
Inverosímil. Cuánta incredulidad a la hora de las explicaciones. Los actores políticos no pueden creer lo que está pasando. Parafraseando un tango, buscando apoyo en otros tiempos, se puede decir que están desorientaos, no saben que “trole hay que tomar”. Encumbrados analistas revisan una y otra vez las categorías que venían utilizando hasta ahora para tratar de entender o explicar la realidad. De poco sirven para encuadrar los acontecimientos de estos tiempos veloces y líquidos. Encuestadores vencidos y notas tomadas al paso que terminan con un tachón. No es que se reemplazan por otras. Directamente no hay qué poner. Acordar políticas de Estado y construir instituciones para fortalecer ciudadanía podrían ser caminos que permitan descorrer el velo y echar luz a un tiempo con nubarrones.
Por Néstor Banega
Sin reacción
Año electoral que, como anticipamos, nos cruza a cada instante. Transversal a nuestras vidas. Imposible abstraerse de las tensiones que plantea el momento. Falta apenas un mes para que nuestras decisiones (o abstencioneso ausencias) le den forma al tiempo por venir.
En la revista de agosto (ANÁLISIS 1143), después de las sorpresas (o no tanto) proponíamos intentar la serena reflexión. Que decante para que no espante. Pero se torna dificultoso porque asistimos a niveles de agresiones insoportables. Sobre todo, por la penetración que en todo el territorio tienen los medios nacionales que marcan ritmo y agenda de los intercambios.
Una saga de rápidos y furiosos, pero en versión circo criollo. Un poco más de lo mismo en cada capítulo, pero recargado. No aclara. Oscurece. Podríamos arriesgar que eso pone a la ciudadanía (con sus problemas y valores a cuesta) en vilo. Una sobrecarga de aquello que ya vimos, vivimos y no nos gusta tanto.
Tiempo de escasez
Escasez es, en una de sus acepciones, pobreza o falta de lo necesario para vivir. Es lo que sobra y no solo en la alacena. La hay en todos los órdenes. ¡Una idea ahí! ¡Por favor!
Hace unos días el Índice de Precios al Consumidor (IPC) volvió a poner nuestra capacidad de asombro a prueba. Un promedio de 12,4 en el nivel general, pero que en el rubro de alimentos y bebidas alcanza el 15,6 por ciento, que se eleva al 16,9 por ciento en la Región Pampeana.
(Más información en la edición 1144 de la revista ANALISIS del jueves 21 de septiembre de 2023)