Cambio de época: adaptarse o desaparecer, esa es la cuestión
No es novedad: diciembre de brindis, repaso y balance (el orden no altera resultados). Comentarios inevitables sobre un año en que la sociedad, con matices, se movió -otra vez- para desconcertar. Hay que acomodarse a un cambio de época, es inútil resistir. Sin cohesión, arrastrando frustraciones, administrando decepciones, soportando miedos, la población terminó por certificar la caducidad de algunos modos de construir poder. Quien quiera volver a ser tendrá que reinventarse o será, sin solución de continuidad, enterrado en el olvido.
Por Néstor Banega
El poeta lo dijo con inspirada delicadeza: todo cambia. Lo superficial, lo profundo, hasta el modo de pensar. Profético. No aclaró si era todo al mismo tiempo.
Algunos modos de construcción políticase tornaron inviables. Agotamiento,falta de adaptación. Determinante la ausencia, demasiado notoria, de líderes lúcidos. Se evidencia, sobre todo en partidos históricos, de raíz popular, una praxis incorrecta yprofundo desapego por los principios fundantes. Inconexos hacia el interior, desconectados del exterior.
Un mundo los circunda, pero parecen no darse cuenta, no toman nota. Transitan por un estupor que desde hace ya demasiado no pueden administrar.
Fueron vaciados por sus responsables. Los mismos que debían ejercitar su doctrina, les quitaron músculo.
Se abusó, demasiado, de la engañifa proponer un camino y agarrar para otro lado. Todavía, pese al marasmo, no se vislumbra la dimensión exacta de aquellas acciones incoherentes, por lo que, retomando frases históricas, sigue y seguirá tronando el escarmiento para los que padecen el dolor de ya no ser.
Los exitosos del presente, mientras tanto, no deben descuidarse, porque subsisten los humores cambiantes y aquello que antes tardaba décadas en desvanecer, ahora se evapora en un abrir y cerrar de ojos.
Tratando de encontrar la tonalidad para la nota de cierre, repasamos conceptos que compartimos durante 2025. Muchas cosas pasan, pasan cosas,a veces para que nada pase.
Empezamos el año con el Criptogate,una comedia de enredos que sigue dando que hablar. La pretensión del poder es dar vuelta la página sin buscar responsables o brindar explicaciones. Tuvo, tiene, impacto internacional. En perspectiva, un punto de quiebre.
Porque la supuesta corrupción es en el corazón del poder libertario. Hubo que mencionar el odio al periodismo, que persiste, y el impacto de visita de un grupo de diputados (con el protagonismo entrerriano de Beltrán Benedit) a quienes recibieron condena por crímenes aberrantes durante la dictadura cívico militar que tomó el poder en 1976.
En abril mencionamos que sería necesario romper con la apatía ciudadana para lograr mayor participación ciudadana en el año electoral. Una vez más advertencia sobre la baja performance opositora que habilita recurrentes reacomodamientos del poder libertario, que no pierde el centro de la escena y administra el poder, que se reconcentra.
En junio fue necesario abordar las pasiones y desmesuras que nos caracterizan históricamente. Señalamos las diferencias entre arremeter y persuadir. En julio nos interpelaba la aparición del egoísmo en las definiciones del Estado, frente al rechazo (que persiste) a los reclamos de las personas con discapacidad.
Que Entre Ríos no cuente con un Defensor del Pueblo y que no funcione el Consejo Económico y Social o que aún esté pendiente una Ley de Ética Pública. Temas que no pierden actualidad, sobre los que habrá que volver.
El peligro de vivir solo de la creación de un enemigo, señalado como una falencia de la política actual y el reacomodamiento del damero político (volveremos para ver cómo quedan las fichas), nos inspiraron otros textos.
En las vísperas
Llegamos a percibir un contexto, con aquellos temas, detalles, en el que se deben mover los actores de la política, que tienen representaciones desdibujadas y con sus acciones alimentan la confusión. Algo nuevo alumbrará, es casi inevitable, porque repetir, a esta altura, es sinónimo de fracaso. Puede ser el mismo sello, pero el contenido debería ser otro.
Como hemos dicho en estas columnas, la omisión de algunos es aprovechada por aquellos que administran, circunstancialmente, la Nación y la provincia. Herramientas a la mano, hay que usarlas.
Opositores que no asumen su rol con templanza, que aparecen avergonzados de su historial reciente. Falta de compromiso que potencia el mal rato y la desatención, inevitable, del ciudadano ante la cosa pública.
La ausencia de antagonistas de fuste aumenta el riesgo de errar que siempre sobrevuela al gobernante. Se le presta poquísima atención a un concepto, se lo ha silenciado, tal vez por distracción, quizá por interés, pero hay que recordar que la oposición, también gobierna.
Con responsabilidades diferentes por supuesto, pero cuanto antes deberían asumir su cuota parte. Tienen un mandato, aunque parecen no saberlo. O si lo saben, lo disimulan demasiado bien.
De diciembre de 2023 a la fecha persisten problemas, pero, merced a algunos indicadores -sobre todo los índices de inflación-la administración nacional genera una percepción que la favorece.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1167, del día 18 de diciembre de 2025)


