Inteligencia interna: procesaron a un jefe de la Armada por espionaje

El magistrado dio por corroborado que Godoy y Rótolo controlaban el aparato de inteligencia de la Armada Argentina y tenían conocimiento de que desde allí se llevaban a cabo “en forma sistemática y permanente”, incluso desde antes de asumir ambos el comando de la fuerza, prácticas de “inteligencia interna”.

Esas prácticas se encuentran prohibidas por las leyes de Seguridad Interior, de Inteligencia Nacional y de Defensa Nacional, prácticas ilegales que, en los hechos, omitieron desactivar.

Las actuaciones que tramitan ante el Juzgado Federal 3 tuvieron su origen en una denuncia formulada por los abogados Carolina Varsky y Rodrigo Borda del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), ante el Juzgado Federal de Rawson.

Esa denuncia fue formulada a raíz de que en la Base Almirante Zar de la Armada Argentina, con asiento en la ciudad de Trelew, Chubut, se estarían llevando a cabo actividades de inteligencia interna.

Se detectó que había en marcha un seguimiento de actos en conmemoración de la Masacre de Trelew; la conmemoración del 24 de marzo de 1976, la realización de semblanzas de funcionarios nacionales, tal el caso de la ministra de Seguridad, Nilda Garré, y el seguimiento de actividades de agrupaciones de Derechos Humanos y Sociales, entre otras.

Por esas tareas fueron procesados los responsables de esa Base Naval y sus superiores jerárquicos por el Juzgado Federal de Rawson pero ante una ampliación de denuncia formulada, también por el CELS, Rafecas debió investigar la responsabilidad de las máximas autoridades de la Armada Argentina en dichos sucesos.

Merced a todas las pruebas arrimadas a la pesquisa, ya sea en forma documental o testimonial, la Justicia pudo probar que la práctica de inteligencia sobre la que se alza la imputación contra el jefe de la Armada Argentina, Jorge Godoy y el anterior subjefe de dicha fuerza, Benito Rótolo, “se trató de una actividad en la cual participaron diversos integrantes del Sistema de Inteligencia Naval”, consignó NA.

Para el juez “la actividad de obtención y acopio de información vedada por parte de personal de inteligencia de las distintas secciones de la Armada Argentina, fue transmitida con continuidad a los máximos órganos de inteligencia de la fuerza”, y agregó que “toda la actividad desarrollada por esas secciones de inteligencia se originó y luego prosiguió desarrollándose a partir de órdenes dictadas por esos máximos órganos de inteligencia”.

Incluyó en la reseña a la Dirección de Inteligencia Naval (DIIA) y el Comando de Operaciones Navales (COOP), los que dependían, orgánica y directamente, del entonces subjefe del Estado Mayor General de la Armada Rótolo y de su superior Godoy.

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