Américo Yuarman (*)
El sábado pasado, una encuesta que se encargó de difundir el propio gobierno, y que se publicó en los principales medios de la provincia –con bombos y platillos en los medios oficialistas– mostró a Sergio Urribarri con una imagen positiva en Entre Ríos de casi el 70 por ciento: el 48% dijo tener “buena” imagen del gobernador y el 19% “muy buena”, cifras que sumadas llegan al 67%.
El trabajo se atribuyó a la consultora Centro de Investigaciones de Mercado y Opinión Pública (Cimop), sin mayores datos sobre su origen ni tampoco sobre el muestreo. El gobernador también fue señalado allí como el precandidato presidencial con mayor intención de voto en Entre Ríos. “La buena imagen de Urribarri entre los entrerrianos está fundada en la percepción positiva que en esa provincia tienen de las obras públicas que realizó desde su llegada al gobierno en 2007”, dice el parte de prenda divulgado.
Siempre según la supuesta encuesta, la presidenta de la Nación tiene guarismos de adhesión menores a los de Urribarri; y, ya como candidato, el informe asegura que lo votarían como presidente el 36% de los entrerrianos, muy por arriba de Mauricio Macri (con una intención de voto del 16%), de Sergio Massa (15%) y de Daniel Scioli (con apenas el 7). Randazzo, Cobos y Sanz no superan el 2%.
La falta de información sobre la ficha técnica del trabajo movió a la desconfianza. Los únicos datos proporcionados es que la encuesta se realizó entre el 25 y el 28 de febrero, con entrevistas a 998 entrerrianos mayores de 16 años, sin precisión sobre si fue telefónica o presencial, ni las ciudades en las que se habría efectuado ni mucho menos, el margen de error. Nada de eso fue obstáculo para que medios nacionales, como Página/12, por ejemplo, se ocuparan de difundir la supuesta encuesta, con un título soñado por el mandatario entrerriano, que viene tan alicaído en los números que se conocen a nivel país: “Urribarri, profeta en su tierra”, tituló el matutino que otrora fuera emblema del periodismo de investigación y hoy se ha convertido en el ejemplo más penoso de obsecuencia lubricada con impresionantes inyecciones de fondos públicos (46,3 millones en 2013, según datos oficiales).
Pero las sospechas se agigantaron cuando los periodistas de distintos medios intentaron chequear la empresa consultora encargada del trabajo, la CIMOP.
La búsqueda en internet –tanto en Google como en otros buscadores– arrojó una sola empresa dedicada a la investigación social que lleva el nombre de CIMOP. Se trata de una entidad española, el Centro de Investigaciones de Mercado y Opinión Pública (CIMOP) con sede en su capital, Madrid. Este instituto de estudios de mercados tiene, segun explica su sitio institucional, 25 años de experiencia en la realización de estudios sociales tanto para el ámbito privado como para el sector público; pero no destaca investigaciones realizadas fuera de la península ibérica ni consigna sucursales o empresas subsidiarias en nuestro país.
El Miércoles Digital se comunicó con la consultora con el objeto de confirmar si en efecto ellos llevaron a cabo la encuesta difundida por el Gobierno entrerriano. También se les inquirió para que –en caso de respuesta positiva– brindarar algunas precisiones, en particular en qué ciudades se realizó la encuesta, si la misma fue telefónica o presencial y desde cuándo venían trabajando para el gobierno entrerriano, así como cualquier otro dato que consideren relevante para dar a conocer a la opinión pública de la provincia.
La respuesta del CIMOP no tardó en llegar y no dejó lugar a ningún atisbo de duda.
Cristina Santamarina, directora de Estudios de la institución española, explicó a este medio que su empresa –con más de treinta años de existencia– se dedica “a la investigación social, política, institucional y de comunicación entre sus diversas competencias”.
Dejó bien en claro que “nunca hemos realizado ningún estudio en territorio argentino encargado por alguna entidad (institución, empresa, figura política o cultural) relacionada con la realidad de vuestro país”.
Sobre Urribarri, el profeta de Página/12, la investigadora española dijo: “El líder local a que hace referencia el artículo y que usted me adjunta vía link, nos es totalmente desconocido”.
Finalmente, la profesional dejó abierta la posibilidad de que “en la Argentina exista –casualmente– un instituto de investigación que responda a estas mismas siglas”, porque consideraba “inimaginable” que alguien “intentara plagiar nuestra nominación empresarial para dar cobertura a una investigación a nuestras espaldas”.
Pero a veces, lo inimaginable puede ser soñado. Quizás eso es lo que ocurrió en esta ocasión, en la que el “líder local” (o algunos de sus adláteres) decidió inventar una encuesta (o como mínimo una encuestadora) para intentar remontar sus paupérrimas chances presidenciales.
(*) Integrante del staff de El Miércoles Digital y redactor de ANÁLISIS DE LA ACTUALIDAD