Hay más de 6 millones de personas que esperan la segunda dosis contra el Covid-19

Llegada de contenedores con la vacuna Sputnik V al aeropuerto de Ezeiza.

Llegada de contenedores con la vacuna Sputnik V al aeropuerto de Ezeiza.

En medio del impacto de la nueva ola de coronavirus, la esperanza del Gobierno es ganar días apostando a la llegada de más vacunas que aumenten la inmunización. Sin embargo, las dosis que aterrizaron en Ezeiza, hasta ahora, son mucho menos que las anunciadas. Hasta el cierre de esta nota, habían llegado al país el 19 por ciento del total de las prometidas. Para ser precisos, 12.698.145 de las 66.589.842 acordadas con distintos laboratorios y/o Estados amigos.

La falta de vacunas condiciona las decisiones de la Casa Rosada e interpela a las autoridades políticas y sanitarias a dar explicaciones. En las últimas horas del sábado, se supo oficialmente a través de un comunicado que, entre domingo y lunes, llegarían poco más de un millón de dosis de la ansiada vacuna de AstraZeneca. Es una buena noticia, aunque es menos del 10 por ciento de las ya arribadas, consignó un informe publicado en el portal de Infobae.

En Argentina, 8.673.465 personas recibieron al menos una dosis de una de las vacunas disponibles en el país contra el coronavirus. Es el 19 por ciento de la población, según se desprende del Monitor Público de Vacunación del Ministerio de Salud de la Nación, que refleja online el avance de la inoculación en el país día a día. Pero solo 2.360.858 personas recibieron la segunda, apenas el 5 por ciento. Las segundas dosis, en medio de la escasez de vacunas, es un gran interrogante.

El 26 de marzo pasado, los 24 ministros de Salud del país tomaron la decisión de postergar un mínimo de tres meses la aplicación de esa segunda dosis, más allá del intervalo recomendado por sus fabricantes para las vacunas Sputnik V, Sinopharm y AstraZeneca.

La decisión estuvo forzada por la realidad: la falta de vacunas. El Gobierno decidió así inmunizar a la mayor cantidad de gente de los grupos prioritarios con, al menos, medio esquema, para hacer frente a la segunda ola y tratar de evitar una mayor cantidad de muertos. La vacunación no evita completamente la posibilidad de contagiarse, pero sí garantiza transitar en forma más leve la enfermedad y reduce drásticamente la mortalidad.

“La estrategia de diferir la segunda dosis establece un intervalo mínimo de 12 semanas entre la primera y la segunda. Implica, justamente, una distancia mínima que puede extenderse en razón de la disponibilidad de vacunas. No obstante, la Argentina ha realizado gestiones para procurar la llegada del componente 2 de vacunas Sputnik V. También las vacunas de AstraZeneca, tanto las del mecanismo COVAX, como las 3.960.000 que llegarán entre esta semana y la próxima, serán utilizadas para completar e iniciar esquemas”, señalaron el viernes fuentes del Ministerio de Salud de la Nación ante la consulta de Infobae sobre la falta de disponibilidad de dosis para completar la vacunación de aquellos que recibieron una primera aplicación.

Para el médico infectólogo Roberto Debbag, “no es la opción más adecuada, pero resulta imperioso hacerlo debido a la escasez de vacunas. Es decir, tomar el riesgo para vacunar más rápido a más personas”. Actual vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, aseguró que “el cuerpo tiene memoria y aunque el momento de la segunda dosis sea más tarde, se puede completar la cobertura”.

Al Presidente Alberto Fernández le gusta comparar la situación de Argentina con otros países cuando los números la dejan bien posicionada. A nivel mundial, Argentina está en el puesto 44 entre 137 países en cantidad de población vacunada con al menos una dosis. Israel es el país que más segundas dosis aplicó con relación a su población en el mundo: el 59 por ciento de sus habitantes ya tiene el esquema vacunatorio completo. Estados Unidos tiene el 38 por ciento y el Reino Unido, el 31 por ciento. En la región, lidera Chile que tiene el 40 por ciento de su población con dos dosis. Le sigue Uruguay con el 28 por ciento. Los dos son gobernados por líderes de la derecha en la región.


Alberto Fernández recibe en Ezeiza un cargamento de vacunas Sinopharm.

El segundo componente de la Sputnik V

 

Quizás porque las alianzas de la Argentina van en sentido contrario, la vacuna más aplicada en el país es la proveniente de la nación gobernada por Vladimir Putin. Rusia se convirtió en el principal proveedor de Argentina en los cinco meses transcurridos desde que empezó la campaña de inoculación por parte del Gobierno. Al Aeropuerto Internacional de Ezeiza llegaron 7.035.745 entre primeras y segundas dosis de Sputnik V, de los 20 millones originalmente acordados con el Instituto Gamaleya, que en abril se ampliaron a un total de 30 millones. O sea, que llegó hasta ahora menos del 24 por ciento de lo comprometido.

La ministra de Salud, Carla Vizzotti, anunció el viernes en declaraciones radiales que estaban por llegar dos cargamentos más de la Sputnik V en los próximos días. Sin especificar cantidades, señaló que serían todas dosis del componente uno, y que serían destinadas a iniciar el proceso de inmunización en personas que hasta el momento no habían sido convocadas a inocularse, destacó el portal de Infobae.

Ayer, el presidente de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani, adelantó en un tweet que esta madrugada salía el décimo sexto vuelo hacia Moscú para buscar uno de esos dos embarques, que traería 600.000 dosis el lunes por la tarde. El otro vuelo tendría lugar también esta semana. Con Moscú, no hay precisiones hasta el último minuto.

La Sputnik V es la única vacuna que funciona con dos componentes distintos por lo que, para completar la inoculación contra el COVID-19, deben darse los dos. Hasta ayer, 5.057.945 residentes en el país habían recibido el primero, y sólo 896.755 el segundo. Esto significa que hay 4.161.190 personas esperando completar su esquema vacunatorio con la vacuna rusa.

Según el análisis realizado por la Unidad de Datos de Infobae, de las 1.060.160 segundas dosis que llegaron al país, solo quedan en stock 163.405 del componente dos de la Sputnik, que solo alcanza para vacunar al 4 por ciento de esos cuatro millones de personas. Este número surge de cruzar los datos de las que arribaron con la información de las ya aplicadas, según la última actualización de la base de datos abiertos que publica online la cartera de Vizzotti.

El primer arribo del segundo componente de la Sputnik V fue el 16 de enero, cuando se recibieron 300.000 dosis. El 28 de ese mes llegaron 110.000 más. Recién tres semanas después, el 18 de febrero, otras 188.800 dosis aterrizaron en Ezeiza. Marzo fue el último mes de arribos: el 2 llegaron 211.360; el 26, otras 200.000, y el 30 de marzo, las últimas 50.000. Ni en abril ni en lo que va de mayo llegaron segundas dosis de la vacuna rusa.

La mayoría de los que tienen las dos dosis de la Sputnik V aplicadas corresponden al personal de salud, el primer grupo que se priorizó al comienzo del plan de inmunización, cuando solo había llegado la vacuna rusa al país. El resto de los residentes en el país que recibieron esta vacuna, ya cumplieron o están cerca de cumplir con el intervalo de tres meses para la segunda dosis.

Vizzotti reconoció el viernes que tienen problemas para acceder al componente dos, esperado por muchas personas que ya recibieron la primera inyección hace casi tres meses. “Es más difícil acceder al segundo componente porque está demorada la producción y porque también se están aplicando las segundas dosis en Rusia en este momento”, planteó.

Si bien el Instituto Gamaleya había recomendado la segunda aplicación de la Sputnik V entre los 21 y los 28 días, informó que el intervalo entre las dos aplicaciones podía extenderse hasta un máximo de dos meses, pero no hizo referencia a ampliarlo a tres meses o más.

Sin embargo, la Sputnik V tiene a su favor la alta efectividad de inmunización con la primera dosis, de alrededor del 90 por ciento, y superior al 97 por ciento con las dos, según las autoridades rusas.

Este cuello de botella con la fabricación del segundo componente generó que Moscú autorizara a principios de este mes, la “Sputnik light”, la vacuna monocomponente contra el COVID-19. Según las autoridades rusas y el Instituto Gamaleya, ayudará a prevenir la propagación del coronavirus mediante una inmunización más rápida de grandes grupos de población, con una eficacia cercana al 80 por ciento, además de mantener una alta inmunidad en las personas que han padecido la enfermedad.

Ni la Sputnik V, ni la versión Light fueron hasta ahora aprobadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Hasta el momento, la OMS incluyó en la lista de uso en emergencia a las vacunas de Pfizer-BioNTech, Johnson & Johnson, Moderna, AstraZeneca, y Sinopharm.

La vacuna de AstraZeneca

 

En Argentina no solo hay 4 millones de argentinos esperando el segundo componente de la vacuna rusa. También hay otras 2.158.039 personas que aún no completaron su esquema de vacunación con las otras tres vacunas disponibles hasta ahora en el país.

De las 1.082.400 dosis de AstraZeneca que llegaron el 17 de febrero a través del mecanismo solidario de Covax que coordina Naciones Unidas, ya no quedan dosis en stock. Según la última actualización del dataset de vacunación del Ministerio de Salud, 1.046.739 residentes en el país recibieron su primera dosis y apenas 63.083, la segunda.

Esto implica que hay 983.656 de personas esperando por la segunda aplicación de la fórmula desarrollada por el laboratorio AstraZeneca en colaboración con la Universidad de Oxford, cuando la mayoría de ellas ya está cumpliendo los tres meses desde la primera aplicación. En esta vacuna, la primera dosis logra un 76 por ciento de efectividad y su eficacia aumenta a partir de la semana 12.

La ministra de Salud aclaró el viernes que “quienes ya cumplieron los tres meses, si se pasan una semana o dos no se vence la vacuna. El intervalo se fijó arbitrariamente, pero van a tener prioridad para ser vacunados”.

Cuando Infobae publicó una primera nota sobre la demora en la llegada de las segundas dosis a principios de mayo, Juan Castelli, subsecretario de Estrategias Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación, explicó: “Los esquemas de vacunación tienen intervalos mínimos. Puede haber una variación de varios días en la aplicación de la segunda dosis. No tiene que ser una fecha exacta”. Y advirtió que “con la primera dosis se genera una respuesta inmunitaria y disminuye la posibilidad de que la persona desarrolle la enfermedad. Con la segunda dosis, se prolonga en el tiempo esa respuesta de inmunización”. La estrategia de diferir la segunda dosis tres meses fue - según señaló - la misma que usó el Reino Unido y Canadá.

Respecto de las 580.000 vacunas Covishield que llegaron al país, con la misma fórmula del mismo laboratorio anglo-sueco AstraZeneca pero fabricadas en India, 633.486 personas recibieron la primera aplicación, pero solo 4.866 la segunda. Por la gravedad de la crisis sanitaria en se ese país, se suspendió sin aviso el envío de otro cargamento de igual cantidad acordado, consignó el portal de Infobae.

En medio de la incertidumbre sobre la aplicación de la segunda dosis, el Gobierno confirmó anoche que hoy domingo arribaron a las 6:15 en un vuelo de la compañía KLM, 204.000 dosis de AstraZeneca adquiridas por nuestro país a través del mecanismo Covax. La cifra es bastante inferior a la informada oficialmente el viernes, cuando fuentes del Ministerio de Salud informaron que llegarían esta mañana 843.600 dosis.

Para compensar esa merma, desde la Casa Rosada también precisaron que “el lunes 24 por la tarde, llegarán otras 843.000 dosis de AstraZeneca provenientes de Estados Unidos”. Se trata de la primera entrega del contrato suscripto por Argentina con este laboratorio por 22.4 millones de dosis, del que aún no habían llegado ninguna vacuna pese a que, en Argentina, el laboratorio mAbxience - del empresario Hugo Sigman- elaboró el componente activo que luego envió al laboratorio Liomont, en México, para su proceso final.

“Estas dosis son muy importantes para muchas personas que fueron inoculadas en febrero con Covishield y ya transitaron las 12 semanas recomendadas para diferir aplicaciones”, señaló Vizzotti el viernes al adelantar la llegada de los vuelos de hoy y el lunes con las vacunas de AstraZeneca.

Infobae analizó la cantidad de dosis de Covishield y AstraZeneca aplicadas en el país hasta ahora y detectó que el número supera a las vacunas arribadas, según la propia información oficial. Ante la consulta de este medio sobre esta diferencia, desde el Ministerio de Salud de la Nación respondieron que “en algunos casos en los que coexisten dosis de Covax y AstraZeneca, al ser intercambiables, se producen errores en la registración de una u otra, ya que en muchos casos del país la carga se hace de manera manual”.

Agregaron que como estas vacunas son multidosis, está “el tema del excedente o remanente de seguridad’ es decir, “un plus por sobre las cinco dosis que incluye cada frasco”, por el cual, cuando se alcanzan las cinco dosis, ese “remanente” se aplica como una sexta.

El stock de la Sinopharm

 

En cuanto a la vacuna Sinopharm, producida por el laboratorio del Instituto de Productos Biológicos de Beijing, llegaron 4.000.000 dosis de esta vacuna china. Un total de 1.900.774 personas recibieron la primera aplicación y 1.355.011 la segunda. Eso implica que hay 545.763 que esperan completar su esquema vacunatorio con esta vacuna china. El stock disponible hasta ayer era de 744.215 dosis.

Pese a que en el Manual Vacunador Sinopharm publicado por el Ministerio de Salud en febrero se recomienda la aplicación de la segunda dosis entre 21 y 28 días, el 22 de abril último, esa cartera comunicó que la totalidad de los últimos dos millones de dosis arribadas estarían “destinadas para completar los esquemas de vacunación ya iniciados”, por recomendación de la Comisión Nacional de Inmunizaciones.

La explicación oficial fue que, con esos dos cargamentos que ingresaron al país a fines de abril -con los que se completaron 4 millones de dosis-, “se dan por cumplidos los contratos celebrados y vigentes a la fecha con el laboratorio productor, además que la gestión de nuevos contratos y cronogramas de entrega posibles no tienen fecha definida”.

La Sinopharm fue desarrollada con una tecnología diferente a la de las otras dos vacunas disponibles en el país, ya que se trata una vacuna monovalente compuesta por antígenos del virus SARS-CoV-2 inactivado. Según los resultados preliminares del ensayo clínico de Fase III, después de 14 días de vacunación con un esquema de dos dosis, la eficacia contra la COVID-19 fue del 79,34 por ciento.

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