Alberto Irigoitia es bioquímico, referente epidemiológico del departamento Colón y director de Epidemiología del Hospital San Benjamín de Colón. Ante el alerta sanitario por la creciente del río Uruguay, decidimos consultarlo.
“Cuando está creciendo el río tenemos que hablar de agua contaminada, presencia de alimañas, ratas que se corren de lugar porque se les corren las madrigueras. Estamos hablando de enfermedades infectocontagiosas como leptospirosis, diarrea, infecciones respiratorias, dermatitis. Todas son tratables, y siempre y cuando sean tratadas a tiempo. Por eso estamos pidiendo que los chicos no se metan en el agua; en el barrio San Francisco y en el Tiro Sur, a pesar de que habíamos dicho a los padres que no los dejen, estamos con días agobiantes de calor y lo están haciendo igual. Ahí puede haber de todo; lamentablemente las consecuencias las vamos a ver en 15 o 20 días, que es el período de incubación, por ejemplo, de la leptospirosis”, explicó Irigotia a El Entre Ríos.
Dijo que para la vuelta a la casa, como “la vivienda ha estado desocupada varios días, entonces para entrar ponerse un barbijo o un pañuelo húmedo, no barrer, pulverizar con agua con lavandina en una proporción de una taza por balde. Salir de la vivienda y dejarlo actuar treinta minutos; luego airear y empezar a limpiar”.
“Lógicamente se solicita que todos los evacuados y autoevacuados concurran a los puestos sanitarios como el que está en este momento en bomberos o en los centros de salud, que se les va a dar la quimioprofilaxis para la leptospirosis; un antibiótico que la previene aunque no en un cien por ciento. En especial solicitamos esto a los autoevacuados, a quienes nos es más difícil llegar”, agregó.
Irigotia señaló que “lo fundamental es la prevención”. “Tarea que voy a hacer a la vivienda, sí o sí primero tengo que desinfectar con lavandina, dejarla media hora y retirarme, y luego al entrar o para andar en el barro usar botas y guantes o bolsas de polietileno en la mano, para que el agua y el barro que pudiesen estar infectados con el microbio que produce leptospirosis no entre en contacto con alguna solución de continuidad que puedan tener las manos, que ocurre cuando uno está corriendo muebles o sacando cosas y puede tener alguna pequeña herida por donde ingresa la bacteria”, precisó.
En el caso de autoevaluarse porque el agua llegó a la puerta de la casa pero no ingresó, antes de volver a habitarla Irigotia indicó que igual hay que tomar las mismas medidas preventivas para ingresar. “El hantavirus que se transmite a través de las heces y la orina de ratas y ratones, de tal manera que si ha quedado en el ambiente se aconseja no barrer, porque levantamos el polvillo. A diferencia de la leptospira (bacteria que produce la leptospirosis), entra por vía respiratoria”, explicó.
Estar atentos hasta 15 o 20 días después de la vuelta a casa (que es el período de incubación), a la aparición de fiebre, dolor en las articulaciones, inyección conjuntival (ojos tipo conjuntivitis), cefaleas (dolor de cabeza), vómitos, diarrea. Cualquier sintomatología, concurrir rápidamente al médico.
Otro de los problemas que vamos a tener es el dengue. Al bajar el agua, queda estancada en algunas zonas o recipientes con agua. Con estas temperaturas se acorta el ciclo del mosquito y va a haber mayor cantidad. Por eso estamos pidiendo entre las donaciones que se están efectuando al cuartel de bomberos, que lleven repelentes y espirales.
Sobre los riesgos en zonas no inundables, opinó que “sabiendo que puede haber un riesgo importante de dengue, una vez que el agua baje, el mensaje a la población es el mismo de todo el año: evitar el agua estancada. Evitar floreros, en los posamacetas poner arena húmeda en lugar de agua (que incluso conserva mejor las flores), limpiar los desagües de los techos, evitar que los tanques queden destapados”.
Agregó que “está vacunándose en el cuartel de bomberos contra hepatitis A y tétanos. Además se les da indicaciones de medidas de prevención e higiene, se controla los carnets de vacunación a los niños y se toma la presión a los adultos”.
“En cuanto a la vacuna contra la hepatitis A, es un refuerzo que se hace; se viene aplicando por calendario desde 2004 y si hoy uno hace un análisis, el 80% de los adultos ya está inmunizado naturalmente porque la contrajo cuando era chico, así que a medida que aumenta la edad aumenta la inmunización. Pero más vale prevenir que curar, así que ante situaciones como esta se refuerza”, completó.