión de la clásica “Canción de Puerto Sánchez”, de Jorge Méndez. Además, José Bulos, interpretó una chamarrita de su autoría “A propósito de la conveniencia de no andar tan cargado”; historia de aquellas.

“Después que cumplimos con ese compromiso del año pasado, pensamos: “Esto no puede quedar así”, dice, con ironía, José Bulos, y sin dudas que no. “Nos divertimos y nos gusta trabajar. Nos gusta juntarnos a ensayar y en los arreglos van sucediendo cambios a medida que nos vamos encontrando, y así seguiremos”, cuentan, ambos músicos en un diálogo extenso con ANÁLISIS sin advertir, que la risa, sería la música más preciada de este encuentro.

A propósito de la conveniencia de no andar tan solo

Silvia nació en Federal, pero extendió sus raíces hasta este suelo paranaense. Es música, compositora, arregladora y docente. Tiene diversos materiales discográficos en los cuales plasma ritmos argentinos y latinoamericanos. José nació en Paraná, se desempeña como docente y músico. Editó “Estando Solo”, en 2019, su primer material discográfico. Es miembro del movimiento de cultura entrerriana De Costa a Costa y de la Orquesta homónima.

 Los caminos parecieran irse por diferente senda, pero lo cierto es que coinciden la pisada; una manera de obrar y de sentir; algunos maestros, como la reconocida pianista Graciela Reca; y las mismas preguntas: ¿Qué lugar ocupa el piano en la música popular argentina? Terminó de sellar este pacto de amor compartido hacia la música.

-¿Cómo surge este encuentro entre ustedes?

José Bulos: -Con Silvia nos conocemos hace mucho, para mi ella siempre fue una referencia. ¿Alguien que haga Folklore en el Piano?: Silvia. Siempre ha habido un mutuo respeto e interés el uno a otro. En algún momento nos empezamos a juntar, por ahí coincidimos en estudiar con algunos maestros; sin querer queriendo medio que tiramos para el mismo lado y a su vez con personalidades bien diferentes. Silva, además de una referencia musical y pianística, siempre fue una persona muy pensante, uno ve que hay un trabajo detrás de lo que dice y lo que siente.

Silvia Teijeira: -Coincidimos hasta en maestros sin saber que estábamos coincidiendo y eso es valioso, es rico, te acercan en la mirada. A mí me pasa con José eso; él abre la boca y se nota que pensó eso que dijo. Eso me parece tan rico porque para poder respetar a alguien hubo que escucharlo; nos cuesta mucho eso, pero genera de por sí una conexión. Este instrumento generalmente uno lo aprende con música Centroeuropea, eso es un bagaje que está. Pero los dos tenemos un fuerte anclaje en la música nuestra y no sólo en la música, sino en sentir que somos parte de nuestro pueblo y de nuestra historia, en pensar en esto de la Patria Grande, que culturalmente son regiones. Todo eso se vuelca en la música.

JB: -El año pasado empezamos a pensar en ¿qué pasa con el piano en la región? Para el pueblo, el piano como que representa otra cosa; como que genera un respeto, una especie de temor o formalidad y como que se ha ido distanciando un poco del oído popular. En los festivales, en las peñas de barrio, veíamos que el piano no está y nosotros musicalmente no lo vemos muy lejos. Pero algo pasa. Eso generó que charláramos horas y horas; hicimos una convocatoria e hicimos un par de reuniones por las redes el año pasado, con distintos pianistas que se sumaron a charlar. Fue conocernos y descubrir que hay muchísimos pianistas buenos y más de los que nosotros creíamos y que todos compartíamos esa inquietud. Eso nos acercó muchísimo y después vino una convocatoria de Cultura de la Municipalidad que nos dijo: ¿no quieren tocar juntos? Y  a nosotros nos pareció una idea hermosa, que no es que nunca la habíamos pensado, sino que nunca la habíamos concretado. Así que acá estamos tocando a cuatro manos.

-¿Cómo es conocerse en este hacer “A cuatro manos”?

ST: -Nosotros partimos de elegir los temas y de pensar los arreglos. Algunos los pensamos entre los dos, eso es alucinante porque son dos concepciones diferentes dentro de una misma obra, que confluyen. Es hermoso ir descubriendo los sonidos, cómo el otro va llevando un ritmo; cómo hacer para que ese universo, que tiene esa melodía, aparezca. Nosotros decimos: las obras crecen, y uno va creciendo con ellas, vamos diciendo otras cosas.

-¿Reconocen en ustedes un momento que los haya impulsado hacia este hacer más colectivo?

ST:- Pienso que los caminos son diferentes. Mi inserción en lo comunitario es dese siempre. Desde muy chica milité. Después hice de la docencia eso. En lo artístico puntual, el lugar desde donde me paro con este instrumento es desde el pensamiento social y colectivo. El repertorio es colectivo en sí mismo; no podría haber tocado ni jazz ni música centro europea; es folklore, ahí está mi corazón. Y se toque solo o se toque acompañado, hay de por sí un anclaje en lo colectivo. Porque es anclarse en la cultura que generamos nosotros.

JB:- siempre me preocupó lo colectivo, desde la adolescencia. Después mi recorrido formativo y laboral está ligado a instituciones y entiendo las instituciones como ámbitos colectivos. Más allá de eso, hubo un momento en el que me hizo un clic desde lo artístico que fue un momento que me invitaron a un encuentro de música entrerriana del Movimiento De Costa A Costa y ahí se me vino el universo encima. Primero descubrí un montón de música y de músicos; de creadores de esta provincia. Después vi un grupo de gente joven con una pasión por rescatar lo nuestro, pero, además, una pasión por decir: yo soy esto, yo tengo esta identidad y lo manifiesto. Esa pasión se contagia, se genera un conocimiento y un intercambio comunitario muy fuerte del que yo no me pude salir más. Empecé a integrar el colectivo y estoy muy comprometido con esa construcción que me ha redefinido en mi búsqueda artística porque yo tenía una pulsión por la música del Litoral y por llevar la música del Litoral al piano.

Entre Ríos suena

El repertorio que integra Entremanos, resuena en coherencia con sus palabras. Damasio Esquivel, Ariel Ramírez, Abelardo Dimotta, Cuchi Leguizamón, Linares Cardozo, Jorge Méndez, Remo Pignoni, Marcia Müller, son algunos de los nombres que aparecerán en la noche del sábado 14, y, por supuesto, las propias; Las Teijeiras, las Bulos.  “Pensar qué pasa en Entre Ríos, que parece que no hay tonada, que somos una provincia que está de paso, que expulsamos habitantes, que muchos se van y no vuelven más. ¿No pasó nada en Entre Ríos? Y resulta que sí pasó. Y hay grandes músicos y maestros y hay una generación que está conociendo eso y me da a pensar qué va a pasar a futuro y me parece que quiero abonar a eso”, dice, con convicción, el músico José Bulos.

-¿Cómo es el proceso de elección de las canciones?

JB: -Primero buscamos nuestros puntos de encuentro en la música que venimos haciendo cada uno por su lado. La música litoraleña es una inquietud que compartimos. Después cada uno va proponiendo. También está bueno que haya diferentes líneas dentro del estilo. Que haya una canción litoraleña, como es Puerto Sánchez, que haya algo más “maceta”, o que haya espacio para otros ritmos, como la Chamarrita, que por ahí no han sido tan explorados en el piano.

ST: -Es un aprendizaje poder decirnos: “me encanta el tema, pero no”, y nos ha pasado a los dos… y es lindo eso, porque vas creciendo en el vínculo, la confianza. Y también poner canciones de cada uno de nosotros. Porque está bueno eso también. Hay mucha generosidad entre nosotros.

-¿Cómo es ese momento en el que uno se reconoce como compositor y decide incluir sus obras en el repertorio?

ST: -Hay caminos. Hay veces que eso viene ayudado de afuera, pero, básicamente es la convicción interna. Hay que tener algo para decir, que es algo que molesta si uno no lo saca. Es la génesis de la composición. Después hay un trabajo de aprender a respetar eso y animarse a irlo mostrando y animarse a que eso tenga un vuelo propio. Hay algo que está pasando cada vez más y es la generosidad entre artistas; de reconocer; de querer escuchar lo que hace el otro; de tocar la obra de los demás. Porque hay una dimensión de lo colectivo que tiene que ver con eso, también. Los pueblos no construyen su discurso de la nada. Nosotros somos la síntesis de otros y otros serán la síntesis donde nosotros estaremos, también. Yo estudié con el Negro Aguirre y para él era natural que vos compongas, que vos toques, seas hombre, seas mujer. Eso me marcó mucho; no estaba en discusión si podía o no. Creo que de a poco me animo a mostrar.

JB: -Un día, Hilda Herrera, una de mis maestras, me dijo: “Bueno, para la semana que viene tenés que componer un Gato”. Y a mí, la palabra composición me generaba como parálisis. De a poco fui entendiendo que la composición es como una artesanía. Uno aprende mucho componiendo; ponés en cuestión tus propias creencias. Yo no me considero compositor, soy una especie de aprendiz, artesano, trabajador, si se quiere; sí me parece esto que es la necesidad de crear, que es algo que todas las personas tenemos. Hablar de la creatividad es muy difícil, pero tenemos que darle espacio a eso que es muy humano y que nos hace muy bien y nos hace muy bien compartirlo. Por ahí los que hemos estudiado mucha música clásica como que venimos con poca práctica de eso, de plasmar nuestra creatividad en la composición. Pero bueno, de a poco lo vamos plasmando y nos vamos alimentando de eso. Y como decía Silvia, dándole la naturalidad que tiene que tener.

Volver al escenario

Este sábado 14 de agosto a las 20 en el Teatro 3 de febrero de Paraná ubicado en calle 25 de junio 64, el dúo Teijeira-Bulos presentará Entremanos, por primera vez en un escenario desde que comenzó la pandemia. Casi dos años de habitar una virtualidad que demostró sus bondades, sus limitaciones y sus desigualdades, pero que nada se compara con la energía y la emoción que genera el brindarse cerquita.

-¿Qué es lo que pasa adentro cuando estás sobre un escenario?

JB: - En el escenario se está trabajando todo el tiempo con las propias emociones. Un día estás mejor y otro peor; todo te influye y entonces tratas de aprovechar todo eso. Es muy difícil de poner en palabras, pero todo lo que se mueve a nivel emocional y uno siente… Si bien hay una cosa prevista, no se puede prever todo. Bienvenido todo lo que sucede porque lo que sucede en el escenario es la verdadera cosa.

ST: Lo que tiene entregar la música y que la gente la reciba; es un privilegio. Porque uno desnuda el alma de alguna manera y la gente está viendo eso. Eso es muy fuerte y muy hermoso.

-Es un estado de vulnerabilidad muy fuerte

ST:- Como púbico a mí me pasa lo mismo cuando voy a ver algo, como que soy una esponja que recepciona todo. Entonces siempre pienso en esto de trabajar con tanto amor porque esa persona que va a escuchar también está vulnerable y merece recibir lo mejor que pueda darle, porque vivir ya es bastante complejo, convengamos…

-¿Cómo esperan que sea este reencuentro con el público?

JB:- Con mucha expectativa, tratando de cuidar todo. Sabemos que estamos haciendo el trabajo que hay que hacer. Ojalá pueda suceder. Ojalá vayamos cerrando esta etapa. Después, siempre cuando uno va a ofrecer algo nuevo hay una cuestión de sensibilidad e involucramiento que siempre está presente. Entonces está esta sensación de estar pariendo algo, generando algo que tratamos de que sea lo que deba ser. Que tenga su vida. Que sea lo más cálido posible.

ST:- Agradecer que nos convoca la dirección de cultura de la municipalidad. Agradecer a la Asociación Mariano Moreno que nosotros para hacer este espectáculo estamos usando el piano que está en el Teatro. Para nosotros es muy importante porque es tocar en un hermoso instrumento, en un espacio con tanta historia, tanta energía. Agradecer mucho al director y al personal del teatro que nos ha hecho un lugar para que durante un mes nosotros podamos ir a ensayar ahí. Es lindo no perder con el paso de los años ese contacto con el asombro y la gratitud por lo que se recibe. Y hay algo que quiero destacar que es que como mujer este tiempo es muy importante, porque se nos empiezan a facilitar institucionalmente espacios y reconocimientos, porque la identidad de un artista y de una mujer se construye trabajando y se construye con la devolución y la mirada del otro. Y no sólo digo la mirada subjetiva, sino que te den espacio para tocar laboralmente y que te desarrolles laboralmente, este tiempo es un tiempo que agradezco. Agradezco a las generaciones más chicas, porque por una cuestión generacional justamente fui conquistada y colonizada por el patriarcado, por ser mucho más grande. Y esta claridad de las generaciones más chicas es liberadora. Es liberadora para las personas intermedias, las que estamos como bisagra. Y yo lo agradezco profundamente.

El evento se desarrollará en el marco del ciclo “Concierto de sábado” organizado por la Municipalidad de Paraná, el próximo sábado 14 de agosto a las 20. La entrada general tiene un valor de $500; jubilados y estudiantes $300 y se consiguen en Boletería del Teatro (25 de Junio 64).