Daniel Tirso Fiorotto
(especial para ANALISIS)
Muchos quieren llevar al combativo Alfredo de Ángeli al Congreso, y muchos preferirían no tener que enfrentarlo en las urnas de junio para evitarse una derrota por goleada. El agricultor mariagrandense se debate entre poner todos los huevos en una canasta o repartirlos en todas. Es tan potente su carisma, que cualquier candidato resulta opaco a su lado. ANALISIS accedió a la cocina de algunas agrupaciones, cuyos debates giran, necesariamente, en torno de lo que haga o deje de hacer De Ángeli, y buscó las claves que deben conocerse para seducir al electorado más díscolo. En el PJ entrerriano permanecen a la expectativa. El propio Jorge Busti le anunció al gobernador Sergio Urribarri que si De Angeli es candidato, recién ahí aceptará encabezar la lista del oficialismo, como diputado nacional.
Los ruralistas empacados contra el gobierno tienen una certeza: votar contra el matrimonio Kirchner Fernández. Pero se dispersan en la oposición. Como la lucha en las rutas durante el año pasado fue arrasadora, las simpatías de las familias rurales terminarán tiñendo al conjunto de la sociedad, que por primera vez en décadas se sintió involucrada en una puja socioeconómica de apariencia sectorial.
Muchos votarían contra los Kirchner, y muchos votarían por Alfredo De Ángeli, pero sin el nombre de este dirigente en las listas, y en ausencia de un partido que reúna las ideas dispersas que sólo confluyen en el antikirchnerismo, el análisis se complica.
El caso es que Alfredo De Ángeli deshoja la margarita en estos días, y mientras él recita el clásico “me quiere mucho, poquito, nada” los protagonistas de las vidas partidarias están que se comen las uñas. Le declararon su amor y esperan una respuesta con la ansiedad de un adolescente.
Si en la Argentina el dirigente de la Federación Agraria puede influir sobre las campañas, en Entre Ríos casi todo dependerá de sus decisiones. Y es que ante la crisis extrema del partidismo, de los partidos vaciados, muchos entrerrianos terminan apostando a la persona, se han convertido en personalistas, y esto sin atender los riesgos que encubre esa tendencia.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)