Daniel Tirso Fiorotto
(Especial para ANALISIS)
Ana era una chica de barrio, divertida, trabajadora, humilde. A los 24 años debía arreglárselas sola con sus dos pequeños niños, y todo le resultaba cuesta arriba principalmente en la economía, pero desde noviembre de 2009 su vida sencilla se convirtió en un calvario.
Quien la ha visto llorar de impotencia se ve obligado a revisar los caros sistemas de la burocracia de los poderes del Estado, que no previenen ni actúan con la celeridad que las familias humildes requieren.
Ana perdió la paz, perdió la felicidad, ya no es la joven alegre de ayer. Sus problemas no son sólo económicos sino mucho más complejos: tiene miedo, sufre de pánico.
Los vecinos dicen que la ven taciturna, y en medio del dolor la muchacha da gracias a sus amigas que la acompañan en sus horas amargas porque cuando narra su historia no puede contener el llanto.
Sus niños están bien, el mayor tiene ocho años, la menor apenas tres, y la abuela ayuda cuanto puede.
Miedo a la noche, miedo en la calle, miedo a un grupo de inescrupulosos que abusó de sus necesidades y que la tiene amenazada.
Es que Ana sufrió el desfalco junto a un centenar de familias de Paraná, muchas de ellos de recursos limitados, pero con una diferencia: los estafadores la pusieron en el medio. Entonces no sólo se vio defraudada en sus expectativas sino también obligada a dar respuestas (que no tiene) a otros vecinos que le reclaman.
La treta fue muy simple, y le está haciendo perder a Ana (damos un seudónimo para no comprometerla más aún) los años dichosos, en que podría disfrutar de sus hijos y consolidarse en un trabajo digno.
Mafia y desidia
Ana fue víctima de una mafia. Ella que es sola y pobre y mujer y con hijos y jovencita no ha encontrado en el sistema un amparo ni un consuelo.
Es una hija de Paraná, una hija de nuestros barrios.
“Yo vivía en Sierra de la Ventana con mi compañero. Como buscaba trabajo, leí un aviso en el diario de allá, creo que es La Nueva Provincia de Bahía Blanca, donde ofrecían un empleo para otorgar préstamos”, comienza Ana ante la consulta de ANÁLISIS.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
