La secretaria general de la Seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER), Susana Cogno, se refirió al reinicio de las clases presenciales tras el receso invernal y reiteró los reclamos históricos por las condiciones edilicias.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Cogno explicó que “la no convocatoria a un ámbito orgánico tiene que ver con que se había constituido la paritaria de condiciones laborales nuevamente, que ayer tuvo su reunión reanudando el proceso de educación, lo que era una de las demandas por las cuales estábamos  llevando adelante un largo proceso de lucha”.

“Desde julio de 2020 exigimos la constitución de la paritaria de condiciones laborales y en este momento en que estaba clausurada exigimos la reapertura, porque consideramos que ese espacio de intercambio es muy importante para definir cuáles son los pasos que se deben seguir teniendo en cuenta que la situación educativa está mediada por la crisis sanitaria de la pandemia. Entonces, no es posible que el gobierno tome definiciones de forma unilateral y que no escuche las razones que los docentes le exigimos”, indicó.

En ese marco, recordó que “el inicio de este año estuvo signado por una fuerte demanda que era la continuidad del plan de vacunación y que el gobierno no cumplió hasta muy avanzado el año, y después de haber llevado adelante el proceso de vacunación general no tuvieron la previsión de esperar los 21 días necesarios y pretendían retomar la presencialidad. Por eso veníamos con una medida de resguardo de la salud de los trabajadores mediante la tutela sindical, y esto implicaba que no era una acción directa gremial sino que se estaba utilizando el amparo que nos da el resguardo de ser un sindicato con personería jurídica para poner una condición que los trabajadores no habíamos alcanzado la inmunidad. Por eso la decisión fue sostener la no presencialidad en ese tiempo”.

Planteó que “esto provocó una respuesta desmedida de parte de las autoridades, quienes deberían estar conscientes de los graves problemas que generó la crisis sanitaria, que no son solo educativos sino que afectan al conjunto de la sociedad, y que el retorno a la presencialidad requiere de determinadas condiciones que las venimos reclamando siempre. Porque el estado edilicio es un reclamo que tenemos desde hace más de 20 años, y no es producto de la pandemia el deterioro de las escuelas, sino que están deterioradas porque el Estado no ha invertido. De hecho, el regreso a la presencialidad requiere el sostenimiento del sistema de burbujas porque no tenemos espacios en los cuales pueda estar un curso completo con una distancia de 1,5 metros”.

Pese a este contexto, la dirigente gremial reiteró la necesidad de la presencialidad: “Nuestro lugar es la escuela y la escuela es presencial, hemos hecho un esfuerzo muy grande para poder por garantizar un vínculo pedagógico; la presencialidad es fundamental para garantizar los procesos pedagógicos y se trabajó con grandes dificultades producto de la situación social en que vivimos: si tenemos seis chicos de cada 10 que son pobres, en esos hogares hay condiciones que no permiten una virtualidad plena”.

Advirtió además que “para nosotros la presencialidad siempre fue un horizonte, y la discusión siempre fue por el mejor momento. En la provincia y el país no ha bajado la pandemia, y eso implica que el retorno a la presencialidad imponga el cumplimiento estricto de los protocolos porque el país puede ser afectado por una tercera ola mucho más violenta y los casos no bajaron de manera significativa”.

Consultada por lo que falta para poder cumplir los protocolos, señaló que “los edificios albergan a dos o tres instituciones y eso significa que están siempre ocupados y hay que garantizar una limpieza adecuada entre los turnos, con ingreso y egresos escalonados lo que es dificultoso, y se siguen reclamando las partidas”. “En este momento se envió un fondo único nacional para garantizar los protocolos Covid que para escuelas con hasta 50 alumnos son 10.000 pesos, con lo cual hay que comprar alcohol en gel y barbijos. Además hay escuelas donde no se puede cumplir la ventilación cruzada”, planteó.

Al respecto reclamó que “si no hay una inversión real que tenga que ver con la arquitectura y el acondicionamiento de los espacios para funcionar con esta pandemia que parece que va a ser eterna. El Estado tiene que hacer inversión urgente no solo por la pandemia sino porque el estado de las escuelas es realmente calamitoso y viene de muchos años”. 

Como ejemplo, mencionó que “ninguna escuela tiene calefacción; en las escuelas no hay calefacción y a lo sumo puede haber alguna estufas que donó alguien en algún momento”. “En estas condiciones no se puede pensar en hacer pedagogía y lo que nos indigna y nos da bastante rabia es que quienes están al mando de la conducción de la política educativa no puedan prever que sin condiciones no se puede, y que –por más que den discursos muy lindos- al no estar las condiciones y no ser reales y concretas, no sirve”, concluyó.