Vidas y obras

Jorge Luis Borges en Entre Ríos: dos charlas y una tumba

Edición
1163

A inicios de los ´50 y a fines de los ´60 del siglo pasado, el escritor argentino por antonomasia visitó Paraná en dos oportunidades para dar conferencias sobre literatura. En los ´80visitó Gualeguay para homenajear a Carlos Mastronardi, su amigo fallecido años antes. Su viuda repitió visitas en los ´90.

 

Por Ferny Kosiak

 

A unos metros del pasillo principal del Cementerio Municipal de Paraná está la tumba extraña de Edgard Young Haslam. Una de sus hijas, Frances “Fanny” Haslam, casada con el coronel Francisco Borgesdio a luz en la capital entrerriana, en 1874, a Jorge Guillermo. Pocos años más tarde, el coronel murió en Concepción del Uruguay y Fanny regresó a Buenos Aires, a instalarse en el barrio de Palermo. Jorge Luis Borges nació en la casa de su otra abuela -la materna- ubicada en Tucumán y Suipacha, a dos cuadras del Teatro Colón, pero recorriólos arrabales (las orillas como escribió Beatriz Sarlo) de Buenos Aires para convertirlos en literatura. Caminó las tardes y las noches porteñas en sus años de juventud, compartiendo con amigos de la bohemia.

 

Cuando Jorge Luis visitó Paraná por segunda vez, en 1969, mencionó el nacimiento de su padre y a su abuelo, que había sido enviado “con el encargo impartido por Sarmiento de defender la ciudad de las montoneras jordanistas”. Así de sutiles eran los entramadosdel gran escritor del siglo XX, capaces de situarlo en el centro de una red que unía la ciudad que estaba visitando, su familia y el prócer padre del aula. En una estrategia repetida a lo largo de los años, Borges se construyó como autor y como persona desde una vinculación donde sus antepasados eran parte viva de la historia argentina.

 

Pero no nos adelantemos. Retrocedamos unos años.

 

Primera visita a Paraná

El 23 de julio de 1952, a sus 52 años, Borges llegó Paraná por primera vez. Desde tres días antes El Diariode Paraná había comenzado a publicitar su disertación titulada “El escritor y nuestro tiempo”, en un acto organizado por la Asociación Mariano Moreno y el Centro Cultural Carlos María Onetti, y llevado a cabo en la Biblioteca Popular. Una noticia del 24 de julio resume:Concretó el autor el tema de su conferencia a la posición del escritor actual en la batalla que se viene librando desde hace treinta añosdel individuo frente al Estado. Tres posiciones se presentan: la de la torre de marfil, la de la literatura dirigida y la de la literatura comprometida. Juzgó a la primera, de indiferencia por las angustias comunes, como imposible en la época actual, por especiales motivos psicológicos, pues la obra de arte es incompleta sin el aliento de esa angustia. Rechazó asimismo la segunda que conduce al falseamiento de los hechos. Algo más posible la tercera, fracasa igualmente por las razones psicológicas explicadas por la obra de Jung. Finalmente ofreció la siguiente solución: el artista debe ser leal a sus sueños, escribir lo entrevisto por ellos y no complicarse en nada que pueda aumentar la opresión del individuo por el Estado. Que el escritor se comprometa, pero no comprometa al arte. El público, que siguió atentamente la lúcida exposición, premió con sostenidos aplausos las últimas palabras del disertante.

¿Por qué Borges habló de la relación del artista con el Estado? Por esos años Jorge Luis tensa su relación con el gobierno de Juan Domingo Perón. Como recuerda el crítico chileno Luis Harss:En 1946, por haber firmado un manifiesto contra Perón, que se consagraba en ese momento, perdió su puesto en la biblioteca; para completar el insulto fue nombrado inspector de aves en los mercados de Buenos Aires. Renunció para emplearse como maestro en un instituto inglés y dando conferencias. Cuatro años más tarde, en 1950 fue elegido presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, puesto peligroso en esos días de crisis política. Había espías en la sala durante sus conferencias y bostezaban los policías entre el público. Todavía no se trata del Borges internacional sino de un escritor de la aristocracia porteña que no comulga con el ideario político del momento. Es de entender, entonces, sus comentarios acerca de la división con el Estado. Estos fueron los años más tensos de Borges con el gobierno, aunque siguiera escribiendo y publicando. Continúa Harss: Fue después de la caída de Perón cuando le llegó el éxito. Recibió títulos honorarios y una cátedra de literatura inglesa y norteamericana en la Universidad de Buenos Aires. Ese mismo año ingresó en la Academia Argentina de Letras y fue nombrado director de la Biblioteca Nacionala pedido de Victoria Ocampo. 

 

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1163, del día 21 de agosto de 2025)

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