Por JCB de ANALISIS DIGITAL
Todo tiene el comienzo en el informe "El estado del Estado" que realizó el gobierno nacional. Allí se ejemplificaba con la Ley de la Madera de Entre Ríos como un factor inhibidor de inversiones y productividad, como así también de parte de la herencia kirchnerista de la cual había que desligarse.
Es el mismo argumento que mostró el gobernador Gustavo Bordet cuando hizo los primeros anuncios sobre su intención de modificar un artículo de dicha norma, para permitir la exportación de rollizos de madera al Uruguay para la producción de las pasteras que están en la costa de nuestro río.
Sin embargo, desde los sectores asamblearios y ambientalistas han reiterado que esto no sería productivo para la región. De hecho, además de sus críticas por los riesgos de contaminación, explicaron que Uruguay no necesita nuestra madera y que a partir de esta apertura, pierde la producción local porque los precios pasan a ser fijados por los comodities internacionales tal como pasa con la soja. Se pierde control sobre una variable clave del mercado.
Debido a la lucha de años y la legitimidad de sus reclamos en la ciudadanía, los asambleístas de Gualeguaychú consiguieron abrir el diálogo y ser, al menos, escuchados por los legisladores mientras se trata el proyecto del Ejecutivo. Este miércoles a partir de las 18 horas, los senadores recibirán a integrantes de la Asamblea Ambiental y Ciudadana de Gualeguaychú, como así también a integrantes de la ONG Fundavida.