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“El entusiasmo es lo único que nos guía”, aseguró Juanse en la previa del show de Ratones Paranoicos en Paraná

Juanse, líder de Ratones Paranoicos, junto al manager Fernando Szereszevsky, en conferencia de prensa.

Anoche, en Tierra Bomba, se respiraba rock. La prensa local esperaba la llegada de Juanse, líder de Ratones Paranoicos, para una charla previa al show de esta noche en el Club Echagüe. Hubo que aguardar 45 minutos, pero la espera valió la pena y finalmente, Juan Segundo Gutiérrez apareció junto a su manager, Fernando Szereszevsky, y desde el pequeño escenario comenzó una conversación distendida, con el tono de dos amigos contando historias más que el de una conferencia de prensa.

La casona de Urquiza 1.214 de la capital provincial sumaba a esa atmósfera: luces tenues, una guitarra apoyada en un rincón, y la sensación de estar en un living improvisado. Juanse estaba de muy buen humor, ocurrente, riéndose de sí mismo y haciendo lo posible por no quebrarse cuando aparecían los recuerdos de amigos que ya no están, como Carpo y Luis Alberto Spinetta. Cuando la memoria le jugaba una broma —lo cual sucedió más de una vez— Fernando entraba al rescate, como quien ya conoce los desvíos del compañero de ruta después de tantos años de trabajo juntos.

Desde esa calma adquirida en 42 años de escenarios, Juanse dejó algo claro: para él, el rock no es solo un género. Es una manera de estar en el mundo. “En el escenario pasan cosas que no pasan en otro lado”, dijo, como quien comparte una verdad que solo comprenden los que viven del vivo.

Esta noche, la banda que vino a Paraná en sus primeros años, promete un recorrido por canciones que ya forman parte del ADN del rock argentino en esta Última Ceremonia Litoral y la celebración de los 10 años de Tierra Bomba.

A continuación, parte de aquella charla con el líder de Ratones Paranoicos y el manager Fernando Szereszevsky.

Juanse charlo con la prensa, en la previa del show en Paraná. 

—Cuarenta y dos años en el rock, ¿hay un secreto?

—No conozco ninguno (ríe). Si hay un secreto, yo no lo tengo. Algunos dirán constancia, profesionalismo, talento… pero es relativo. Yo no conozco un solo artista que le guste a todo el mundo. Una vez escuché a un tipo hablando mal de Frank Sinatra… ¡Imaginate! A partir de ahí pensé: es imposible medir nada.

 

—¿Por qué el rock stone argentino sigue tan vivo?

—Porque poner parámetros es absurdo. El rock and roll no es un estilo: es entusiasmo. Algunos dicen que hacen rock y después se enojan porque la música nueva tiene tres tonos… ¿Y cuántos tonos tiene el rock and roll? Yo hago rock, pero también quiero dirigir orquestas, hacer música para películas, trabajar en televisión… El entusiasmo es la palabra que nos guía.

 

En Entre Ríos y en Paraná

—Los Ratones tienen un vínculo histórico con Entre Ríos…

—Sí, vinimos por primera vez en 1987 o 1988 y tocamos en varias ciudades. Éramos la banda revelación del under porteño. Nos quisieron usar para una campaña política que fracasó, y acá estoy hablando con ustedes, así que ya saben quién ganó (se ríe). Pero fue importante, después de esas fechas crecieron nuestras ventas en todo el país. Y además soy tataranieto de Urquiza… debe haber varios, pero yo soy uno, -confesó entre risas.

 

—¿Qué les pareció la ciudad, pudieron recorrer algo?

—Sí, recorrimos. Comimos, tomamos helado, vimos gente en bicicleta (ríe). Pero te digo algo: la memoria a esta altura es complicada, si recorrimos en el 87 u 88 no me acuerdo. Me olvidé la llave, la tarjeta del hotel, y casi termino buscando una cerrajería. Pero la ciudad es hermosa, histórica, y comparado con el caos de Capital, acá todo se siente más armónico.

 

El legado de Ratones

—¿Cuál creés que es el legado del grupo?

—No tengo idea. Nunca nos interesó el reconocimiento industrial. Lo que sí está bueno es inspirar a los pibes, como nos pasó a nosotros cuando no escuchábamos rock and roll en la radio… entonces dijimos: “bueno, hagámoslo”. Nosotros arrancamos en el 77, el 79, en el 81/82 terminó lo que es la formación actual, pero veníamos de ir al colegio, amigos de la infancia, y nos cansamos de prender la radio y de escuchar siempre lo mismo porque había un monopolio del rock. Ni siquiera era rock and roll, o sea, era una cosa espantosa. Siempre salvando y salvaguardando a Spinetta, a Charlie, a Pappo, pero todo lo demás era una cosa que nos ahogaba, porque a nosotros nos gustaba el rock británico.

 

—¿Qué era ese monopolio del que hablás?

—Las bandas progresivas. Estaba de moda el rock sinfónico. Muy bueno, pero a nosotros nos aburría. Veníamos de escuchar Bowie, Small Faces, los Rolling, Humble Pie… y prendías la radio y era otra cosa. Entonces dijimos: si no está el rock que queremos escuchar, lo vamos a hacer nosotros.

 

—¿Qué música te acompaña ahora?

—Mi papá era compositor y se inspiraba en Ligeti, Bartók, Stravinsky. Me crié escuchando música contemporánea. Después de mi conversión escucho mucho canto gregoriano, toda la obra de Bach, y ahora también mucho Jeff Beck. Para mí sigue siendo el guitarrista más impresionante que escuché, junto con Pappo y Mick Taylor.

 

—¿Con quién te gustaría volver a tocar?

—Con ninguno… porque me voy a largar a llorar. Extraño mucho al Carpo, y al que más extraño es a Luis Alberto.

 

Los consejos de Juanse

—¿Qué le dirías a una banda joven que recién arranca?

—Que se traten, para no tener problemas de memoria en el futuro (risas). Y que sigan con entusiasmo. Eso fue lo que nos llevó adelante siempre.

 

—A 42 años de aquellos inicios, Juanse, ¿qué les dirías hoy a esos primeros Ratones Paranoicos?

—Que vayan a laburar, que tomen la decisión que no hay problema, y que sigan para adelante con entusiasmo. Eso fue lo que nos sostuvo siempre. No había otra fórmula. Me decís “¿qué consejo les darías?” y pienso en algo muy puntual, aunque recién me olvidé lo que estaba por decir! (ríe). La memoria a esta altura es complicada.

 

—¿Qué te acordaste?

—Ahí va. Te hablaba del entusiasmo: nosotros tocábamos tanto, en tantos lugares, que viajábamos todos apretados en el auto con los equipos arriba. Primero un Fiat 600, después el Renault 12 de Zarco, hasta que finalmente llegamos a una Ford Ranchera. Y llegó un momento en que empezaba a ir gente, 100, 200 personas… lo lógico era que la banda terminara el show y fuera a la oficina del local a cobrar. Bueno… nosotros nos olvidábamos. Como ahora, que me olvidé la tarjeta y también la llave (ríe). Así que, si tuviera que dar un consejo, sería ese: mantener el entusiasmo, pero también acordarse de cobrar.

 

La conversión religiosa

—Juanse hablas de tu conexión con Dios, ¿cómo fue ese proceso?

—A veces sucede por un accidente, un trauma, una búsqueda, un milagro… no hay una forma. En mi caso fue algo inesperado y definitivo. Te cruza, como Ruggeri (ríe). Y te cambia para siempre.

 

Acordes significativos

Antes de despedirse, Juanse tomó la guitarra que descansaba a un costado y regaló un puñado de acordes. Un gesto íntimo, que terminó de sellar el clima de la charla, con el rock ahí dispuesto a conversar con otro plano. Luego sí, con una sonrisa cómplice, saludó, agradeció para prepararse para lo que vendrá esta noche.

Juanse, en Tierra Bomba. 

 

Hoy, en Echagüe

La banda viene de girar por Europa y distintos puntos del país, y esta noche a las 21 va a tener su show en el Atlético Echagüe Club, en 25 de Mayo 555 de la capital provincial. Juanse no promete una lista cerrada ni una épica titulada de antemano, promete lo de siempre.

“No sé decir qué va a pasar… salvo que vamos a salir con entusiasmo. Eso nunca falta”, expresó el artista.

Las entradas están casi agotadas y el clima es de fiesta. Juanse vuelve a Paraná no como un artista invitado, sino como alguien que regresa a un lugar donde lo esperan. La charla previa se sintió como una pausa para conversar un rato antes de volver a encender los amplificadores.

 

Para tener en cuenta

Desde la organización se comunicó que quienes hayan adquirido el ticket para esta noche, si llevan 2 alimentos no perecederos podrán ingresar con un acompañante que no tenga entrada. Para esto se recomendó asistir con anticipación. Los alimentos recaudados serán destinados a la Asociación Civil Lucerito.

El show va a comenzar a las 21, con Al Blues Paraná, y la apertura de puertas será a las 20. 

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