
Este domingo 17 de agosto, a las 19:00, el espacio Gato Negro Cultural volverá a convertir su sala de Tucumán 355 en un refugio para cinéfilos con la proyección de Aparajito (El invencible), la segunda parte de la célebre Trilogía de Apu dirigida por Satyajit Ray. La función integra el ciclo de agosto, concebido para los domingos por la tarde bajo el eje "Culturas y espiritualidades", una curaduría que propone visitar otros mundos y tradiciones a través del cine de autor. Estrenada en 1956, con música de Ravi Shankar y fotografía de Subrata Mitra, la película condensa lo que el ciclo busca poner en primer plano: un realismo poético que observa la tensión entre tradición y libertad en la formación de un joven. Ray sigue a Apu desde los ghats de Benarés hasta el torbellino urbano de Calcuta. En ese trayecto el cineasta construye el paisaje un personaje más. Es una obra de crecimiento, duelo y emancipación que se mira con la razón, pero se queda en el cuerpo.
Quienes asistan este domingo encontrarán una historia contada desde lo doméstico y lo cotidiano, con la madre, Sarbajaya, sosteniendo la economía familiar tras la muerte del padre sacerdote; el hijo, Apu, que alterna la escuela con trabajos de imprenta para hacerse un lugar en la ciudad; y un vaivén de cartas, noticias demoradas y viajes que exponen la distancia que impone la necesidad. La película avanza sobre ese conflicto sin grandilocuencia, con la naturalidad de los días que pasan y las decisiones que se toman a contramano del deseo. La cámara de Ray se mantiene cerca de los cuerpos, escucha los murmullos de la calle, acompaña los gestos y deja que cada rito, cada celebración o cada pérdida irradie sentido.
El Gato Negro, fiel a su espíritu de café cultural, acompaña la proyección con la hospitalidad que lo caracteriza. Antes y después de la función, la barra estará abierta para conversar la película, intercambiar impresiones o simplemente prolongar el clima que deja el film. El equipo programador subraya que la serie dominical de agosto nació con la idea de ofrecer un respiro frente a una modernidad cada vez más acelerada y plana, y de invitar a la comunidad a reencontrarse con el cine como experiencia colectiva.
Para asistir no hace falta más que llegar unos minutos antes y adquirir la entrada en puerta por $1.000 (mil pesos).