Joaquín Werner resaltó el gran momento de Faustino Oro, pero dejó en claro que no es la realidad del ajedrez nacional.
En diálogo con el programa A Quien Corresponda, que se emite por Radio Plaza (94.7), Joaquín Werner en el comienzo se refirió al presente que vive Faustino Oro en el ajedrez a nivel mundial. “Creció de manera exponencial y también muy rápida. El año pasado estuvo en Paraná, recuerdo que los chicos de la Alianza Francesa organizaron un torneo y dijeron ‘hay que traerlo antes que se vaya a España’. Fue en mayo del año pasado el torneo y en octubre de ese año se fue a vivir a España. Es impresionante el crecimiento que ha tenido, así como también el de los hermanos Fiorito, que también viven en España”.
Y agregó: “El caso de Faustino es uno de esos jugadores que aprendieron en plena pandemia, jugaba a la pelota en un departamento y no lo podían contener, entonces le presentaron el juego y aprendió en 2020. En cuatro años le juega de igual a igual a los mejores del mundo y con apenas 10 años”. A lo que añadió: “En lo personal tuve muchos alumnos que arrancaron en pandemia, ayudó mucho también que hay bastante material para aprender en internet”.
—¿Por qué se da ese éxodo a tan temprana edad?
—Por una cuestión económica, porque no hay apoyo para el ajedrez, sí algunas becas, pero no es demasiado y es complicado vivir siendo jugador. También porque acá a ese nivel no encuentran rivales para seguir mejorando, allá tienen muchos torneos y muchos jugadores superiores a ellos, acá hay un techo bajo. En España van a cualquier torneo y pueden enfrentar a los indios, a jugadores europeos, incluso de Europa del Este. También emigran por una cuestión idiomática.
En otro tramo de la charla, Werner aclaró que “estamos quedando como un país de avanzada, pero Faustino Oro es un caso fuera de serie, nos falta un montón para igualar a los mejores del mundo”.
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