“Desgraciadamente no fue así, genocidios generados por la incapacidad humana de vivir en paz y convivencia continuaron. Esa demencia y esa bestialidad perversa tienen un solo responsable, el propio ser humano, pero el ser humano que siempre tuvo como meta la avaricia, la enfermedad del egoísmo, la desesperación por la riqueza individual y de una clase como ideología y para lograrlo es capaz de generar los genocidios y las masacres como la que estamos recordando”, expresaron en la misiva los integrantes de la Asociación.
“Hoy los genocidios y las masacres continúan, los hermanos pueblos originarios en este preciso instante, están sufriendo la persecución y la muerte como lo demuestra lo ocurrido recientemente en Formosa en manos del gobernador, Gildo Insfrán, y su Policía. Son los mismos genocidas, los de ayer y los de hoy”, consignó APF.
Es preciso destacar, que el 13 de diciembre de 1976, en proximidades de Margarita Belén -Chaco-, a un costado de la Ruta Nacional Nº 11, cerca del kilómetro 1042, fueron asesinados 22 presos políticos por los personeros de la última dictadura militar en Chaco. Antes de ser fusilados pasaron por la Unidad Penal Nº 7, la Alcaidía, y la Brigada de Investigaciones, donde fueron torturados brutalmente, en algunos casos casi hasta la muerte. En tanto, 17 de ellos están plenamente identificados y de los otros cinco -dos mujeres y tres varones-, aún no se conocen sus identidades. Los asesinos, armaron la farsa del traslado de presos hacia la provincia de Formosa y el ataque subversivo. Sus cadáveres nunca fueron entregados a sus familiares, quienes siguen buscando sus restos y pidiendo justicia.
Por otro lado, en el marco de las declaraciones por la causa Margarita Belén, el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, declaró mediante videoconferencia.
El premio Nobel de la Paz manifestó que la Masacre debe ser vista en el contexto de la Doctrina de Seguridad Nacional y su política de control social por exterminio de las organizaciones populares, amparada en la complicidad de sectores civiles, empresariales y religiosos, con la contrainsurgencia francesa en Argelia y la Guerra de Vietnam como antecedentes históricos más importantes. “Ese es el marco de los 22 asesinatos, no podemos verlo como un hecho aislado, la Masacre fue un crimen de lesa humanidad” explicó.
El testigo, que estuvo en el Chaco y se entrevistó con familiares de las víctimas relató que el método brutal de la tortura como un arma de inteligencia fue tomado del Ejército Francés, el robo de niños, lo aportó el Franquismo español.
Pérez Esquivel sufrió en carne propia los hechos relatados. Fue secuestrado en Brasil en por el Plan Cóndor y confinado en la prisión U9 de La Plata, de donde fueron “trasladados” a la muerte un sinnúmero de presos políticos. La presión internacional evitó que el 5 de mayo de 1977, fuera arrojado al Río de la Plata en uno de los vuelos de la muerte, consignó Chaco día por día.