Cargnel: “Hay sólo un 37% facturado al Gobierno, incluyendo a Montañana y Bustamante”

De ANÁLISIS

“Cuando dicen que las empresas se crearon para facturarle al Estado. Según los datos que surgen de libro IVA Ventas, hay un 37 por ciento facturado al Gobierno, incluyendo a Montañana y Bustamante. ¿Y con el otro 63% qué hacemos? Eso es lo que se facturó, no lo que se cobró”, declaró la contadora Corina Cargnel, imputada en la “causa de las imprentas”.

Contó cuál fue su recorrido laboral, cómo conoció a Emiliano Giacopuzzi, Maximiliano Sena, Juan Pablo Aguilera, Luciana y Alejandro Almada. Descartó que las empresas Next y Tep se hayan creado para facturarle al Estado. Negó que haya habido “retornos”. Dijo que después de la imputación en este legajo, se fue de las empresas que llevan de nombre comercial Formato Urbano y Alfa Librerías.

Su testimonio fue duro. Relató situaciones personales sufridas a partir de la investigación. Dijo que su abuela de 80 años escuchó por radio que pedían 8 años de cárcel para ella. Declaró más de 2 horas y media y, al cabo de un cuarto intermedio, retomó su relato sobre la imputación en la causa parador de Mar del Plata. “Soy inocente y lo voy a demostrar más allá que mi abogado me dice que no tengo que demostrar nada. Necesito que sepan quién soy y qué he hecho todo este tiempo”, comenzó su testimonio.

Recordó que en 2017 recibió un llamado de Fiscalía informándola de la imputación. “Más allá de los malos momentos y sentirme avasallada, todo esto empezó el 1 de agosto de 2016. Estábamos tomando caña con ruda, ese ritual con Emiliano -Giacopuzzi- cuando llamó la chica de recepción y dijo está la Policía Federal. Todos los sentimientos de recibir a la Policía en el trabajo, haber sido tratados como un grupo de delincuentes, que te secuestren el celular, que muestren todas las fotos en todos los diarios. No estoy acostumbrada a esto señores. No ha sido fácil que me traten de corrupta, nací y me crié en seguí. Trabajé con mi papá desde los 10 años, la gente me conoce. Sé que es tener una empresa y trabajar en ella, que los dueños no cobran todos los meses a fin de mes un sueldo asegurado. Confío, más allá que muchas veces se pone en duda la justicia, confío en la justicia y que inocentes no vamos a pagar por una lucha de poderes, a ver quién es más fuerte y poderoso. La política no me interesa”, planteó.

Contó que a los 18 años vino a estudiar en Paraná y vivió en la casa de un familiar. En quinto año de la facultad comenzó una pasantía en el estudio de Silvina Ferreyra, pero que descubrió tiempo después que su verdadera vocación es la docencia. Fue adscripta en una materia y trabajando en el estudio Ferreyra conoció a Maximiliano Sena y Emiliano Giacopuzzi, a fines de 2009.

En 2010 fue a trabajar con ellos. Después accedió a un cargo ordinario de auxiliar de primera en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader). Se enteró ese año que “la sociedad era sólo la librería”, es decir Alfa Librería. “Nuestras relaciones trascendieron la escena del ámbito laboral. En 2011 empecé a trabajar con las empresas. Con Tep y con Next ya venía haciéndolo en el ámbito de las librerías. Más allá que seguía en el estudio Ferreyra. Sabía en qué trabajaban y tenían un despelote en los papeles”. “Me enfrenté a lo que vi desde chica, correr con el banco, los sueldos. Yo tengo 37 años, los chicos 40. Todos crecimos juntos. A mediados de 2011 surgió la posibilidad, una de mis tareas es actualizar legajos bancarios de los clientes. Tareas que no son agradables. Fue un gran desafío para todos porque me lo pidió Emiliano. En ese momento, Emiliano accedió a un crédito para comprar el galpón de calle Racedo y lo sentí como propio”, relató.

“Todos recibimos ataques, opiniones, conclusiones sin que nos conozcan. Desde adentro de la causa y los medios”, dijo. Cuestionó que le hayan secuestrado un celular “con 20 mil fotos y saber que anduvieron circulando por todos lados, uno se siente muy vulnerado que por ser un imputado deja de ser un ser humano con derechos”. “He salido de audiencias, y me acosaron sacándome fotos para un diario. El desgaste, estrés que llevo desde 2017 en que se me llamó para imputarme. No sólo sufro yo sino la familia y los amigos. Le contaba a Miguel Cullen que cuando se elevó a juicio no sé si esta causa o la del parador, mi abuela escuchó por LT14 que pidieron 8 años de cárcel para mí. Se descompuso, la ayudé y dije que no se preocupe, uno no entiende las reglas de la justicia y qué se juega acá. Uno escucha 8 años de prisión y se imaginan que ya estás en la cárcel”.

Manifestó en reiteradas ocasiones que ella fue la contadora interna de las empresas y, como tal, mandaba correos, pedía facturas, gestionaba los pagos. Es decir, llevaba adelante las gestiones necesarias y preparaba el suministro de información que necesita un contador externo para el balance y la auditoría.

Cargnel funcionaba como empleada de las dos empresas pero no tenía un sueldo registrado sino que facturaba, según declaró. “Acá hablamos de lo opuesto a evadir impuestos, es lo contrario. A todo ese control lo hacía yo. Hasta 2014 era contadora interna pero me ayudaban dos o tres más en la administración y el soporte externo. Me quedé embarazada y tomé una especie de licencia por maternidad. Ahí es donde conocimos a Natalia Gallo que trabajaba en un estudio contable. Si bien la idea era desaparecer por tres meses, sabía que no podía. A mediados de junio volví a trabajar con Natalia. Ella había tenido una entrevista con Emiliano, yo también me entrevisté con ella. Daba el perfil porque ella era de San Salvador, todos del interior. Hasta el día del allanamiento estábamos todos trabajando”, dijo.

Aseguró que el proceso judicial le hizo replantearse cosas aunque sabía que todo lo hecho era “lícito”. “Cuando uno veía los artículos periodísticos, a la empresa la planteaban como un monstruo”, subrayó. “Después, con la imputación me cayó el baldazo y en 2017 me fui a otra empresa. En 2019 pasé a un estudio contable. Hoy continúo trabajando en el ámbito privado como contadora profesional independiente, y en ámbito público como docente. No es mucho más que eso, porque esa es la verdad y todos los que me conocen saben que es así”, asentó.

Relaciones

Se declaró amiga de Sena, Giacopuzzi, los hermanos Almada y Aguilera. “Esa amistad que formamos, recuerdo a Maxi con altibajos. Él se encargaba de los trámites bancarios y a veces no cumplía, no entendía sus cuestiones y un día nos enojamos. Con Luchi y Ale estaba en la librería. Los recursos humanos siempre fueron el fuerte de Luchi, porque ella tiene un trato especial. No fue todo color de rosas este tiempo. Cuando uno escucha la acusación y que las empresas se crearon para absorber la totalidad de la publicidad es una línea de visión que no tiene que ver con todo lo que pasó. Me ponen a mí como una de las personas indispensables para estafar al Estado y eso duele por todo lo que trabajamos”, señaló.

“Si hubiese sido que tenía todos los contactos que supuestamente tengo, me hubiese pedido un cargo en planta permanente por ahí. No sé para qué sigo laburando de manera independiente”, se quejó.

Al exgobernador Sergio Urribarri “lo vi dos o tres veces en mi vida”. “Si no fuera por el nombre de esta causa, él ni sabría quién soy yo. Una vez fue en el marco de un almuerzo en General Campos; y otra cuando asumió porque fuimos todos a Casa de Gobierno; y en algún cumpleaños de una hija de Luciana”, recordó.

Agregó que “a -Gustavo- Tamay lo conocí en el estudio de Miguel Cullen. A Pedro Báez lo conocí acá, sabía quién es porque es una persona pública y porque lo puteamos más de una vez por los problemas con la publicidad. Le doy vueltas en mi cabeza a la acusación y no tiene sentido. A Juan Pablo lo conozco y creo que todos lo que lo conocen saben que es querible. No soy contadora de Juan Pablo, ni mano derecha ni nada de lo que se me acusó. Empecé a trabajar en la librería, Luchi trabajaba en la librería y no sabía la relación que había. No sabía que tenía una hermana. No investigo la vida de cada uno. Cuando llevaba un tiempo de trabajo en las empresas, Juan me preguntó, me contó la historia de su tío Abel, el tío Negro que lo quiere como un hijo, me pidió que me fije en su situación. Un día viajé a General Campos y lo conocí al tío negro. Desde ahí sigo llevándole los papeles, es un cliente mío. Juan Pablo me ha pedido alguna que otra tarea. Pero para ser su contadora debería saber su clave fiscal, nunca entré en su página de AFIP. No soy secretaria ni mano derecha de nadie”, contestó.

“Yo no tiré nada”

“Todo lo que se me ensució con el disco rígido. Yo no tiré nada. Bajé a recibir a quien estaba en la mesa de entradas, porque la chica de recepción me dijo que estaba la Policía Federal. Siempre estuve ahí, con ellos. Es imposible que hubiera tirado el disco externo”, dijo.

En 2017 cuando apareció el fundamento de la acusación, me pregunté qué hice que no me di cuenta. Si bien tenía pensado dejar de trabajar, me puse a analizar, a comparar los números. Cómo es posible que se plantee que dos empresas pueden llevar una única contabilidad, es absurdo. Si piden 8 años para mí, que lo hagan con un sentido que sustente. No entiendo la ilicitud, que completé el sistema de sustracción de fondos para beneficio de todos los imputados. No sobraba plata. Supuestamente el dinero tenía que llegar hasta Urribarri y los números no daban”, aseguró.

Agregó que Next nunca facturó vía pública. “Eso no tiene sentido. En Tep el Estado mandaba orden de publicidad diciendo te voy a contratar seis meses, pero pagaba un año después de realizado el trabajo. Eso no es un beneficio. Le pusimos tantas garras y trabajo. Los números lo dicen todo. Además, la participación de órdenes de publicidad era ínfima”, señaló.

Reconoció contacto con Florencia Della Ghelfa, empleada del exministerio de Cultura y Comunicación y actual Secretaría de Comunicación de la provincia. “Si teníamos comunicación era con Florencia, pero no movía la cuestión para que un expediente sea cobrado más o menos rápido. Esa comunicación con ella no tiene nada de ilícito. No cierran los números por ningún lado. Si nos hubieran beneficiado, los plazos hubieran sido menores, y hubiéramos facturado el 100 por ciento”.

Continuidad

Según se manifestó en la jornada de este jueves, la audiencia se retomará sólo el martes de la próxima semana, cuando se producirán los testimonios del fiscal de Estado Julio Rodríguez Signes, y de un perito de parte, especializado en cibercrimen.

Las declaraciones de imputados que habían anunciado para el lunes -Luciana y Alejandro Almada y Maximiliano Sena- se producirán, según lo prometido por el defensor Cullen, el 1 de febrero. Nada se adelantó sobre las declaraciones indagatorias del embajador en Chipre e Israel, Sergio Urribarri; y su cuñado Juan Pablo Aguilera.

En tanto, para el 8 de febrero se prevé el inicio de los alegatos.

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