Mariano Werner se consagró campeón del Turismo Carretera por segunda temporada consecutiva en una definición dramática, polémica y electrizante. El entrerriano, que llegó en el noveno puesto, se vio beneficiado cuando en la última parte de la carrera Germán Todino (Torino) superó a Mauricio Lambiris (Ford) e impidió que el uruguayo conquistara la Copa de Oro. “Terminé muy eufórico, cansado. La verdad es que sufrí mucho la carrera. Por momentos pensé que perdía el campeonato, pero por suerte Todino me dio una manito bastante grande”, expresó el entrerriano.

Efectivamente, Werner recuperó un título que en algún tramo de la carrera se le escurría de las manos. El entrerriano llegó a esta fecha decisiva con una ventaja de 16,5 puntos sobre Lambiris. Además, el uruguayo estaba obligado a ganar sí o sí para tener alguna chance.

Pero Lambiris hizo -casi- todo lo que estuvo a su alcance para consagrarse. Se le escaparon por milésimas los tres puntos de la pole position. Pero se quedó con la serie más rápida que le permitió largar desde la posición de privilegio la final. A esa altura, para coronarse, Werner, que largaba sexto, necesitaba terminar al menos entre los cinco primeros o esperar a que el piloto del Ford  naranja no se lleve la victoria.

En los primeros metros el entrerriano ejecutó al Torino de Marcos Landa para asegurarse al menos la posición necesaria para quedarse con la corona. Mientras Lambiris marchaba al frente acosado por Todino. Pero promediando la competencia, Werner se enredó con el Chevrolet de Agustín Canapino y cayó al noveno puesto. En esa instancia el título cambiaba de dueño y viajaba a Uruguay.

Sin embargo, el Ford de Lambiris había quedado herido por un toque previo de Todino en la lucha por la punta. Como consecuencia de este incidente se rompió parte de la cola del Ford y la carrocería comenzó a rozar el neumático trasero izquierdo del líder.

Para colmo, en la vuelta 14, Todino logró superar a Lambiris y se encaminó hacia su primer triunfo en el TC. Frente a este escenario, a Werner le alcanzaba con llegar noveno para consagrarse. “Las últimas vueltas fueron muy difíciles, porque uno empieza a escuchar ruidos por todos lados. Pero me concentré para no cometer errores”, detalló el paranaense.

Con el final consumado, Werner desató el festejo en medio de una gran incertidumbre. Porque mientras él se abrazaba con todo aquel que se cruzaba por el camino, Lambiris ingresaba a la oficina de los comisarios deportivos para presentar una denuncia formal por el toque que lo terminó perjudicando. Lo que siguió fueron larguísimos minutos de análisis de cámaras on board, parciales de tiempo y hasta la adquisición de datos del auto de Lambiris para determinar si después del toque su auto había perdido rendimiento.

Al tiempo que el piloto uruguayo pedía que revisen su auto, que además de estar dañado, evidenciaba un surco en toda la pisada por el desgaste que le provocó el roce de la carrocería. A unos pocos metros, Werner eligió abstraerse de toda esa polémica de la que nada tenía que ver y celebró a lo grande. No era para menos, se sentía el nuevo bicampeón del Turismo Carretera. Y un rato más tarde, los CD se lo ratificaron.