Quienes tienen acceso diario al despacho presidencial cuentan que no fue casual que la ruptura del bloque del Frente para la Victoria se produjera en el inicio de los tiempos parlamentarios, a punto de comenzar el reparto de comisiones. Los macristas aceleraron a fondo en los últimos diez días. El mensaje que se les transmitió a los opositores más cercanos fue que a partir de marzo les iba a costar explicar su permanencia en el bloque del FpV acompañando en las votaciones al nuevo oficialismo. En medio de ese juego de pinzas, un macrista con pasado en el peronismo se ocupó de preguntarles a varios de los caudillos del interior si creían que con La Cámpora preocupada por el despacho de Máximo podían llegar a buen puerto. Sí: algunos macristas gozan con la desgracia ajena, publicó Clarín en una editorial este viernes.

Las comunicaciones buscan acercar posiciones para que el día en que Macri se pare frente a la Asamblea Legislativa ya haya un paquete de iniciativas parlamentarias con consenso para ser aprobadas a la brevedad.

Con los gobernadores que responden a la Casa Rosada la conversación siempre fluye. Por eso, el primer mandatario se ocupa especialmente del sector de gobernadores elegidos por el FpV con los que, entiende, podrá trabajar a pesar de las diferencias y que, según él, expresan a la nueva generación peronista: el de San Juan, Sergio Uñac, y el de Entre Ríos, Gustavo Bordet, por ejemplo. Lo mismo opina de Juan Manuel Urtubey, desde luego, pero con él tiene una relación de más años. También de mayor franqueza. Si algo no le sorprendió a Macri fue que tres de los diputados que se alejaron del bloque kirchnerista en el Congreso respondan al salteño.

“¿Se acuerdan cuando decían que Macri no hacía política? Acá lo tienen: llamando uno por uno a los que tenga que llamar para avanzar en proyectos y garantizar la gobernabilidad. Porque eso también lo decían: que a Mauricio se le iba a complicar para gobernar con el PJ enfrente”, dice uno de sus asesores más cercanos.

En Balcarce 50 aseguran que podrán ampliar el diálogo con gobernadores y senadores en lo que queda de febrero. Hubo avances con el mandatario neuquino, Omar Gutiérrez, y con el de Chubut, Mario Das Neves. Y ayer, en su despacho, Frigerio tuvo una cordial reunión con Adolfo Rodríguez Saá, uno de los peronistas no kirchneristas que Macri quiere tener siempre cerca y al que ya como jefe de Gobierno invitaba a almorzar. “Es un hombre valioso, uno de los pocos que ha hecho algo por la gente en su provincia”, suele decir.

En su mensaje privado a los gobernadores, Macri promete traer inversiones y agilizar plata para obras. Y les dice que mientras las ejecuten en tiempo y forma él no se entrometerá en sus gestiones. Pero insiste con un tema sensible: “No les voy a mandar plata para que el Estado siga siendo un aguantadero de la política”.