La secretaria general de la Seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER), Susana Cogno, explicó los motivos de la medida de fuerza que la docencia lleva adelante en la provincia y que incluye una desconexión virtual de 72 horas.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Cogno explicó que la medida de fuerza se produce porque “no hemos encontrado ningún canal de diálogo con el gobierno provincial para llevar adelante la extensa agenda que tenemos y que se ha complejizado en este tiempo de aislamiento y no presencialidad”. “Con mucha preocupación vemos que no hay posibilidad de que el gobierno provincial convoque a llevar adelante un diálogo donde el salario es uno de los principales puntos de discusión, porque no podemos seguir sosteniendo nuestra realidad producto de la inflación y del gran deterioro del salario que viene en caída desde hace muchos años pero que se ha profundizado en este tiempo de pandemia”, apuntó.

“Venimos reclamándole al gobierno provincial que en estos días de aislamiento no ha puesto ninguna voluntad para discutir con los trabajadores las cuestiones esenciales que estamos reclamando, y la agenda es grande ya que no solo parte de la discusión salarial interrumpida en marzo”, planteó la dirigente.

Al respecto, sostuvo que “este año no hubo ningún tipo de recomposición salarial, las pocas monedas que se cobraron fueron por la paritaria del año pasado, y en el 2020 el gobierno provincial congeló la paritaria antes del aislamiento y no ha dado señales de que haya reapertura. La única incorporación que la docencia tuvo en el salario fueron los 1.240 pesos producto de la paritaria nacional”.

En ese marco, puntualizó que “el salario inicial docente es de 25.000 pesos, pero esos componentes tienen montos en negro y se sigue sosteniendo la distorsión de que el recién inicia y el que tiene 15 años de antigüedad tienen salarios que están muy cerca y eso produce un achatamiento de la escala salarial”. Sobre este punto, explicó que “hay un índice de movilidad estatutaria que se fija por la antigüedad y por el salario básico, y de este modo cobran casi el mismo salario el docente que recién se inicia y el que tiene 15 años de antigüedad. Los profesores están peor porque la escala no se mueve, salvo en quienes tienen 25 años de antigüedad”.

Admitió que “hay sectores dentro de la docencia que tiene salarios más altos pero son minoritarios, no abarcan al conjunto porque al producir el achatamiento en los cargos iniciales nunca el docente logra que el salario rinda” y en tal sentido afirmó que “es necesario reformar el nomenclador por ello hay dos cuestiones que solucionarían nuestras grandes dificultades: el nomenclador y el régimen de profesor por cargo”.

Ajuste “innecesario” de la Ley de Emergencia

En consonancia con ello, Cogno planteó “el gran ajuste que produce la Ley de Emergencia, y ante el cual la herramienta que se encontró es la judicialización” y refirió que “aunque no está resuelta la situación de los docentes, vemos con preocupación cómo se vienen dando las resoluciones”.

“El ajuste es concreto para los trabajadores, con dos códigos, uno para jubilados y otro para activos, y ya este mes se descontó el 50% de lo que será el aporte y se trata de un ajuste innecesario que ataca a los sectores que han puesto mucha energía y han apuntado a sostener en tiempos de pandemia la organización de las instituciones, que son los sectores que están trabajando fuertemente y poniendo la presencia y de sus propios recursos”, analizó.

Sobre ello, criticó que “los trabajadores no hemos recibido nada que nos permita llevar adelante el proceso educativo en este tiempo de crisis: no tenemos herramientas, la conectividad la pagamos los docentes, lo que hace falta lo garantizamos, las escuelas organizan bingos y ventas porque no pueden pagar lo mínimo indispensable porque el Estado no garantiza nada”.

“El teléfono, el servicio de internet, los arreglos los pagan las escuelas, pero ahora las cooperadoras no están funcionando y las escuelas aunque no estén habitadas se van deteriorando rápido. Si el Estado no paga la partida de limpieza ni de Internet debemos poner en cuestión cómo será el retorno, y en este contexto hoy estamos cada vez más lejos de poder pensar en un retorno inmediato”, sentenció.  

El futuro de las clases

Consultada por el posible retorno de la presencialidad de las clases, la dirigente aseguró que “se ve muy lejana la posibilidad de que en 2020 vuelvan las clases porque las decisiones son políticas”. “En este momento ya deberíamos haber regresado, de haber mantenido la situación epidemiológica que la provincia –y fundamentalmente Paraná- tenía hace 40 días, pero hoy es impensable que la provincia vuelva a las clases presenciales en los próximos 60 días, y creería que estamos en un serio riesgo de no poder retornar porque las condiciones y el contexto así lo marcan”.

“En un momento en que estamos con picos de contagios y una expansión del virus en toda la provincia, la preocupación primera no es pensar en el retorno de la presencialidad porque sería un desastre, las autoridades deben ser consciente de eso y si bien no hubo regreso de Fase, Paraná está en una situación crítica, y mientras se mantenga este pico de contagios estamos en riesgo del colapso del sistema sanitario”, alertó.

En tal sentido, mencionó “el trabajo que se realiza desde la CTA en el territorio donde la situación es crítica y la primera preocupación que debe tener el gobierno es garantizar el bienestar de los entrerrianos en materia de salud, salario, alimentación y la presencialidad hoy no puede ser una urgencia porque no hay condiciones. No puso nada el gobierno provincial para generar condiciones, ni siquiera las decisiones políticas”.

En cuanto a los saberes de os niños y jóvenes, Cogno explicó que “el sistema educativo es presencial y en este tiempo se ha estado tratando de mantener el vínculo para que los estudiantes de todos los niveles y de todas las modalidades puedan tener un lazo con la escuela, y el problema es con los chicos de jardín que necesitan de la presencialidad para la socialización y es impensado que puedan retornar este año”.

Ante ello, sostuvo que “el complemento de lo que hoy pasa con ellos será el año que viene porque al trabajar por ciclos se pueden recuperar y ajustar los contenidos y los núcleos de aprendizajes prioritarios”. De todos modos admitió que “el problema está en el último año de primaria y el último año de secundaria porque cambia la lógica de las unidades curriculares” pero de todos modos estimó que  “los mayores esfuerzos estarán dedicados a que puedan tener un contacto más fluido para poder hacer el paso de ciclo”.

Al respecto, graficó que “la escuela es como un engranaje en cuanto a los contenidos, funciona como un reloj donde cada ciclo se engarza con el siguiente hasta que termina el proceso de escolaridad con lo cual tenemos la capacidad de hacer girar ese engranaje con mayor o menor velocidad de acuerdo al lugar en que está el chico”.

En cuanto al posible cambio del calendario, consideró que “habrá mucho cambios en nuestras condiciones laborales, en las cargas horarias, y será muy difícil organizar la vuelta con los criterios que habrá que aplicar, y por eso no se puede descartar nada en este contexto”.

“Entiendo que se tendrían que hacer todos los esfuerzos políticos para garantizar el cese de la transmisión del virus con un corte brusco y rápido para que se pueda pasar a una Fase donde no haya casos porque es necesario volver con carácter de urgente a trabajar antes de que termine el año con estos grupos que son los más complejos”, concluyó.