Con Angel Di María imparable por izquierda, Lionel Messi aportando su calidad e Higuaín como definidor, el planteo de Sabella, que dejaba que se vinieran los chilenos para aprovechar los espacios que dejaban atrás, funcionó a la perfección. Pero lo cierto es que también se benefició por la impericia visitante a la hora de hilar riesgo, porque su defensa, empezando por el sector de Marcos Rojo y siguiendo por distracciones recurrentes en la marca, no dio ningún tipo de seguridad cuando era el rival el que se decidía a buscar el arco.
Di María demostró su peligrosidad desde muy temprano: a los siete minutos, apareció en un avance rápido y habilitó hacia la derecha a Higuaín para que le rompiera el arco por el primer palo a Claudio Bravo. En la primera emoción seria, Argentina golpeaba a fondo.
Pero después, los argentinos empezaron a perder la posesión del balón en el medio, Rodrigo Braña comenzó a tener que jugar más fuerte y la sociedad Jorge Valdivia y Matías Fernández a juntarse con peligrosidad. Humberto Suazo tuvo su chance desde lejos y sin puntería ante la desatención local, aunque luego los de Sabella se decidieron a atacar buscando el error chileno y Jean Beausejour le tuvo que sacar una pelota de atrás a Messi cuando quedaba mano a mano con Bravo.
Y enseguida, a los 25, el Pipita habilitó en profundidad a la Pulga para que defina bajo y a la derecha del arquero para el segundo. El gol calmó los ánimos de los de Claudio Borghi, que vieron cómo su esfuerzo anterior había sido en vano y se retrasaron cediéndole el control a la Argentina. Cerca del descanso, sin embargo, Suazo tuvo otra chance al pasar entre tres defensores y definir afuera.
En el complemento, Messi avisó enseguida pero apareció Bravo, pero a los cinco Argentina ya estiraba la ventaja cuando Di María habilitó desde la izquierda a Higuaín para que definiera al tercero entrando por el primer palo. Chile, ya entregado, no se rindió y alcanzó el descuento a los 14 cuando Ever Banega despejó muy defectuosamente, Mariano Andújar salió mal molestado por Suazo, Valdivia metió la pelota para Fernández y éste la empujó a la red.
Pero la ilusión trasandina duró poco, porque el flojo Waldo Ponce se durmió cuando quiso salir jugando, Messi le sacó el balón desde atrás y, tras una combinación con el Pipita, se la devolvió para que marcara el tercero de su cuenta personal con un tiro alto y a la derecha del arquero. Corría el minuto 17, y el partido ya estaba terminado.
Después, Argentina apostó a manejar el desarrollo sin desgaste. Y Andújar debió aparecer frente al ingresado Eduardo Vargas y Suazo cabeceó afuera en la última para los chilenos. La Selección se llevaba un gran premio para su practicidad ante un rival que hizo gasto pero no vio ganancia alguna, da cuenta TyC Sports.