El periodista Claudio Jacquelin, uno de los jefes de Redacción del diario La Nación, analizó cómo la denuncia de Fabiola Yáñez a Alberto Fernández impactó en el peronismo.
“No les cuesta qué decir sobre Alberto Fernández, sino que les cuesta mucho hacerse cargo. Este me parece que es el punto central. Se advirtió con mucha claridad en la comunicación de Cristina (Fernández) que, además, permitió marcar la línea. Dijo ‘bueno, por acá vamos y esto es de lo que se habla y desde dónde se habla’, y por otro lado obtura cualquier otra posición respecto de lo que se está hablando. En ese punto, muy claramente ella no se hace cargo de que hizo presidente a Alberto Fernández. Alberto Fernández era una persona que antes de ser designado candidato por Cristina, medía 2 puntos con mucha suerte. Por lo tanto, si no hubiera sido por Cristina, Alberto Fernández jamás hubiera sido presidente de la Argentina. Y Cristina tampoco se hace cargo de su Gobierno, desde el lugar que ella plantea una crítica, habla de un presidente fallido, lo pone en el mismo plano con Mauricio Macri y Fernando De la Rúa, pero no se hace cargo de nada. Por lo tanto, lo que hace es ensalzar su figura y la de Néstor, victimizarse, habla de que ella ha sido víctima de violencia, más allá del atentado por el que va a declarar esta semana y es un evento que hay que estar muy atentos. De alguna manera va a referir a todo esto y, por otro lado, dice que fue víctima de violencia, no especifica de qué violencia, más allá del atentado. De alguna manera también dice que Alberto Fernández ejercía violencia sobre ella, lo cual también habla de una manera de concebir el poder: que para ella violencia es no acatar sus órdenes”, evaluó el periodista.
En declaraciones al programa A Quien Corresponda (Radio Plaza), Jaquelin agregó que en este contexto, “todo el peronismo tiene una situación muy compleja porque no ha podido desembarazarse de la hegemonía kirchnerista, no ha conseguido articular algo nuevo y lo que hace es refugiarse en los territorios donde todavía conserva el poder, con el agravante de que el mayor poder es el que tiene la provincia de Buenos Aires por su volumen y por su impacto en el plano nacional. Ahí está dominada por el kirchnerismo en manos de Axel Kicillof, más allá de las tensiones que pueda tener con Máximo Kirchner o con la propia Cristina”.
El fracaso del macrismo, el poder residual del kirchnerismo y la caída sin fondo del peronismo
El periodista volvió a la investigación por la denuncia contra Alberto Fernández y dijo que pudo prever la situación, por lo cual debió borrar datos de su celular. “Yo imagino que en medio de este quilombo Alberto Fernández agarraba el delete porque sabía que se le iba a venir eso. Por lo pronto ya él nos anunció que se le borraron los chats del 2021 con Fabiola. Debemos presuponer que hay muchos otros chats de esa época que se han borrado. Ahora el problema y el temor que tienen en el periodismo es: primero que esto es una caída sin fondo y no saben dónde está el fondo, un fondo que empezó hace mucho tiempo con el gobierno Alberto Fernández que es la consecuencia de una sobrevida que le dio al kirchnerismo el fracaso del macrismo. Porque si no, el ciclo del kirchnerismo había entrado en su ocaso ya en 2014, cuando se produjo la devaluación y empezó el derrotero final. Ese poder residual que conserva el kirchnerismo, bastante potente todavía pero ya residual y en remisión, tiene una sobrevida porque Mauricio Macri fracasó”.
“En esa sobrevida llega el gobierno Alberto Fernández que fracasa en casi todos los aspectos, que sobrevive en buen tiempo con popularidad por la pandemia y el terror que causaba la pandemia desconocida en los argentinos. Empezó una debacle que terminó con un 211 por ciento de inflación y con la búsqueda de la mayoría de los argentinos de la solución más extrema, el que menos tuviera que ver con la política, el que aparecía como el hombre que no tenía ningún compromiso y que podía romper con todo lo anterior. Porque los argentinos o por lo menos una mayoría, más del 50 por ciento, estaba harto de lo que había, de todo lo que le ofrecía la política. Ahí el peronismo entra en esa espiral descendente, que no encuentra fondo. Y el problema es que no es solo el teléfono de Alberto Fernández con lo que significa el teléfono de un presidente, sino es el teléfono de su secretaria. Entonces hay una especie de estado de pánico que atraviesa todo el peronismo, que no encuentra dónde pararse”, consideró.
Jacquelin profundizó la metáfora y así lo describió: “Un cuerpo parado cae sobre arenas movedizas. Por lo tanto es una sensación de vulnerabilidad y de riesgo. Además a esto hay que sumarle una estructura que se mantuvo más o menos unida por el poder que tenía Cristina Kirchner, ese látigo potente que ejercía de manera simbólica y efectiva, y que hoy empieza a agrietarse o está ya muy agrietado. Pero no encuentra una referencia. Entonces el peronismo ha dejado de ser un partido nacional. Se parece mucho al radicalismo del 2001 que no tiene una identidad nacional. Porque si uno mira lo que el kirchnerismo construye como identidad y lo que puede llegar a ser el peronismo de Osvaldo Jaldo en Tucumán, bastante cercano al gobierno, o el de Raúl Jalil en Catamarca que ya casi se alió al gobierno nacional hasta entregarle la imagen de la Virgen del Valle de Catamarca que tiene un manto bordado, en la que se ve al Papa con Javier Milei, difícilmente uno pueda encontrar alguna asimetría”.
“Además convengamos la sucesión de escándalos que tienen que ver con la corrupción, con los abusos sexuales y con los manejos espurios de la política. Todo eso habla de una situación de decadencia extrema y de deterioro, de degradación, que lo pone en una situación de no saber muy bien dónde pararse. Lleno de tribus que buscan algún cacique, saber dónde está”, agregó.
El periodista recordó que poco antes del escándalo, “se estaba parando la renovación o la cabeza de la oposición. Esto también a él o a los otros referentes los termina hundiendo, este escándalo. Admiten en el entorno más cercano de Axel Kicillof que esto es un golpe muy duro porque Kicillof empezaba a constituirse en una referencia para algunos sectores del peronismo, sobre todo referenciados en un eje que era Tierra del Fuego, La Rioja, y él en la provincia de Buenos Aires, Sergio Ziliotto en La Pampa. Ese eje de cuatro gobernadores que eran un poco la resistencia del peronismo más duro al frente del gobierno, tuvo una situación incómoda este fin de semana. Porque Kicillof pensaba de alguna manera exteriorizar esa imagen cuando Quintela presentaba su ‘progresista’ nueva Constitución y termina con algo que está muy fuera de época. Encima, en la primera fila con alguien procesado por abuso sexual como el intendente de La Matanza, Fernando Espinosa. Es decir, le complica mucho todo esto y además aparece Cristina volviendo al centro de la escena, marcando la línea a seguir, en la cual es difícil empatizar y volver a vincularse con la sociedad”.
Justamente sobre la sociedad consideró que pide que se hagan “cargo de esto”. “Algunos dicen Cristina debió haber pedido perdón, Cristina diciendo yo con esto no tengo nada que ver, y no sólo no tengo nada que ver y fue un mal presidente, sino que esto es muy grave y yo soy una víctima en eso. Es muy difícil estructurar algún tipo de nueva alianza, nuevo pueblo que vincule ese peronismo con una sociedad gastada por 12 años de crisis, gastada por los escándalos, gastada por su deterioro en su situación socioeconómica que lo hace muy complejo. Este es el dilema que se están planteando”.
¿Quién queda en pie?
Para Jacquelin “los que quedan en pie, con algún poder, son por un lado el cordobesismo que es un cuerpo extraño dentro del peronismo nacional, por otro lado alguien con mucho poder territorial pero de una provincia chica y un poco marginal, pero con mucha referenciación nacional, como es Gerardo Zamora en Santiago del Estero. Y entonces empiezan a mirar que son proyectos tan antagónicos, que lo único que hacen es mostrar la confusión por la que atraviesa el peronismo hoy”.
“Regalo de las fuerzas del cielo”
“Yo creo que se sobregira porque no era un momento sencillo el que estaba atravesando el gobierno, donde habían aparecido la demanda por el impacto que estaba teniendo el ajuste la recesión, la sociedad a ponerse en el tope de la agenda de demandas y ya cuando aflojaba la inflación lo que emergía era esa demanda por el empleo, por el poder de compra, por la seguridad que daba el deterioro de esa situación. El crecimiento de la inseguridad en muchos lugares del país y al mismo tiempo, el escándalo de una gravedad inusitada, de la visita a los represores. No sólo la visita a los represores, sino esa foto de familia casi jactándose de ese encuentro como si fuera una cumbre de presidentes y era una cumbre de impresentables, en la que estaba un diputado nacional de Entre Ríos, el organizador exactamente, como una cosa bochornosa. Entonces, esto le vino casi como un regalo de las fuerzas del cielo”, repasó.
Y precisó: “Ahí es donde se sobregiran, porque creen ver las señales de las fuerzas del cielo y que tienen permiso para cualquier cosa. En esta tolerancia social que hay al nuevo gobierno, pero claro también eso es una advertencia, porque la paciencia social no es infinita. Porque la tolerancia no social no es a todo. Y porque esto empieza también a plantearnos qué cosas de lo que ha sido el pacto de convivencia que la Argentina, de manera tácita y algunos casos explícitos, ha establecido a partir de 1983 están puestas en duda. Me refiero a la represión ilegal y el terrorismo de Estado, me refiero con esto a los vínculos sociales y una concepción de qué cuál es el lugar de la mujer, cuál es el lugar que tiene que tener el rechazo a la violencia de género y la aceptación de las diferencias. En esto Milei empieza también a tensar ese pacto social, ese pacto de convivencia de los argentinos, donde hay cosas a las que se le ha dicho ‘nunca más’ y ese nunca más no es sólo el nunca más a la represión ilegal del terrorismo de Estado, de los años 70 y 80. Ese nunca más trasciende a los vínculos interpersonales, ese nunca más es también el ‘ni una menos’. Y ese tipo de relaciones, no están hoy en la gran mayoría de los argentinos decididas a ser puestas en duda por este programa retrógrado que parece llevarnos a los prolegómenos del 76 con estas declaraciones. La verdad que yo creo que se equivoca, que hay un problema de interpretación de esa tolerancia social, y que el rechazo a todo lo que había, el espanto que produce ese pasado oprobioso el de los últimos 12 años, no se termina en el rechazo a los últimos 12 años. Entonces la Argentina viene con un proceso de movilidad descendente, sostenido desde hace 40 años. Y la Argentina quiere salir de eso, en todos los planos. Yo creo que ahí Milei equivoca ese camino, en este hostigamiento a la libertad de prensa, a la libertad de expresión, que también son principios y conquistas que la Argentina ha consolidado a lo largo de estos últimos 40 años y que dudo que esté dispuesto a relegarla. Es cierto que ese núcleo duro que él tiene ahora quiere consolidar y cristalizar. Cuidado porque la Argentina tiene un sistema electoral y no se alcanza la Presidencia sólo con un núcleo duro”, advirtió por último.
Roberto Schunk propuso la creación de un fondo especial destinado a cubrir el déficit de la Caja de Jubilaciones financiado a partir de una modificación del Impuesto Inmobiliario Rural donde paguen 2.860 propietarios (de 52.164) que detentan casi el 50% de las tierras, algunos de ellos ni siquiera radicados en la provincia y otros extranjeros.