Luciana De Luca: “Los libros te pueden cambiar la vida”

Por G. G. d. R.
La escritora Luciana De Luca estuvo en Paraná después de varios años, esta vez para presentar su segunda novela “El amor es un monstruo de Dios”, en la Feria del Libro. La ciudad que la vio crecer y formarse como periodista volvió a recibirla.
De Luca nació en Buenos Aires, creció en Santa Fe y estudió en Paraná, en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER, donde cursó la carrera de Comunicación Social. Su regreso estuvo marcado por la memoria de la infancia, del paisaje litoraleño y de sus primeros pasos profesionales en la revista ANÁLISIS.
Antes de ser periodista y escritora, Luciana fue lectora. Su primer contacto con la literatura fue en la biblioteca de su casa, un lugar que para ella era casi mágico y donde pasaba las siestas.
“En mi casa había una biblioteca que para mí era como un mundo secreto. Me encantaba meterme ahí, abrir libros al azar, leer sin entender del todo. Creo que la fascinación empezó ahí, en esas siestas de la infancia rodeada de palabras”, confió a ANÁLISIS.
Ese amor por los libros hoy lo comparte con sus hijos y su esposo, transformando la lectura en un ritual cotidiano lleno de complicidad.
“Cuando leo con mis hijos, siento que la literatura vuelve a nacer. Hay tardes en las que nos sentamos en la sala o en el patio, y abrimos un libro al azar. Cada uno escoge una historia y comenzamos a leer en voz alta, intercalando comentarios, risas, preguntas… A veces ellos se sorprenden con detalles que yo misma había pasado por alto, y eso me obliga a mirar mis propias historias con nuevos ojos”, indicó De Luca.
Para Luciana, los libros tienen un poder transformador. “Yo creo que los libros te pueden cambiar la vida. No es una exageración. Leer te abre mundos, te permite mirar la realidad con otros ojos, te da otras posibilidades de pensar, de sentir, de imaginar. Y si uno tiene la suerte de empezar a leer de chica, en una biblioteca familiar, esos mundos se incorporan a la memoria y no te abandonan nunca”, consideró.
El litoral
La memoria de la escritora está atravesada por el paisaje, por el litoral, sus ríos y su naturaleza. “El río, los pescadores, el paisaje del litoral, todo eso se me quedó grabado. Creo que esa geografía me atraviesa, aparece en mis libros, aunque no siempre de manera literal”, afirma De Luca.
“Recuerdo los atardeceres en el río, el olor a agua dulce y tierra húmeda después de la lluvia, los pájaros sobrevolando, los insectos en verano. Todo eso forma parte de cómo yo entiendo la historia y cómo la cuento, hay una música en el zumbido de las moscas. La naturaleza es un personaje que enseña, que acompaña y que dialoga con los lectores”, considera la autora.
El periodismo
Su paso por la revista ANÁLISIS marcó el camino y tendió un puente hacia la literatura. “Me dejó un entusiasmo enorme por la escritura. Fue mi primera experiencia de escribir, que eso primero se publique y que le guste a alguien. Y después esa curiosidad, esas ganas de tener una relación con el lector. Haber trabajado en ANÁLISIS fue un hito inmenso en mi vida. Estas novelas surgen de la curiosidad, la inquietud. Nadie está esperando un libro mío nunca, y es un apasionamiento por encontrar una historia, por tropezarse con una historia muchas veces y después empezar a preguntarle a esa historia, a tirar de los hilos de esa historia. Creo que es puramente enamoramiento por el lenguaje y la literatura, y nada más que eso me mueve ese entusiasmo”.
Ese camino entre el periodismo y la literatura se sostiene en la curiosidad, la atención al detalle y la pasión por contar historias.
“Hay un puente, hay un territorio común sobre el que siempre voy a estar escribiendo, y que tiene que ver con este litoral simbólico en el que creo que siempre me quedé. Hay un territorio, un clima, una temperatura; todo eso está y creo que va a estar en todos los libros que escribo”, adelantó De Luca.
De Luca afirmó que los autores que conoció en su niñez y en la adolescencia en la biblioteca familiar influenciaron en su escritura. “Los clásicos de la biblioteca inmensa de las siestas en mi casa familiar, seguro. Pero, además, cuando fui grande pude leer más autores contemporáneos. En mi casa había muchos clásicos, me crié leyendo clásicos. Pero pude acceder a muchos autores contemporáneos. Me gusta mucho Estela Figueroa, hablando también del litoral, Saer (Juan José), Juan L., cantidad de autores. Además, me gusta ver otras miradas sobre esos territorios que yo creo conocer, cómo me descubren cosas, que yo pasé por ahí. Yo estuve en Colastiné, yo miré un atardecer en el río, yo vi pescadores, pero me gusta verlos como lo pudieron ver ellos”.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1163, del día 21 de agosto de 2025)