En el comienzo de esta semana, y luego del fin de semana largo, se vieron góndolas de leche vacías en ciudades como Rosario, Concepción, Quilmes, Mar del Plata y Capital Federal.
Se complica el conflicto gremial en la industria láctea, que está afectando seriamente a toda la cuenca lechera de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. En medio de la conciliación obligatoria dictada esta semana por el Ministerio de Trabajo de la Nación, y por el término de 15 días, hoy no se realizó la reunión pactada en la cartera laboral entre los representantes de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea (Atilra), el gremio conducido por el polémico Héctor “Etín” Ponce, y las cámaras del sector, el Centro de la Industria Lechera (Cil) y la Asociación de Pymes Lácteas (Apymel).
En el comienzo de esta semana, y luego del fin de semana largo, se vieron góndolas de leche vacías en ciudades como Rosario, Concepción, Quilmes, Mar del Plata y Capital Federal.
En la industria observan que la protesta la llevan adelante de manera independiente las seccionales, donde cada una decide al margen de la conducción nacional del gremio. Fuentes de las empresas también explicaron que la no realización de la reunión fue porque el gremio quería incorporar a SanCor a la mesa de diálogo, pero el gobierno desestimó ese pedido porque en tal caso debería sumar a todas las empresas del sector. Habría una reunión el miércoles próximo.
Además, fuentes sectoriales marcaron: “Es tan claro que el conflicto no es salarial no solo por lo que cobra cada trabajador del sector sino porque el gremio está pidiendo una contribución solidaria como aporte directo para la obra social además del porcentaje salarial que se paga con destino a la obra social”.
A partir de esta situación algunas delegaciones del gremio ya anunciaron la realización a partir de hoy de asambleas por turnos en todas las plantas y centros de distribución, lo que podría afectar el abastecimiento de productos lácteos en el sur de la provincia de Buenos Aires, Córdoba y Rosario. Eso no sucedería en Capital Federal y Gran Buenos Aires. Hay que recordar que en medio de este conflicto, que comenzó días atrás, ya provocó entre el viernes pasado y el martes último, un desabastecimiento en leche fluida llegó al 80%.
En la industria láctea consideraron que el gremio Atilra “está incumpliendo lo dictado por el Ministerio de Trabajo a través de la conciliación obligatoria y provoca un daño mediante los quites de colaboración, asambleas, trabajo a destajo, a la normal producción en las plantas de elaboración y de distribución del país, pudiendo repercutir en las próximas horas en nuevos desabastecimientos de productos esenciales, en medio de una pandemia”.
Desde el gremio Atilra explican, en tanto, que exigen un 45% de aumento salarial y aseguraron que la reunión de hoy se levantó “sin motivos”, lo que provocó que algunas delegaciones gremiales, como la de Córdoba, anunciaran la realización de asambleas por turnos en todas las plantas y centros de distribución.
Como se mencionó, Atilra está comandado por Héctor “Etín” Ponce, un sindicalista que llegó al gremio en 2002 y quien es, para muchos, el responsable del desabastecimiento de lácteos. Fue albañil, mozo, relator de boxeo, periodista y en su carrera hay episodios de violencia, sospechas e investigaciones judiciales.
El conflicto
En la industria láctea señalan que, “la representación empresaria materializó, con el mayor esfuerzo y responsabilidad, una propuesta que implica una recomposición salarial del 61% entre abril 2019 y marzo 2020, con más el pago de $5.000 de la asignación por Decreto 665/19″. La propuesta, según las empresas, cumple claramente el compromiso asumido en el Acuerdo Salarial firmado el 1 agosto”.
La industria láctea advirtió, la semana pasada, sobre su difícil situación en medio de la crisis económica desatada por la pandemia de coronavirus y alertó sobre el complicado presente de muchas de las empresas del sector que están “al borde del colapso por el quebranto de sus balances”, como consecuencia de un combo que conjuga un crecimiento de costos productivos constantes, caída en las ventas, congelamiento de precios y el pedido de aumento salarial por parte de los sindicatos, entre los principales problemas.
Así lo afirmó el Centro de la Industria Lechera (CIL) a través de un comunicado en el cual rechazan las medidas de fuerza tomadas por la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (ATILRA) este jueves y en el cual remarcan su imposibilidad para hacer frente a nuevos incrementos salariales, poniendo de manifiesto “la crítica situación” de la actividad, la cual fue catalogada como una de las “más severas que ha vivido el sector en su historia”.