Orduna también afirmó que hacer eso, "es repetir la historia que ocurrió desde 2003 y que terminó en el fallo de La Haya". Por otro lado, también aseguró que Uruguay modificó el parámetro de medición de la temperatura de los vertidos de UPM, aumentando el valor máximo permitido.

Argentina reclamará hoy por este asunto. En cuanto Uruguay, también estará exigiendo el cumplimiento de determinados aspectos relacionados con el dragado de canal Martín García, cuyo cronograma para el llamado a licitación viene atrasado. De esta manera, mientras de Cristina Fernández estará protestando por la CARU, el Ejecutivo de José Mujica estará reclamando por la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP). Según se dijo, "hay cosas que no están cumpliendo".

En cuanto al reclamo argentino, Orduna dijo que la CARU había ya acordado el protocolo para medir la planta Orión (UPM). "Había que medir, según lo acordado, todos los parámetros que están previstos en el decreto uruguayo Nº 253 del año 79. La sorpresa fue que prácticamente 48 horas antes de que ingrese a la planta el comité científico, que iba a medir algunos parámetros con un equipo de la CARU, entre ellos temperatura, se encontró con la resolución de Dinama para modificar el valor máximo de temperatura de vuelco del efluente".

Por su parte, el subsecretario del Ministerio de Medio Ambiente de Uruguay, Jorge Patrone argumentó que el cambio que autorizó elevar hasta 37 grados la temperatura del vertimiento de la planta de UPM obedece al pedido del propio gobierno argentino de cesar el proceso de enfriamiento que utilizaba la pastera, previo al volcado de sus efluentes al río.

Hasta hace unos días, la pastera aplicaba el proceso de enfriamiento, con lo cual el vertido al río no superaba los 30 grados. No obstante, en la pasada reunión de los cancilleres de Uruguay y Argentina, la delegación del país vecino reclamó que UPM no hiciera un diluido del vertido original, por lo tanto, solicitaron que se suprimiera el proceso de enfriamiento que desarrollaba la empresa.

Sin embargo, Patrone considera que la denuncia actual que hace Argentina "es incomprensible, ya que fueron ellos mismos quienes pidieron que se suprimiera el proceso de enfriamiento". Esta situación llevó a que se flexibilizara las exigencias de temperatura de los efluentes vertidos, pasando de 30 hasta 37 grados. En tanto, Patrone señaló que las normas internas argentinas tienen un techo de 45 grados de temperatura para todas sus industrias.

Precisó que establecer un tope de 37 grados es similar a la temperatura del cuerpo humano. Señaló que en cualquier planta del mundo la temperatura de los efluentes ronda los 45 a 47 grados.

En este sentdido, presidente de la delegación uruguaya en la CARU, Gastón Silberman también aclaró que lo hecho por su país fue lo acordado en la anterior reunión entre los cancilleres del 14 de noviembre, en cuanto a que el dispositivo de acondicionamiento término iba a quedar sin efecto. Dijo, además que para el ensayo de toma de muestras efectuada en la planta de UPM ya se había desmontado el dispositivo "que los argentinos llaman dilución".

En tanto, explicó que según el derecho 253/79 referido a las normas para prevenir la contaminación ambiental de las aguas, establece en el artículo 11 que los establecimientos industriales deben de cumplir con una serie de parámetros. Pero hay otro artículo en la propia reglamentación donde se puede disminuir las exigencias permitidas para el vertimiento.

La delegación uruguaya que viajará a Buenos Aires estará conformada por el canciller Luis Almagro, el presidente de la CARP, Francisco Bustillo, el presidente de la CARU, Gastón Silberman, el director de Asuntos Políticos de la Cancillería, Ricardo González y el embajador Julio Baráibar, consignó La República de Montevideo.