El martes 12 de noviembre, en una tarde primaveral y con ánimo festivo se llevó a cabo el Acto Culminatorio de la edición 2024 de los Premios Konex a las Letras. El reconocimiento a la disciplina literaria había comenzado el 10 de septiembre con el anuncio de los cien elegidos, que se hicieron acreedores a los Diplomas de Mérito. Pocos días después, se anunciaron los ganadores de los Konex Platino y el de Brillante, cuyo acto se celebró en la Ciudad Cultural Konex este martes, a sala llena, entre aplausos, gritos de júbilo, ovaciones y emoción.
La presentación estuvo a cargo de la periodista Silvina Chediek, quien amenizó la ceremonia entre humor y ternura mientras invitaba a seguir la transmisión vía streaming a través de YouTube. El acto se cerró con un discurso memorable de María Moreno –ausente con aviso–, adjudicataria del Konex de Brillante 2024, leído por su amiga la actriz Cristina Banegas. Con la mordacidad que la caracteriza, no escatimó en la ironía acerca de los reconocimientos, la subsistencia en la cultura, la realidad política nacional y la resistencia a través del arte.
Con puntualidad, el acto comenzó apenas pasadas las siete de la tarde en la Gran Sala del primer piso, con un video en el que se proyectaban imágenes de algunas de las personalidades de las diversas disciplinas alcanzadas durante los cuarenta y cinco años que tiene el Premio Konex, que fue instaurado en 1980. A continuación, dieron sus discursos el presidente de la Fundación Konex, el doctor Luis Ovsejevich y la presidenta del Gran Jurado (edición 2024), la escritora cordobesa María Teresa Andruetto.
El doctor Ovsejevich señaló la coincidencia de esta edición que homenajeaba a la literatura argentina con los 45 años de creación del galardón con el que se propuso “exaltar a las personalidades más representativas de la cultura nacional, para que el mérito de sus trayectorias sirva de ejemplo a las futuras generaciones”. Reconoció, asimismo, la satisfacción que le provoca descubrir que ese objetivo se ha cumplido, tanto desde lo personal como desde lo institucional. “Hoy el Premio Konex es sinónimo de prestigio, y por eso cada acto como este tiene la repercusión que merecen las personas e instituciones que son distinguidas”.
Subrayó que las letras forman parte del acervo cultural de todas las naciones y que en la Argentina “son y han sido siempre el medio de expresión de destacadas figuras”. Tuvimos el privilegio de entregar el primer Konex de Brillante en Letras en 1984 a Jorge Luis Borges. Quienes lo siguieron fueron justos herederos de su legado incomparable”, expresó. Destacó el trabajo del Gran Jurado –compuesto por María Teresa Andruetto, como presidenta; Hinde Pomeraniec, como secretaría general; Teresa Arijón; Hugo Beccacece; José Emilio Burucúa (h); Leopoldo Castilla; Pablo De Santis; Leonora Djament; Jorge Dubatti; Silvina Friera; Daniel Gigena; Luis Gusmán; María Rosa Lojo; Jorge Monteleone; Susana Reinoso; Matilde Sánchez; Dardo Scavino; Ricardo Strafacce; Maristella Svampa y Horacio Tarcus–, cuya tarea ha sido ardua y comprometida por juzgar con imparcialidad.
Entre las reflexiones que introdujo se centró en la cultura como condición para el desarrollo de un país, que debe estar arraigada en la educación. “Yo he dedicado mi vida adulta a promover la cultura. Mi concepto no se referencia en la quietud de los museos o en los regodeos de las élites. La cultura que he propiciado y por la que sigo trabajando es la de Sarmiento, la que se funda en la educación”, puntualizó.
“Los bienes culturales son parte fundamental de la riqueza de la Nación. A su consolidación deben concurrir el Estado y el sector privado. El primero, por su misión natural, y el segundo, por el concepto de solidaridad social implícito en la actividad privada. La cultura es una condición del desarrollo de un país. El crecimiento económico deja de ser un dato estadístico cuando crea progreso, y este es inconcebible sin cultura y educación”, cerró, mientras felicitaba a los premiados y los instaba a seguir creando.
Por su parte, María Teresa Andruetto, celebró la capacidad de “pensar, imaginar y crear a través de esa herramienta milenaria que es la palabra”. “Los Premios Konex abonan esta idea, y ese es quizás su mayor valor y trascendencia, porque reconocen, a lo largo de una década, la diversidad literaria en sus ensayistas, novelistas, poetas, traductores, cuentistas, editores e instituciones. Todo esto en un momento tan difícil de nuestra vida social, tiempos de resistir y sostener las múltiples expresiones de nuestra cultura, de asombrosa, inusitada, riqueza”.
Asimismo señaló la responsabilidad que conllevó ser parte del Gran Jurado, a la vez que significó, también, “un propósito luminoso”, el de ofrecer al público obras y trayectorias “que emergen como las más destacadas en sus especialidades a lo largo de una década en este hacer tan increíble y complejo como es la literatura de un país”.
“Tal es la abundancia como nuestras limitaciones para registrar todas las pérdidas. Así es como cada vez que repasamos lo mucho perdido en esta década, aparecen obras que de tan presentes hemos olvidado mencionar; nombres fundamentales como Juan Forn, Carlos Busqued, Irene Gruss, Cristian Aliaga... Conscientes de lo difícil que es registrar todo lo tanto que se ha hecho en una década, en la medida y la complejidad de lo posible, distinguimos las expresiones que entendemos más altas. Así, esta segunda etapa, no ha sido más sencilla que aquella primera, pero haría un elogio de la dificultad, de la riqueza que guarda esa dificultad, porque habla precisamente de lo abundante y lo fecundo”, expresó.
Concluyó, al igual que Luis Ovsejevich, felicitando a todos los elegidos, a los Premios Platino y a la Premio Konex de Brillante, María Moreno, primera mujer ganadora del premio máximo de esta disciplina desde su creación en 1984.
Inmediatamente, se entregaron los trofeos, que tuvo una asistencia casi perfecta, a excepción de algunas ausencias por cuestiones de salud o por encontrarse en el exterior, como fue el caso de Mariana Enriquez, escogida en la categoría Cuento, por el quinquenio 2019-2023, quien envío un video con unas palabras de agradecimiento y una amiga para que retirara el premio y agradeciera en su nombre.
Casi la totalidad de los ganadores, salvo contadas excepciones, tuvieron en sus discursos palabras de apoyo a la educación pública en general y a la universidad en particular como foco de resistencia a la vez de ser germen y origen para estar allí agradeciendo el reconocimiento por lo creado. No hubo eufemismos a la hora de la crítica ante la coyuntura mundial, pero, sobre todo, nacional. Lo que encontró eco en el auditorio, que ovacionaba sin timidez.
Hubo discursos emotivos, como el de Rita Segato –categoría Ensayo Antropológico y Sociológico–, que reconoció un sabor agridulce por la alegría de regresar a la Argentina a la vez que tristeza por la realidad nacional; o el de Sylvia Saítta, directora de AHIRA (Archivo Histórico de Revistas Argentinas) –una de las tres menciones especiales–, que reconoció que el proyecto pudo subsistir este año por medio de una colecta. Varios de los galardonados hablaron de tiempos oscuros, de resistir ante un momento en el que se quieren apropiar de palabras luminosas trocando su sentido.
Leila Guerriero –categoría Crónica– dedicó sus palabras a la labor periodística: “Sé que no podría haber hecho este camino sin eso que hace tanta falta en el periodismo y que son los editores. Editores que piden cosas que parecen imposibles. Que aceptan propuestas que parecen delirantes. Que tienen paciencia, profesionalismo, elegancia y convicción. Que defienden la importancia de ser precisos. De chequear datos. De no repetir informaciones falsas como si fuéramos desinteligencias artificiales. De citar las fuentes. De no confundir un rapto de ira personal con un punto de vista serio. De no dejarnos seducir por la conga vacua de los clicks. Toda esa gente, a lo largo de años, me convenció de que acá, en la escritura de no ficción, había un camino. Recibo esto recordando con nostalgia a los que ya no están. Con respeto a los que siempre están ahí. Y con agradecimiento a todas y todos ellos”.
Otro de los saludos a través de un video fue el del Premio Konex Mercosur, que se le otorgó al poeta, filósofo y líder indígena brasileño Ailton Krenak, quien se declaró honrado por ser premiado con un galardón como el que había recibido “el gran Julio Cortazar”. El Konex de Honor –otorgado a las personalidades fallecidas durante la última década– fue para el escritor y crítico literario Luis Chitarroni, mientras que la Mención Especial por Trayectoria se le concedió al poeta y periodista Antonio Requeni, que, con 94 años, agradeció con lucidez.
Ovación, foto final y brindis, hasta dentro de diez años, cuando la escritura vuelva a ser protagonista del Premio Konex a las Letras.
Premios Konex de Platino
Premio Konex Mercosur: Ailton Krenak (Brasil)
Premio Konex de Honor: Luis Chitarroni
Menciones especiales
Mención Especial por Trayectoria: Antonio Requeni
Premios Konex de Brillante: María Moreno
Fuente: Infobae. Fotos: Jaime Olivos