Instituto visitaba a Gimnasia con el objetivo de sumar. De a uno o de a tres, pero lo primordial era sumar. Por eso, el cero a cero con el que se volvió del Bosque lo deja más que conforme. Los cordobeses plantearon el encuentro con un solo punta, Daniel Jiménez, y con un mediocampo bastante poblado. El Lobo, en tanto, tampoco entregó mucho, por lo que el partido fue bastante pobre.
De todas maneras, Gimnasia siempre estuvo más cerca del gol. Y si no hubiera sido por el arquero Mauricio Caranta, Instituto se hubiera ido del Bosque con las manos vacías.
Nada cambió en el complemento. Instituto era feliz con el empate y no daba signos de interesarse en el arco de enfrente. Sólo se la jugaba en alguna contra aislada, pero Miliki estaba muy aislado como para incomodar al paraguayo Aldo Bobadilla.
Por el lado de Gimnasia, todo se basaba en el juego aéreo. Nicolás Cabrera y Sergio Valenti tuvieron posibilidades por esa vía antes del cuarto de hora, pero otra vez Caranta les ahogó el grito.
El empate dejó conforme a Instituto, que pelea por conservar la categoría, mientras que a Gimnasia, también con intenciones de escaparle al descenso, el cero a cero tuvo sabor a derrota.