
“Llamando al 0343-156---808, se concretan los encuentros sexuales y se dan horarios especiales para que lleguen al lugar los consumidores”, explicó una mujer, que se quejó de que en la zona se activó la venta de sexo en la calle con la llegada de mujeres y hombres que “las cuidan” desde vehículos. Los vecinos indicaron que entre la tarde y noche, ingresan a la whiskería clausurada “siempre jóvenes que llegan desde la zona de la Terminal. Entran y a los pocos minutos llegan hombres que están un tiempo y luego se retiran”.
“También tenemos certeza de que a la noche llegan dos mujeres más a fin de reforzar la atención de la clientela, que aumenta”, referenció la quejosa vecina que solicitó no dar a conocer su nombre.
El hombre hizo la prueba de llamar por teléfono en presencia de periodistas. Con el altavoz activado, se escuchó claramente cómo una mujer ofreció el servicio sexual por un tiempo máximo de una hora. El costo de la relación sexual era de 300 pesos, tanto dentro de Robert’s, como fuera, para lo cual se tenía que hacer cargo el cliente del traslado en remís. La mujer con tono tranquilo, dio la tarifa, como también del tipo de servicio que ofrece.
Otro vecino se quejó de que en la zona hay niños que van a la escuela, o bien juegan, pero se tienen que cruzar de tarde o de noche con las mujeres que van y vienen, y como si esto fuera poco “con los fiolos que las controlan, explotan y protegen”.
Admitieron que las mujeres de Santa Fe que llegan a vender sexo tanto en el interior del prostíbulo clausurado como en la vía pública son mayores de edad.
“Nosotros vemos que no son ni adolescentes ni menores, por el contrario hay algunas mujeres que se les nota el paso de los años”, referenció la señora, que hizo saber: “Por lo que nos dijeron algunas personas de confianza del lugar, la mayor oferta sexual aparece en Internet a través de alternativas para la atención de hombres”.
“Nos enteramos por algunas autoridades policiales que hablaron con nosotros hace un tiempo, que la prostitución no se encuentra penada, lo que sí se restringió es el funcionamiento de los prostíbulos para neutralizar la posibilidad concreta de la trata de personas”, enfatizó el vecino, que tenía el respaldo de distintos sectores comunitarios de la zona este de Paraná.
Ante esto, los vecinos pidieron la directa intervención y allanamiento de parte de la Policía y la Justicia, como también de la Municipalidad de Paraná, que fueron en su momento los que dispusieron la clausura.
“Reclamamos que los controles no sean externos, porque la Policía viene y observa que desde afuera no pasa nada, el problema es que adentro hay movimiento y actividad, para lo cual sería conveniente especificar qué rol juega el sereno que está supuestamente para cuidar lo que hay dentro de la casa, cuando en verdad es el que controla el funcionamiento clandestino”, añadió por último uno de los integrantes del grupo de vecinos.
Control permanente
Desde la Dirección de Trata de Personas se informó anoche que hubiera sido importante que los vecinos realizaran la denuncia o exposición en la Policía, pero más allá de eso se adelantó que se iba a realizar en el lugar un operativo de mayor envergadura para verificar la información acercada por los autoconvocados.
Se hizo saber que en los controles anteriores se verificó la existencia de un sereno, pero no se localizó ninguna mujer ni en el interior ni en el exterior.
Desde la Policía se realizaron procedimientos en otros prostíbulos clausurados de la provincia, donde sí se constató la existencia de mujeres y hasta menores ofreciendo sexo. En la madrugada de hoy se esperaban novedades, publicó Diario Uno.