Camejo detalló a Diario Río Uruguay que sabiéndose en falta, el productor “corrió hacia el portón y empezó a gritar que nos iba a dejar encerrados ahí”, pero luego “vinieron otros citricultores, y aunque seguía amenazando con cerrar la puerta, al final no lo hizo porque entró en razón”. Remarcó que no fue necesario “que intervenga la fuerza policial”, y esgrimió que “los citricultores ya saben que no nos van a amedrentar como lo hacían años atrás”.
De acuerdo a lo que informó Camejo, los trabajadores irregulares pertenecían a cuadrillas de una agencia de servicios con sede en La Criolla, pero con trabajadores en su mayoría de Concordia.
Sobre el cierre, el sindicalista adelantó que “estas excursiones van a seguir y fundamentalmente en la zona de Chajarí, Villa del Rosario y el sur de Corrientes”, y aseguró que allí “están los gringos más negreros, por como explotan a la gente”.