El Perro que no se calla

Edición: 
656
Ecos de la presentación del libro El Silencio, de Horacio Verbitsky, en Paraná

El reconocido periodista y escritor Horacio Verbitsky estuvo este lunes en Paraná presentando su nuevo libro, El Silencio, una historia política de la Iglesia Católica y su rol en la última dictadura militar. En el de la serie de charlas que inició el Semanario ANALISIS en su mes aniversario, Verbitsky agradeció a “Daniel Enz por mantener desde hace 15 años este proyecto contra todas las dificultades y no bajar la guardia y seguir adelante”. Ante un auditorio de más de 500 personas que colmó el auditorio de la Biblioteca Popular, el escritor habló de su investigación de 20 años, la que definió como “un aporte a la comprensión de lo que nos pasó y por qué nos pasó lo que nos pasó”, y luego se prestó a un debate con el público que durante dos horas lo escuchó en un respetuoso silencio. Asimismo, previo a la elección del nuevo Papa, se animó a vaticinar que “si Bergoglio fuera electo, pondría todo el peso de la Iglesia universal al servicio de la impunidad para los crímenes de la dictadura militar”. A continuación, se transcribe, textual, la charla.

Les voy a contar un poco sobre este libro que acaba de aparecer. El Silencio es el fruto de más de 20 años de trabajo que me fueron llevando en una deriva de idas y vueltas hasta concretarse en este volumen, que es el primero de una serie sobre el mismo tema.

Yo supe, a los finales de la última dictadura militar, que había funcionado un campo de concentración en una propiedad de la iglesia, pero no tenía los detalles sobre en qué había consistido. Eso lo fui reconstruyendo cada vez con nuevos elementos, testimonios y documentos, y en el camino me fui metiendo cada vez más en el estudio de algo que a mí me parece esencial para la compresión de lo que nos pasó en Argentina que es el rol político que tuvo la Iglesia a lo largo de toda la historia. Y comencé a remontarme cada vez hacia más atrás, porque el hecho de que haya habido una complicidad del Episcopado con la dictadura y obispos que bendijeron las armas de los torturadores, son cosas que se conocieron en los primeros años posteriores a la dictadura, pero eso era como la puntita que se veía de algo que era mucho más profundo. Eso me fue remontando cada vez más atrás, por lo que finalmente me decidí a encarar una investigación sobre la historia política de la Iglesia desde 1884, cuando la Iglesia encabeza la resistencia contra las reformas liberales que estaban poniéndose en práctica en ese momento y el Presidente Julio Argentino Roca expulsó al nuncio vaticano Luis Matera entregándole su pasaporte para que se vaya del país; hasta 1983, cuando termina la dictadura, porque entiendo que es un arco de un siglo en el cual se pueden desarrollar las líneas centrales de esa historia política y de los componentes ideológicos que fueron el fundamento dogmático de la mayor parte de las dictaduras que tuvo la Argentina en el siglo XX, y específicamente de la última con las trágicas consecuencias que todos conocemos.

Cuando ya llevaba escritas más de 1.500 páginas, me di cuenta de que se trataba de algo absolutamente excesivo y que no se puede organizar un libro de esa extensión, por lo que desglosé el tema de la isla, que había sido el proyecto original con el cual empecé a trabajar. Pero recién pude terminarlo una vez que hice una investigación sobre un siglo de historia política de la Iglesia porque internamente necesitaba tener la certeza de que esto que estoy publicando ahora está sostenido por una investigación muy sólida que se remonta a un siglo de historia argentina, y específicamente a la historia de la Iglesia. De manera que en este libro hay algunas de las cosas que he descubierto, mientras que otras están implícitas y serán desarrolladas en los por lo menos dos tomos que tendrá la historia política de la iglesia.

En El Silencio básicamente se hace un análisis del concepto de “subversión” que los militares argentinos llevaron a la práctica durante la última dictadura y que implicó una represión indiscriminada sobre sectores muy diversos de la sociedad: se incluía a aquellos que habíamos empuñado las armas en pos de un proyecto de liberación nacional, pero también a mucha gente que nunca había tocado un arma ni había planteado un proyecto de liberación revolucionaria sino que simplemente creían en distintas formas de la libertad que para la Iglesia argentina debían ser reprimidas porque formaban parte de una conspiración en contra del plan divino, que iba desde quienes estudiaban en la universidad y tenían una visión crítica sobre ciertas formas tradicionales del saber, hasta aquellos que ejercían la libertad de expresión, los artistas, los intelectuales, los maestros y los trabajadores que se organizaban en defensa de mejores condiciones de vida. Y esto es lo que de alguna manera explica el amplio espectro que tuvo la represión en la argentina. He rastreado la historia de este concepto que llegó a parecernos tan natural en la Argentina y es lo menos natural del mundo, porque se trata de una categoría que requiere una muy sofisticada elaboración para abarcar a un universo tan amplio que incluya desde un catequista de la propia Iglesia Católica que está una comunidad eclesiástica de base en una villa de emergencia, hasta un profesor universitario, un escritor o un guerrillero. Definir a un universo tan diverso con una sola palabra y aplicarles a todos los individuos de esa categoría la pena máxima como sucedió en la Argentina es una tarea de elaboración intelectual altamente sofisticada en la cual la Iglesia tuvo un rol preponderante.

El concepto de “subversión” tiene toda una tradición. Fue acuñado en Francia, a partir de la contrarrevolución francesa, después de 1789 y que llegó a la Argentina en el siglo XX por varias vías: por un lado, a través de grupos nacionalistas vinculados con la Iglesia en las décadas de 1920 y 1930 que tuvieron un rol muy importante en la política argentina y que adhirieron a los experimentos totalitarios europeos, como el fascismo, franquismo español, el nazismo y una organización menos conocida pero que tuvo una influencia profunda en el país que se llamó L’Action Française. Se trata de una organización nacionalista católica francesa que tuvo una enorme influencia sobre la intelectualidad nacionalista argentina de esa época, aunque luego entró en conflicto con la iglesia, lo que motivó que su fundador, Charles Maurras, fuera excomulgado por el Papa Pío XI, aunque luego el Papa Pío XII lo readmitió en la Iglesia y luego terminó preso de los aliados por haber sido colaboracionista con los nazis en la segunda guerra mundial. Maurras tenía un secretario que se llamaba Jean Ousset, quien fundó una organización que se llamó La Cité Catholique, que tuvo una influencia muy grande en el desarrollo de las doctrinas contrarrevolucionarias que manejaron los oficiales del Ejército galo en la guerra colonial de Argelia. Cuando los franceses fueron derrotados, esta organización y muchos cuadros militares franceses que pertenecían a ella intentaron dar un golpe de estado contra el gobierno de Charles De Gaulle: ejecutaron una cantidad de actos terroristas contra la población civil en París poniendo bombas en cafés y lugares públicos y cuando fracasaron se dispersaron por el mundo. Un núcleo muy importante se radicó en la Argentina.

Esta fue una influencia fundamental de toda la doctrina contrarrevolucionaria antisubversiva que ejecutaron los militares argentinos, sobre todo a partir de un libro escrito por Jean Ousset, que se llamó El Marxismo-Leninismo. Se trata de un libro de unas 300 páginas, de las cuales más de un centenar están dedicadas a la reproducción de encíclicas papales sobre el comunismo y la subversión, publicado en 1960 en Francia y cuya primera traducción en el mundo se realizó en Argentina. Ahí, Ousset define el concepto de “subversión” y plantea que es un problema más ideológico que político y más político que militar, y que la única arma válida para enfrentarlo es la doctrina de la Iglesia. La traducción al castellano la hizo un coronel del Ejército llamado Juan Francisco Guevara, quien fuera el organizador del alzamiento contra el peronismo en 1955; autor de la consigna “Dios es justo”, con que se identificaban los alzados; y responsable de que se pintara en los aviones la cruz dentro de la V con la consigna “Cristo vence”. Además, Guevara fue el introductor en la Argentina de esta organización que en el país se llamó Ciudad Católica. Pero lo más significativo de la traducción de El Marxismo-Leninismo en Argentina fue quién lo prologó: el cardenal primado y vicario castrense, Antonio Caggiano, cuyo secretario familiar era monseñor Emilio Grasselli, que fue uno de los personajes más siniestros que tuvo la Iglesia por su compromiso con la represión, con los secuestros, torturas y desapariciones de personas. Esto resultó llamativo porque en Francia, La Cité Catholique tuvo una implantación muy grande en el ejército y en los capellanes del ejército en Argelia por defender el uso de la tortura con argumentos dogmáticos tomados de la religión. Sin embargo, la jerarquía de la Iglesia francesa condenaba el uso de la tortura, e inclusive el primado de Francia en Argentina denunció esas prácticas viciosas.

(La desgrabación completa y textual de la disertación de Horacio Verbitsky se publica en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

La intendenta de Paraná, Rosario Romero, se manifestó preocupada por la situación del transporte público, los servicios como el agua potable y las realidades hirientes por la falta de alimentos en muchos hogares.

La intendenta de Paraná, Rosario Romero, se manifestó preocupada por la situación del transporte público, los servicios como el agua potable y las realidades hirientes por la falta de alimentos en muchos hogares.

Deportes

Fútbol: Unión saboreaba la victoria, pero Lanús lo dejó con las ganas de festejar

El "Tatengue" tenía todo para ganarlo, pero el "Granate" se lo empató en el final.

Causa Vélez: Sebastián Sosa recuperó la libertad tras pagar la caución

El arquero uruguayo pagó 50 millones de pesos para quedar en libertad a la espera de la resolución del caso.

Independiente Rivadavia logró una agónica clasificación en la Copa Argentina

La Lepra se impuso con gol de Francisco Petrasso, a los 39 minutos del complemento.

El entrerriano Juan Augusto Ronconi confirmó su piloto invitado para el Procar 4000

Juan Ronconi compartirá el auto con Alan Ruggiero, piloto del TC.

Javier Altamirano ya recibió el alta tras la convulsión que sufrió ante Boca

El futbolista chileno continuará su recuperación en su domicilio con un reposo relativo.

Básquet: definieron el calendario para los playoffs de la Liga Nacional Femenina

Rocamora aun no tiene asegurado su lugar en los playoffs; los cuartos comenzara´n el 6 de abril.

Liga Paranaense de Fútbol

Se presentó la temporada 2024 de la Liga Paranaense de Fútbol.

La Unión

La Unión sumó un buen triunfo frente a Quilmes y volvió a sonreír en su casa.

CAO

Olimpia le ganó a Estudiantes y sumó otro éxito en el arranque de la segunda fecha de la APB. Foto: Archivo.

Opinión

Por Azul Martínez (*)  

(Foto ilustrativa)

Por Hugo Remedi (De ANÁLISIS)
Por Coni Cherep (*)  

(Imagen: conicherep.com)