El juez en lo penal económico Jorge Brugo radicó hoy una denuncia en la Cámara Federal para que se investigue si existió un centro clandestino de detención en las dependencias de la Aduana conocidas como "Zepita" y la actuación que tres altos funcionarios del Gobierno nacional han tenido al respecto, informaron fuentes judiciales. La denuncia alcanzó al Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli al subsecretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde; al titular de la Aduana, José Sbatella; y planteó que se investigue si podrían haber incurrido en algún delito por conocer el hecho desde la semana pasada y no haber acudido a la Justicia.
Tras el sorteo de rigor, la denuncia recayó en el juzgado federal número ocho de Jorge Urso, que lleva varias causas vinculadas a la represión ilegal durante la última dictadura militar. Ayer el juez Brugo concurrió al predio "Zepita" de la Aduana nacional y confirmó que allí "hay cinco celdas con pasaplatos en las puertas" así como "un túnel que dicen que iba al Río de la Plata", donde se sospecha que funcionó un centro clandestino de detención durante la pasada dictadura.
El magistrado precisó que esas instalaciones pertenecían décadas atrás "a la empresa Citroen y después estuvo la Policía Federal" por lo que, consideró, esa fuerza de seguridad "dará explicaciones" a la Justicia. Brugo, en declaraciones a radio Continental, admitió que "no tengo ni idea si esto ha sido un centro clandestino de detención" y adelantó que como no es un caso de su competencia "voy a hacer la denuncia a la Cámara Federal".
La presencia de Brugo en el lugar se debió a que este magistrado tramita una causa por presunto contrabando con mercadería incautada que está en ese depósito. Por su parte, el titular de la Aduana, José Sbatella, confirmó en diálogo con radio Continental y el canal Todo Noticias que se detectó que en un depósito, ubicado a "cien metros" del Riachuelo, que estaba "atiborrado de mercadería de rezago, de cajas y papeles", estaban esas presuntas "celdas enrejadas, con una especie de pasaplatos, donde evidentemente ha funcionado un lugar de detención".
También encontraron allí "dos subsuelos, con dos pozos rarísimos" y agregó que "pareciera que desgraciadamente se confirma" que allí hubo detenidos desaparecidos. Pero señaló que ahora se trata de obtener de parte de organismos defensores de los derechos humanos información sobre si hay alguna persona que haya sido secuestrada de la dictadura y pudiera confirmar si estuvo allí.
"Lo que hicimos fue limpiar ese lugar porque había papeles y cosas en desuso y demás, y a medida que fuimos despejando aparecieron las rejas y una serie de situaciones...porque está en un subsuelo y no había acceso directo", detalló. Sbatella explicó que hay "depósitos con dobles cierres muy seguros para estar en un lugar así, con doble chapa y pasaplatos y una serie de situaciones que no tienen nada que ver con un depósito". Y aseguró que el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, le dijo que "el martes estaba en condiciones de salir con algún informe".
También aventuró Sbatella que "tendrá que aparecer gente que eventualmente podría haber pasado por ahí" y hasta comentó que "por las características del lugar se nota que no era un lugar de mucha gente". Lo calificó como "un lugar que se ve siniestro". Entretanto, la Secretaría de Derechos Humanos informó que, en el marco de las investigaciones que realiza sobre centros clandestinos de detención de la dictadura, recibió "recientemente informaciones sobre instalaciones que podrían haber albergado a personas privadas de libertad".
Dijo que esas instalaciones están ubicadas en "el predio situado en la calle Zepita 3102, en el barrio de Barracas de la Ciudad de Buenos Aires, actualmente sede de la División Rezagos y Comercialización de la Dirección General de Aduanas, Sección Secuestros".
También detalló que esta semana esa oficina "efectuó una visita al lugar, con personal especializado en esta temática, para realizar un reconocimiento físico preliminar del sitio". Así, "pudo comprobar la existencia, en el fondo del predio antes mencionado, de un galpón de mampostería con grandes portones de metal", y "en dicha construcción una escalera permite acceder al sótano en el cual se observan varios compartimentos cerrados con rejas pintadas de color verde". Agregó que entonces comenzó "la búsqueda de antecedentes que pudieran ser conducentes para esclarecer el significado y la naturaleza de este sitio, entre los cuales se encuentran los usos a que anteriormente fuera destinado el predio y la posible existencia de testigos que puedan aportar informaciones, incluidos los sobrevivientes de centros clandestinos de detención".
"En el estado actual de esta investigación preliminar -aclaró- a Secretaría de Derechos Humanos no efectúa ningún juicio sobre la naturaleza de este sitio y se dispone a efectuar una formal denuncia ante la justicia federal" para que haga "las investigaciones que correspondan".