Luis María Serroels
(Especial para ANÁLISIS)
Por estos días se cumplen 35 años de la derrota militar en Malvinas, hecho que no hizo otra cosa que repotenciar y revitalizar nuestro sentimiento patriótico, dejando archivadas presuntas dobles intenciones de la cúpula militar gobernante, sedienta de perpetuación en el poder. Empero el trauma por la rendición se acrecentó en la medida que se soslayaba la situación de los combatientes compatriotas que se llenaron de gloria. No sólo se advertía abandono e indiferencia por parte de vastos sectores, sino que hasta se buscaban chicanas para negarles adecuada asistencia oficial. De quienes quedaron en la tierra irredenta ofrendando su más preciado tesoro, la vida, se podrá determinar su identidad en tanto avance la ardua tarea en marcha a cargo de expertos. No pocos de quienes volvieron con múltiples secuelas físicas y psíquicas, renunciando a ser rotulados como héroes, siguen cargando hoy las consecuencias de semejante experiencia. Y en muchos casos todavía aguardan acciones reparatorias que se prometieron demagógicamente.
Las fuerzas inglesas –dice el doctor Julio César González, escritor y agudo intérprete del trasfondo del enfrentamiento y de los tratados secretos con Gran Bretaña firmados por el menemismo-, “derrotaron completamente a las fuerzas argentinas de soldados bisoños que se batieron con heroísmo, con dignidad, con honor y sin material adecuado frente a un enemigo que en ningún momento ocultó su ferocidad y salvajismo (…) que se concretaron en fusilar y torturar a indefensos prisioneros de guerra argentinos” (nuestra Argentina quedó sometida a la Ley del Vencedor).
Hoy es trascendente robustecer la acción diplomática y machacar ante las organizaciones mundiales. No basta con recordar con dolor los acontecimientos de 1982, sino que se requiere transformar esa pena en esperanza y decisión.
Es importante trasmitir a las generaciones a partir del primer grado escolar el sentido de esa lucha y –básicamente- el porqué, no obstante la ilegitimidad del gobierno de facto de entonces, los argentinos pusieron su mira en un objetivo tan sagrado. Dicho de otro modo, por qué se apoyó el desembarco aquel lejano 2 de abril. Insertar en las mentes infantiles el meollo del ideario malvinense y las razones históricas, políticas, jurídicas y geográficas que fundamentan nuestra indiscutible soberanía, debe ser un material infaltable en la currícula de los planes de estudio de cualquier nivel.
ANÁLISIS (en sus versiones de revista y sitio digital) ha sido un constante receptor de inquietudes y difusor de ideas-fuerza que refresquen e incentiven el ideario del territorio invadido impunemente por la nación más colonialista que la historia registra.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS del miércoles 7 de junio de 2017)
